Pasó una semana y llegó la famosa invitación al Marquesado. Los Condes contrataron a nobles para enseñar modales de nuevo a la joven Sarah, quien estaba aprendiendo muy rápidamente. La condesa compró un vestido verde esmeralda precioso y varios productos de belleza para la joven.
Toda la familia fue invitada a la mansión del Marqués, incluyendo al Joven Liam, debido a que ambos hijos estudiaban en la academia y querían esperar a que finalizasen las clases de manera temporal.
Mientras Sarah debía reunirse con el futuro marqués, Vinward Cyanspring, la Condesa se reuniría junto a otras damas a una fiesta del té dirigida por la marquesa y el Conde pondría al día de las negociaciones a su hijo mayor en caso de que ocurriera alguna desgracia.
Antes de que se dieran cuenta, pasó otra semana y el rubio llegó a casa. Fue recibido cálidamente por su hermana.
-¿Has leído lo que te he escrito? -Preguntó impaciente la joven.
-Si, si...
-¿Qué opinas? ¿No es injusto?
-Sinceramente... Pienso que han sido muy suaves contigo... -Contestó algo decaído.
-¿Estás bien?
-Sólo estoy algo cansado por el viaje... Debería ir a descansar un poco
-De acuerdo, ¡nos vemos en la cena!
-Si
A la joven le parecía extraña la actitud de su hermano, siempre había sido una persona muy enérgica.
«¿Y si en realidad ha escuchado que fui a la academia?»
No podía parar de preguntarse a sí misma si él lo sabría, y si lo sabía ¿estaba enfadado por ello? No había forma de saberlo a no ser que preguntase directamente, pero si lo hacía tal vez se delataría a si misma.
Sarah sentía que la situación no podía seguir así, habían pasado dos días desde la llegada del joven y apenas habían podido intercambiar palabras. Ella quería hablar, necesitaba hablar, la culpa la carcomía. Así que, decidió dejar de darle vueltas al asunto y quiso tomar el toro por los cuernos* y sin previo aviso le hizo una pequeña emboscada.
-¿Qué te pasa? -Preguntó la joven.
-Nada
-Has estado raro desde que has vuelto. ¿Qué te pasa?
-Te he dicho que no me pasa nada.
-Liam
-¿Qué?
-Que me digas que te pasa.
-No lo puedes saber todo siempre. -Contestó algo más molesto.
-Lo sé, pero te pasa algo y seguro que hablando te puedo ayudar algo.
-No hay nada que puedas hacer.
-¿Es sobre...
-No lo digas.
-...La chica...
-Que no lo digas.
-Que te gusta?
-...
Ambos se quedaron en silencio. Sarah le cogió de la mano y le llevó al jardín sin decir palabra. Le llevó a su rincón secreto, bajo el gran roble del final del jardín.
-Aquí podemos hablar tranquilamente -Dijo mientras se sentaba.
-¿Y si no quiero hablarlo?
Sarah golpeó suavemente el suelo con la palma de su mano, pidiendo que su hermano se sentase a su lado.
-De acuerdo, te lo diré. Pero no se lo puedes decir a nadie.
-¡Por supuesto!
-¿Te acuerdas que te hablé de una chica?
-La de los ojos azules cuyos movimientos desbordaban elegancia, su fragancia olía a lavanda y era agradable hablar con ella pero que está prometida con un futuro brillante caballero.
-Veo que recuerdas incluso los detalles...
-No olvido nada de lo que me explicas.
-Bueno... Ella es Leesonnas Cyanspring.
-...
La sorpresa de Sarah se reflejaba en su cara, era como un libro abierto, sobretodo para Liam.
-Si, la hermana de tu futuro marido es la persona de la cual estoy enamorado. Además... su prometido no muestra interés en ella y sólo veo desgracia en su futuro...
-No está casada, ¿No?
-En menos de dos años podría estarlo.
-Pero ahora mismo no lo está.
-Claro que no, tiene 15.
-Bien. Eso es bueno. -Dijo Sarah.
-¿Te has dado un golpe en la cabeza? ¿Porqué es bueno?
-¿Te has declarado alguna vez?
-¿Qué estás insinuando?
-Deberías proponerte a lo grande. Si te rechaza, al menos sabrás que has hecho todo lo que podías.
-No sé, Sarah... No me convence la idea... Además, sería irrespetuoso por mi parte si lo hiciera mientras tu estás allí hablando con tu futuro prometido. Por no hablar de las situaciones incómodas que habrían en el futuro,
-Pero si no lo intentas, nunca lo sabrás.
-¿Y si sale mal? ¿Y si aprovechan esta oportunidad para que te cases si o si con Vinward? No quiero arriesgarme.
-¿Entonces ? ¿Vas a estar como alma en pena toooda tu vida?
-Acabaré conociendo a alguien, tu preocúpate por ti misma, que mañana vas a conocer a tu prometido
-Gracias por recordármelo -Dijo con cierto sarcasmo.
***
Tal y como estaba acordado, al día siguiente toda la familia fue a la mansión del Marqués de Cyanspring. Una vez allí la condesa fue recibida por la marquesa y se dirigieron a la pequeña fiesta del té, acompañadas por la hija menor del Marqués.
Al verla, Liam se puso tenso e intentó disimular sin mucho éxito.
A continuación, una doncella bastante seria vino a buscar a la joven para llevarla con Vinward, el hijo mayor del Marqués. Y finalmente, los caballeros se retiraron a una sala para proceder a su reunión y empezar a introducir a Liam en el mundo de los negocios.
La doncella que acompañaba a Sarah no dijo una palabra en todo el trayecto, lo que hizo que se pusiera cada vez más tensa.
«No entiendo por qué estoy tan nerviosa. Intentaré comportarme de la peor forma posible, siendo lo más desagradable que se pueda ser, para que quieran romper el compromiso.»
Al cruzarse ese pensamiento Sarah sonrió levemente de forma traviesa.
Cuando llegaron a la puerta primero entró la doncella a anunciar que habían llegado y seguidamente entró Sarah sin saber muy bien qué esperarse. ¿Sería alto y guapo? No, si ese fuera el caso no tendrían problemas para comprometerle. ¿Sería más bien una persona muy ancha? ¿Sería tan bajo que resultaría incluso cómico? O tal vez... ¿Tenga alguna deformidad? O peor... ¿Será una persona de pocas luces?
-Hola. -Saludó secamente- Ya puedes levantar tu cabeza.
Ese tono altivo realmente molestó a Sarah pero por fin podría poner cara al "famoso" Vinward Cyanspring.
[Novela exclusiva en Noveltoon]
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