Ella no habla, le gusta escribirEl sobre reposaba sobre mi cama junto a los demás. Me negaba a leer la carta. Probablemente era otro intento de hacerme volver a la empresa.
Fui a buscar una cerveza y me senté a ver un partido de La Selección. Saqué uno de los cupcake que Catalina me había dado es mañana. ¿Su excusa? Hace días que estaba con el seño fruncido y necesitaba endulzar más la vida.
Parecía que su vida había mejorado visiblemente desde que se había ido a vivir con su tía. Estaba más sonriente y habladora. Era alegre e incluso me había dado la razón en las pocas discusiones que habíamos tenído.
Ojalá mi vida se pudiera endulzar con la facilidad de comer un cupcake.
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