Aquella nube que había aparecido de la negrura y se acercó tan rápidamente, ya comenzaba a desvanecerse en el aire. Pero la sombra que caminaba entre las cosechas no estaba ni cerca de llegar a la primera casa.
Ambos vigilantes permanecieron inmóviles desde el momento en que hizo aparición. En ese largo rato Li no prestó atención al movimiento repetitivo y compulsivo de la pierna de Pi, ella estaba sobreexcitada. Finalmente no pudo contenerse y preguntó en susurros.
―¿Qué hacemos?
―Esperar ―Contestó Li tajantemente.
―¡Pero ahí está! deberíamos atraparlo.
―¡No! No sabemos ni que es, podría ser un animal, lo mejor es aguardar. ―Pi no tuvo más remedio que aguantar pero con cada minuto que pasaba su desesperación crecía.
A momentos, el movimiento de las plantas cesaba, luego continuava donde mismo, o de repente aparecía más adelante, pero cada vez que se detenía Pi desesperaba, fue cuando Li escuchó el rechinido de sus dientes.
―Pi, ¡Calmate!
―Pero… ¡Deberíamos de ir! ―Li miró sorprendido como el rostro de Pi dibujaba una sonrisa y sus ojos brillaban de emoción mientras su cuerpo temblaba de desesperación.
―No podemos actuar todavía, necesitamos esperar, no podemos proceder sin justificación.« ¿Qué estoy diciendo? »Pensó, pero antes de contestarse, Pi respiró profundamente, abrió las manos y las apoyó en el suelo para separar su pecho de este.
―Ok. ―Su hermano más tranquilo olvidó sus pensamientos. Volteó a ver las plantaciones, pero perdió de vista a la sombra.
―¿Dónde está?
―Ahí ―Ella señaló la parte trasera de la casa junto al pozo.
―¡Rayos! ¡Hay que acercarnos! ―Esas palabras alegraron a Pi, quien saltó sobre Li y ambos bajaron de un brinco sorprendentemente sordo, y corrieron a la esquina de la casa contigua.
Asomándose no vieron nada y decidieron dirigirse a la esquina de la parte posterior. El ladrón no se encontraba, pero la ventana estaba abierta. Con paso lento y cuidadoso se acercaron al bordillo de ésta. Intentaron ver en la negrura, pero les era imposible, sin embargo Li alcanzó a escuchar un sonido que parecía provenir de la planta superior.
―¿Oíste eso?
―¿Qué?
―Creo que se encuentra arriba
―Voy.
Li era demasiado grande para entrar por la ventana, Así que Pi decidió ir por su cuenta.
―¡Espera! ―él sabía que ahora era imposible detenerla, pues sus ojos centelleaban de emoción.― Ten cuidado y no hagas ningún ruido ¿Ok?
―¡Ok! ―Tetra metió primero la cabeza, y Li le ayudó por detrás ya que no alcanzaba el piso.
Al pasar la cintura por el marco, topó con el mango de su espada el cual simplemente se despegó del cuerpo de Pi ya que no llevaba funda ni nada parecido. El golpe fue apagado pero en aquella quietud pareció un escándalo, sin embargo la hoja iba a golpear contra una roca y Li pudo tomarla a tiempo. Pi se quedó congelada a medio camino esperando el golpe cuando sintió como Li le daba palmaditas en el trasero indicando que continuaría.
Una vez que Pi estaba del todo en el interior se dio la vuelta para preguntar por su arma, Li la sostenía en su boca cerca de la punta.
―¡Que reflejos! ―Susurro tomando la espada. Hecho esto alcanzo a ver como brotaba sangre de las comisuras de éste.
―¡Li!
―Shhhhh. Contínua ―Ella encogió los hombros, como intentando ocultar su cabeza.
―¿Pi?
―Perdón… ―Li sonrió cálidamente.
―No te preocupes, ahora contínua ¿De acuerdo?
―Ella sólo asintió con la cabeza agachada y dió media vuelta.
La oscuridad era penetrante, Pi no podía distinguir ni sus manos frente a ella, así que se quedó un tiempo parada en la oscuridad escuchando los sonidos a su alrededor, y fue capaz de oír los pasos que arriba caminaban con malicia. Decidida comenzó a andar palpando con cautela las cosas frente a ella.
La habitación tenía un comedor por lo que sintió era una silla y la tapa de la mesa. Recordando la orientación de la casa supo que las escaleras tendrían que estar a la derecha, ya que ésta habitación se encontraba a la izquierda de todo.
con la ayuda de las sillas se dirigió a la pared, pero por desgracia se topó con un librero lleno de objetos variados que no pudo distinguir. El sólo tocarlos hizo que se golpeen unos con otros haciéndolos tintinear. Pi se paralizó y endureció las manos como intentando callar los objetos con eso. Más aún, los pasos del piso superior se detuvieron también.
Li, quien se encontraba afuera, estaba checando las ventanas de arriba. Intentaba ver alguna sombra que indicará dónde se encontraba el ladrón, pero no podía distinguir nada, entonces se quedó pensando, ¿Qué podría hacer? Fue cuando recordó la nube con la que se había hecho presencia.
«Debería ir a checar, ¡No!, que tal si el ladrón descubre a Pi, debería quedarme aquí por si me necesita… Pero… ¿Cómo podría? » Así continuó dándole vueltas al asunto, debía darse prisa, de lo contrario podría tomar la peor decisión. Intento imaginar lo que podría pasar pero cada suposición lo llevaba a otra y otra, sin ningún resultado real.« ¡Un momento! ¡Pero claro!
Nuevamente recordó la nube de polvo, aquello tenía que ser un vehículo o algún medio de escape, eso sólo podía ubicar la salida del ladrón en dicha dirección por lo que las únicas vías serían las ventanas y puerta de la parte trasera, y más aún, justo por donde él había entrado ya que las demás estaban cerradas. Esta sería la salida más óptima, aunque bien cabía la posibilidad de que el ladrón decidiese salir por otro lado, pero siempre que fuese en dirección a su vehículo. Con ese pensamiento Li prefirió quedarse a una distancia lejos de la casa, donde pudiese vigilar las posibles salidas y prestar atención a los sonidos. Para ello se movió unos pasos atrás hasta quedar oculto entre las plantaciones.
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