Beth
-No me gusta tu novio.-masculla papa. Ruedo los ojos.
-Es la enésima vez que lo repites.
-Y lo repetire hasta que lo entiendas.
Gimió frustrada y trato de enfrentarme con algo en el auto mientras llegamos al restaurante.
-¿Cómo es posible volver y lo primero que veo es a mi hija teniendo relaciones sexuales?-murmura para si mismo pero le escucho.
-¡No estaba teniendo sexo, papa, por el amor de Dios!-exclamo haciendo gestos con mis manos.
-Estabas a punto.-me lanza una rápida mirada.-Enzo Previtti.-contesta al teléfono y agradezco este milagro.-Esta conversación no ha terminado.-me advierte antes de concentrarse en su llamada.
-Iré a almorzar con mi hija... Hm, si, lo he escuchado. Tendré cuidado. ¿Cuatro? Vaya... Si.- no entiendo absolutamente nada de la conversación así que me entretengo con mi teléfono.
Pocos minutos después hemos llegado a Simple Bistro, mi padre le da las llaves al chico para que estacione y caminó hacia adentro sin soltar la mirada de mi teléfono. Estoy muy entretenida sobre la historia de Lorena en su sesión y de como conoció a este asombroso chico de Paris.
-Deja a tu noviecito para mas tarde, Beth.-murmura mi padre molesta.
-Buenas tardes, por aquí.-escucho la voz del mesonero decir, levanto un poco la mirada y me vuelvo a concentrar en el teléfono, sonrió al ver los detalles sucios que me cuenta pero mi sonrisa desaparece cuando mi rostro se encuentra aplastado contra el piso.
Abro mis ojos confundida por el impacto y me encuentro con un chico tirada igual, pero hay algo extraño al lado de el... Algo negro, ¡un arma! ¡Mierda es un arma!
Estoy a punto de gritar pero se da cuenta y me tapa la boca con su mano.
-Sh.-dice, le miro con los ojos muy abiertos, toma el arma con la otra mano y la guarda en la parte baja de su espalda, entre la cinturilla.
Ese cabello castaño oscuro, esos ojos color azul, un azul tan intenso, y esa barba que le da el toque final a su rostro, tan atractivo, me parecen conocidos, pero no se de donde.
-Te vas a levantar sin hacer algún ruido y te vas a dirigir a los baños, te seguiré.- su voz parece amenazadora y aunque quiera gritar como loca, por alguna razón no me niego, me provoca escalofríos.
Me levanto del suelo y veo a mi padre hacerme una seña en unas mesas mas adelante, le sonrío falsamente y le hago señas que iré al baño, solo asiente y me doy la vuelta.
Me muerdo el labio inferior mientras espero, estoy en el sanitario de mujeres. Debería correr, ese hombre podría matarme, pero no lo hago. No pasa mucho cuando la gran puerta se abre, mostrando esa esbelta figura, sus ojos se clavan en mi y siento como aprieto mas mi mordida en el labio inferior.
Alicekj13.
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