Grant.
Estoy tranquilamente sobre el lujoso sillón de cuero del escritorio de Sarkozy, lo tengo volteado para poder mirar por el ventanal de cristal las enormes calles de la ciudad mientras me fumo un cigarro. Escucho un ruido pero no volteo, se quien es.
-Grant Segal.-su voz sarcástica. Sonrisa y le doy la vuelta al sillón, Sarkozy esta parado mirándome divertido, esta solo. Le doy una larga calada a mi cigarrillo.
-¿Sabes que te puedo mandar de nuevo a la cárcel?-ríe burlón.
-Pero no lo harás.-no quito la sonrisa de mi rostro.
-¿Que quieres, Segal?-ahora parece molesto. Tiro la colilla del cigarro al suelo viéndolo enfurecerse, bajo los pies del escritorio y la apago con mis manos botas antes de levantarme para dar la vuelta al escritorio y acercarme a el.
-Quiero respuestas.-digo serio y estalla en una carcajada.
-¿Has matado a tres de mis hombres y quieres respuestas?
-No tengo la culpa de que no les compres un chaleco antibalas como el que cargabas cuando me jodiste.-esbozo una falsa sonrisa y la diversión aumenta.
-Si no quieres que llame a la policía ahora mismo, sal de mi oficina.-amenaza.
-Has entrado sabiendo quien es y sabiendo que te podria haber asesinado.-frunzo el ceño, saco otro de mis cigarrillos y lo prendo mientras doy una vuelta por la oficina.
-No eres capaz de matarme aquí, no eres tan estupido.
-Tu nunca sabes.-encojo los hombros.
-Te he dicho, respuestas.-encojo los hombros una vez mas y le doy una larga calada a mi cigarro.
-Pense que venias a disculparte por mi y por otras miles de personas que has matado, ¿acaso no aprendiste en la cárcel?
Esbozo una sonrisa mientras expulso el humo, pongo el cigarrillo en mi boca y me levanto la chaqueta para sacar el arma de mi cintura, me mira confundido y noto que se asusta.
-Mi arma te pide perdon, yo no tengo porque.-sonrió apuntandole.
-Eres un gillipollas, Segal.
-Hm, eso lo se.-me encojo de hombros, totalmente relajado.-Respuestas Sarkozy.-insisto.
-¿Que quieres que te diga? La respuesta es simple, no pudiste matarme.
-¿Estabas cien por ciento seguro de que dispararía en el pecho?
-Estaba dispuesto a morir con tal que te murieras en la carcel.-sonrio.
-Sueño cumplido, pero adivina que, ¿que?-alzo los brazos sin quitar mi sonrisa.-Estoy de vuelta.
-Anoche asesine a cuatro adolescentes.
Hago una cara de sorpresa y pongo mi mano derecha sobre mi pecho señalandome.
-Me ofende que me culpes de tal crueldad.-digo burlón arrugando la nariz. Se queda en silencio apretando la mandíbula.-Entonces, ¿que vamos a almorzar?7
-¿Que?-frunce el ceño.
-Curiosidad de conocer a tu hija.-respondo simple y rie.
-Pense que venias a matarme.
-No aun.
-¿De verdad crees que conocerás a mi familia?
-Oh, no creo, se que lo haré.-digo sonriendo.
-¡Fuera de mi casa antes de que te meta a la carcel por asesinato!
-Todavía no entiendo porque no me has llamado.-mi tranquilidad lo saca de quicio, se va a acercar al escritorio para sacar el teléfono pero lo detengo.
-No, no, Sarkozy.-digo sonriendo, lo agarro y lo tiro al suelo apuntandole en la cabeza con la pistola.
-Pudrete en el infierno, Segal.
-No te preocupes, tengo claro a donde voy.
Alicekj13.
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