Durante la última hora Dario repasó la siguiente pregunta en su mente una y otra vez: "¿Te gustaría salir conmigo?". Pero de nada sirvió, cuando llegó el momento perdió los nervios. Pasó un par de minutos sentado en su asiento tratando de encontrar el coraje necesario para acercarse Élise mientras el resto de alumnos comenzaban a salir del salón.

—¡Vamos! ¡Párate!

Se dijo así mismo. El corazón le latía aceleradamente, las palmas de las manos le sudaban, las piernas apenas le respondían. Sin embargo, logró ponerse de pie y volteó la mirada hacia su lugar. Élise ya tenía su mochila en sus hombros y estaba de pie detrás de su pupitre revisando su teléfono. Dario respiró profundamente y dio el primer paso, volvió a respirar y dio el segundo paso.

—Puedes hacerlo.

De repente Hugo le dijo en voz baja y le dio una palmada en la espalda. No había notado en qué momento su amigo se acercó a él, y es que dio todo un rodeo desde su lugar para llegar a su lado. Pero en cuestión de un par de segundos sintió un golpe en el estómago y que una mano invisible apretaba su corazón hasta hacerlo pedazos.

Un chico de segundo año, alto, de piel bronceada y espalda ancha, entró en el salón. Llamó a Élise y se dirigió a su lugar. Los dos se saludaron con un fugaz beso en la boca, intercambiaron unas palabras y él salió a esperarla al pasillo. Entonces ella volteó a ver a Dario y caminó hacia donde estaba.

—¿Qué querías preguntarme?

Le dijo con su habitual sonrisa. Dario no reaccionó, le pareció que todo a su alrededor se tornaba de un color gris, como si el mundo se estuviera marchitando.

—Quería saber si podías prestarle tus apuntes de Biología.

Rápidamente Hugo intervinó para salvarle la espalda.

—Por supuesto. Aunque no hoy los traigo. ¿Te los puedo dar mañana?

—Sí... Gracias.

Dijo recuperando un poco la compostura. Antes de despedirse Élise le dijo a Hugo:

—No olvides que el Jueves tienes que traer un adelanto para el proyecto.

—Por supuesto.

Dario la siguió con la vista hasta que salió del salón, después bajó la mirada. Quería gritar con todas sus fuerzas.