La alarma sonó y todos los hombres se formaron en un muro de escudos. Bloqueando así la entrada al pueblo, mientras tanto los porteños se resguardaban en el centro de la ciudad. El capitán Teixeira y varios sargentos de su grupo pusieron orden en las líneas, esperando el ataque.
223 unidades activas para defender la ciudad, no era mucho, aun sin embargo era desconocida el total de las unidades enemigas. Pasaron varios minutos sin más avisos de ataques, al lado del muelle se encuentra una playa que conectaba con una gran selva. El barco, posiblemente orco se encontraba encallado justo en ese lugar.
El capitán Teixeira observaba si había algún movimiento entre el denso monte que se encontraba a poco más de 20 metros de distancia de donde se encontraban, observa y observa, pero no puede distinguir nada.
C. Teixeira: Cabo Pérez, necesito que tome mi caballo y valla a la ciudad más cercana por refuerzos, al norte se encuentra la ciudad de Alves. Dese prisa.
La ciudad de Alves se encuentra a 120 kilómetros, son varias horas de camino, pero era necesario por si las cosas se ponían feas. El capitán Teixeira toma a tres de sus hombres para adentrarse en la selva y asegurarse de que no haya enemigos. Es peligroso, pero aun así no pueden quedarse todo el tiempo esperando.
C. Teixeira: Arte del guerrero, sexta forma, detección.
El plan era que los tres soldados se adentraran 100 metros en la selva, el capitán Teixeira con detección sabría exactamente quien o quienes se encontraban ahí, y si algo o alguien aparecía el saberlo justo antes de que haya problemas.
El capitán se quedó en el límite del monte, esperando a que los jóvenes cabos se adentraran, los tres con una distancia de 20 metros entre cada uno avanzaban lento pero seguro. 10, 15, 20 metros y nada de que asustarse.
C. Teixeira: No sé lo que ocurre, ¿acaso fuimos jugados con una broma? No. Eso es imposible, el sargento James está muerto, quien quiera que sea quiere matarnos a todos de verdad.
Los soldados han avanzado 50 metros, la mitad y aun nada, cada vez se acercan más a donde se encuentra el barco abandonado. No se ha detectado movimiento. 70 metros y lo mismo. Los soldados estaban desesperados, el capitán lo notaba, su detección hacia que escuchara que tan rápido iba sus corazones, él sabía que eran muy valientes al entrar ahí y no retroceder ni un solo paso.
90 metros y aun nada, sus corazones iban a todo pulmón, el capitán decidió hacer que volvieran e idearía un nuevo plan para incursar el barco. Con la posible llegada de refuerzos sería lo más adecuado, aguantar hasta el amanecer.
C. Teixeira: No hay ni un solo soldado de elite entre nuestras filas, si resulta haber orcos de alto rango, nos aplastaran sin dudar, lo mejor es que ellos regresen.
El capitán dio la orden de regresar, el trio de soldados acato la orden y comienzan a retroceder. Al cabo de 10 metros algo ocurrió. ¿Acaso fue porque ya no se adentraran más en el bosque? Ya que uno de ellos está muy calmando, tanto que incluso su corazón dejo de latir.
Demasiado extraño, pero no paso más de un metro y otro también dejo de responder, el capitán no sabía lo que ocurría, no ha detectado a nadie adentro, ¿acaso algún pequeño animal venenoso los derribo?
C. Teixeira: ¡Cabo Gómez salga de ahí! ¡Ahora!
El cabo logro escuchar los gritos de su capitán y sin cuestionar comienza a correr, 60, 50, 40, 30 metros. Y de repente se detuvo. No parecía haber muerto ya que su corazón aun latía, pero no se movía, pero de repente de un momento a otro estaba a tan solo 5 metros del capitán.
Unos pequeños sollozos provenientes del otro lado del monte son escuchados, el cabo salía de ese denso lugar, pero no hablaba y lo más extraño de todo, parecía estar flotando, sus pies estaban a más de 30 centímetros de distancia del suelo y parecían ir en aumento.
C. Teixeira: Veo que aprendiste a volar cabo.
Cabo: C-Capitán...
El cabo de la nada grita bruscamente, de su boca y nariz chorros de sangre comienza a brotar de ahí, hasta que finalmente su corazón se detiene y cae. Tan pronto cae un monstruoso brazo cubierto de sangre comienza a emerger de donde el cabo se encontraba, y no solo uno, sino que otro... ¿y otros dos más? Un enorme orco de cuatro brazos aparece. Lamiendo su brazo ensangrentado pregunta:
Kadjar: ¿Quieres que te enseñe también a volar?
C. Teixeira: Te lo agradecería.
El orco sonríe y en tan solo un instante con su enorme brazo golpea ferozmente al capitán que sale volando por los aires sin aliento. Cayendo justo en frente del muro de soldados que se encontraba a más de 20 metros de distancia de donde se encontraban.
Kadjar: No seas exagerado humanito, ni siquiera te pegue tan duro.
Los soldados que estaban cerca ayudan a su capitán a meterse dentro del muro para atender sus heridas, afortunadamente logro bloquear el golpe con su escudo, sin embargo tuvo que sacrificar su brazo izquierdo ya que estaba hecho trizas.
C. Teixeira: El golpe no llevaba potencia, pero aun así fue como si yo solo hubiera chocado contra un muro y mi propia fuerza me haya echo rebotar.
De la selva más orcos se asían presentes, eran cientos y cientos. Más de los que el capitán esperaba. Con sus fuerzas se pone de pie y da la orden de bloquear cualquier ataque con los escudos.
Kadjar: ¡Antaŭeniri!
Los orcos comenzaron a moverse y en cuestión de segundos estaban chocando sus cuerpos con los escudos de los soldados, el poder de impulso era inmenso, los soldados caían al suelo y eran cortados con las enormes espadas orcas. El capitán trataba de ayudar a sus hombres.
C. Teixeira: Arte del guerrero, cuarta forma. Mar de cuchillos.
Los orcos comenzaron a ser cortados uno tras otro, el capitán seguía intentando e intentando. Los soldados también atacaban. Arte del guerrero, primera forma. Estoque.
C. Teixeira: Arte del guerrero, séptima forma. Onda expansiva.
Un gran corte comenzó a partir a todo orco que se interponía en su camino, el gran orco Kadjar se percató de lo fuerte que era el capitán y sin esperar más saco 2 de sus 4 espadas que tenía en la espalda y se ponía en posición de pelea.
Y con una gran potencia avanza hacia el capitán que logra esquivar el corte, pero todos los soldados de atrás fueron partidos a la mitad. Kadjar, sin dejar de atacar comienza a lanzar golpes consecutivos que el capitán apenas logra esquivar.
Kadjar: ¡infera muĝado!
El orco con un gran rugido hace retroceder al capitán, que en seguida trata de reponerse.
C. Teixeira: Arte del guerrero, quinta forma. Endurecimiento.
Kadjar: Veo que te lo estas tomando muy enserio. Tal vez yo también lo haga.
El capitán se sorprende, si no se lo está tomando en serio significa que las cosas se pondrán muy mal si no logra detenerlo cuanto antes. Los demás soldados siguen luchando, pero en cuestión de pocos minutos casi todos están muertos.
Kadjar: soifon je sango.
Unas raíces rojas comienzan a materializarse por todo su cuerpo. El capitán lo sabía, sus vasos sanguíneos y venas comenzaron a calentarse y de un momento a otro emitía un aura demoledora.
C. Teixeira: Arte del guerrero, cuarta forma, Mar de cuchillos.
El arte no funciono, ningún corte fue dado y parecía listo para atacar, el orco ruge y comienza a golpear consecutivamente con sus puños al capitán. Él no puede defenderse, no puede predecir los golpes y tampoco igualar su velocidad, sus costillas estaban destrozadas, sus piernas no podían sostenerlo y parecía perder la conciencia de sí mismo.
Los orcos habían asesinado a casi todos sus soldados y habían llegado al centro de la ciudad, en cuestión de nada comenzaron a masacrar a todos los porteños. Todo está perdido.
El orco dejo de golpearlo y como si nada se puso muy pasivo, sus marcas desparecieron y lo que hizo después fue hacer una cara de tristeza.
Con sus 2 brazos inferiores tomo de los brazos al capitán y lo elevo, y con su brazo izquierdo superior le quito el casco que llevaba puesto dejando al descubierto su cara gravemente golpeada y con lágrimas saliendo de sus ojos.
Kadjar: Los soldados que mandaste tenían unas marcas en su cuerpo, parecía que querían formar una especie de diagrama. La tuya parece completa. ¿Una estrella?
El capitán apenas podía entender lo que estaba diciendo, no podía seguir mucho tiempo consiente.
Kadjar: Al parecer mientras más completa este esa estrella, más fuerte es el humano, ¿no es así? Es decepcionante que tú seas de los más fuertes.
Mis ancestros me contaban de lo poderoso y tenaces que eran los humanos, que era muy difícil romper sus líneas. Pero a mí no me costó nada. Su pueblo está ardiendo y sus habitantes están casi todos muertos.
El orco comenzó a reír insultando al capitán y burlándose de lo débiles que son los humanos. Un gran golpe de orgullo para el capitán, desde que él era niño siempre había sido el hombre más fuerte de su grupo, eran contadas las personas que eran capaces de hacerle frente, y ahora en esta situación. No tuvo la más mínima oportunidad de ganar.
Ya no sentía sus brazos y el orco había roto su orgullo restregándole en la cara lo inútil que fue. Su sargento James que llevaba más de 5 años con él siempre se lo decía "Ponte a trabajar, no esas un inútil". El deseaba que se lo siguiera diciendo, aun si él no lo obedecía o se burlara de él. Pero ahora eso ya no era posible.
Kadjar: ¡jajaja! En fin. Gracias por nada.
Kadjar comenzó a apretar los brazos del capitán y a jalarlos hacia los costados. Su objetivo era separarlos del cuerpo. El capitán comenzó a agonizar y a gritar de dolor. El orco seguía jalando más y más. El probé hombre dejo de sentir sus brazos en cierto punto y solo deseaba que los arrancara de una vez. Hasta que sintió que ya no los apretaban más. ¿Qué sucedió?
Kadjar: ¡¿Qué demonios?!
Achraft: Veo que estas siendo muy cruel pequeño orco.
Un gran hombre aún más colosal que el orco aparece y con sus propias manos disloco los brazos del orco que estaban haciendo trizas al capitán.
Achraft: No sabía que llorabas como una niñita Tiago.
C. Teixeira: General Achraft... Esta aquí.
Con un puñetazo a la cara, Achraft hizo caer a Kadjar como si nada, tomando así al capitán Teixeira. Al parecer el cabo Pérez se topó con Achraft y su batallón mientras iba hacia la ciudad de Alves, afortunadamente estaban ya muy cerca de la ciudad porteña.
Achraft: mmmm. Esto se ve muy mal. Capitán Vezo lleva a Tiago a que lo curen. Está muy mal.
El capitán Ricardo Vezo y un grupo de alquimistas médicos atienden a Tiago. Mientras Achraft y sus soldados de elite se encargan de los orcos. Sin embargo Kadjar aún no está derrotado, logra levantarse y asentar un puñetazo a un distraído Achraft.
Kadjar: ¡No golpeas nada mal humano!
Achraft sin inmutarse su burla del orco.
Achraft: Pues tú golpeas peor que un niño de 5 años.
Comments (0)
See all