Dentro de los primeros veinte días de este retiro forzoso, empecé a desarrollar una serie de ejercicios creativos usando un personaje que hace tiempo tenía archivado y al que nunca le presté mucha atención. El estar solo, me llevo a convivir con muchos de mis amigos imaginarios por lo cual utilice a este chico mosca, en el que proyectaba algunas de mis vivencias durante el encierro. Lo que ustedes van a leer y observar, es el fruto de la evolución que día a día se fue realizando con este personaje y sus historias, las cuales en su inicio no eran coherentes ni tenían una continuidad, pero que hasta el momento he llevado de una forma narrativamente coherente y con algunas mejoras con el dibujo.
Las cosas que realizamos a diario, a veces han de parecer muy simples y cotidianas, pero si las mezclas con algo de imaginación podrás idear múltiples mundos y en uno de esos mundos vive Ricardo, el chico mosca.
Les presentamos esta primera parte, de una serie de historias cortas en las que la vida de un simple chico te podrá llevar de la ironía hasta el simple despertar cada mañana en un lugar diferente haciendo las mismas cosas que haces tú.
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