Apenas llegó la noche, Luke se durmió incluso antes de siquiera beber su leche tibia como era de costumbre, él solo abrazó a su nuevo peluche Zamy, y con una sonrisa en los labios, cerró los ojos para así quedarse dormido al poco tiempo.
En su sueño todo era perfecto, el día estaba nublado, nubes grises como de lluvia, cosa que Luke amaba, un satisfactorio aroma Petricor.
En aquel ensueño, Luke era capaz de ver el mundo, él podía observar las plantas, las calles, las coloridas casas, incluso a la gente; todo parecía en serio muy hermoso, se veía muy real o eso creía. Todo estaba yendo realmente bien, incluso podía oír voces de personas y aunque temía un poco lo que pudiera pasar, él corrió feliz hacia aquellas voces, esperando ver a algún amigo o simplemente a cualquier persona.
Su corazón se aceleró y su antes hermosa sonrisa fue borrada. –¿Qu…qué es esto? – dijo Luke ante lo que estaba viendo.
Un montón de personas, de diferentes complexiones físicas, unos más altos que otros, con diferentes colores de cabello y tipo de ropa, todo bien hasta ahí, el problema comenzó cuando quiso verles las caras… ellos no tenían rostro, sin nariz, sin ojos, y sin boca, no eran más que una extraña cosa lisa de diferentes tonos.
Luke se encontraba totalmente aterrorizado, temor que empeoró cuando alguien se le acercó y seguido de este, otras personas, a quienes pudo reconocer apenas, por sus voces y la forma en que lo llamaban.
–Lukie, al fin podemos vernos
–Cariño ¿no estás feliz de vernos?
–No es educado mirarnos de esa forma
La respiración de Luke se aceleraba cada vez más, tanto dentro como fuera del sueño.
–Luke… je estoy feliz de poder verte ¿estás feliz de verme?
Aquella última voz fue la que lo hizo despertar de un salto, respirando agitado miró a todos lados, aún era de noche.
–Eso fue aterrador… ¿por qué se veían así? Yo sé que no son así – susurraba para sí mismo, mientras intentaba calmar su respiración, poniéndose una mano en el pecho pues su corazón acelerado no se sentía muy bien.
Luke no pudo parar de pensar en lo horrible que había sido su sueño, ahora sentía miedo de ver a alguien, miedo de quizás ver lo mismo que en su pesadilla o tal vez peor, aunque no imaginaba él cómo podría ser peor.
Él, asustado y algo inquieto, se levantó pues era la mitad de la noche y sin ponerse la venda, salió de su habitación, bajó las escaleras y se dirigió a la cocina para poder servirse un vaso de agua y beberlo lento; como ese, se sirvió otros dos vasos antes de volver a su cuarto, acostándose esta vez rodeado por sus peluches, abrazando a Zamy y Hoppy, ya que eran sus favoritos, siendo Hoppy Gruñosito, aunque decidió ponerle Hoppy, por la palabra en ingles “happy” ya que era lo contrario a aquel oso, Luke solía decir “Él se enoja mucho porque quiere verse fuerte, él en realidad es muy lindo en su interior aunque no lo quiera admitir” comentaba eso cada que le preguntaban por el nombre que le puso. En fin, recordando aquello y el lindo día de su cumpleaños en que le fue regalado ese peluche junto a un dibujo de sus madres, Luke volvió a dormirse plácidamente con una pequeña sonrisa que iluminaba la oscuridad de la habitación.

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