Está borroso, como empañado. Oslac no reconoce dónde está. Solo ve un escenario borroso, parece el cielo, pero de noche. Puede sentir el ruido a su alrededor y siente cómo cada vez se pone más oscuro. En frente de él aparece una persona, una niña. No puede ver bien su rostro al principio, pero después, como si estuviera abriendo mejor sus ojos, el rostro se define. Su cabello corto y con tonos celestes, sus ojos dorados y llorosos pero una sonrisa cálida la acompaña. La misma niña de siempre que pronuncia otra vez palabras inaudibles, excepto por su nombre. -Os -dice y en ese momento 64 despertó.
Al despertar, todavía estaba oscuro, ningún indicio de que fuera a cambiar la jornada de trabajo. No había reloj así que no podía saber cuánto faltaba para comenzar. ¿Por qué estoy teniendo estos sueños otra vez? Desde que entré a la prisión ya no los había vuelto a tener. ¿Por qué ahora? 64 se quedó pensando en su sueño. Lentamente su pensamiento se desvió hacia memorias de su infancia, donde vivía en un orfanato, no tenía amigos excepto un perro que lo acompañaba a todas partes el cual había muerto poco antes de que lo llevaran preso. -Si saliera de aquí, ¿qué haría? ¿hacia dónde iría? ¿podría ir con Rubí al clan del Oeste? -pensaba 64 -Tal vez 66 también tenga un lugar a donde ir. Si saliera de aquí, ¿qué es lo primero que quiero hacer? No tengo nada que extrañar. Incluso en esta prisión se come mejor que en el orfanato. Ese lugar… no hay nada bueno de él.- En ese momento 64 recuerda su imagen de niño cuando su perro le ladraba por la ventana, él se asomaba para que lo viera y parara de ladrar. En ese entonces 64 era simplemente Oslac, no 64. Se subía al marco de la ventana que era lo suficientemente ancho para él sentarse y su perro se subía al techo bajo de la casa contigua para quedar cerca de la ventana de Oslac que estaba en un segundo piso. Así se quedaban los dos durante horas cuando Oslac no podía dormir. Normalmente leía o simplemente se quedaba viendo las estrellas en el cielo. Ese era uno de sus mayores confortes. Sin darse cuenta 64 se vuelve a dormir y como si solo hubiera pasado un segundo, se despierta con la alarma del inicio de la jornada de trabajo. Ya estaban abriendo la puertas de sus compañeros para empezar la jornada, así que 64 se sentó inmediatamente en frente de la comida y agarró bocanadas de lo que podía para empezar su día.
Durante esa jornada de trabajo, 62 se quedó sentado trabajando en limpiar materiales, contarlos y anotarlos en unas hojas. Sin embargo, era un trabajo que no era necesario pero aparentemente era lo único que podía hacer debido a los ataques de tos que estaba teniendo. A cambio de que lo dejaran hacer eso 63 había tomado el rol de hacer doble trabajo. Además, 66, 65 y 64 de no poder cumplir con la cuota aceptarían cualquier castigo. Todos habían accedido a esto minutos antes de que 63 discutiera con el guardia, pero no sin tener sospechas de que el comportamiento de los gemelos era algo extraño. 64 era el que mas sospechaba que algo andaba raro, siempre recordando lo último que le había dicho 63 la noche anterior. Sin embargo, no les habían dado ninguna excusa que fuera mentira, - Estoy preocupado por mi hermano, por favor les pido que nos ayuden- esas habían sido sus palabras en un tono determinado y con una mirada seria. Aunque 62 no se veía tan débil, ninguno de ellos quería arriesgarse a que empeorara su condición.
-En qué momento terminé haciendo esto. Ustedes mocosos hagan lo que quieran, yo sólo cumpliré con mi jornada normal- dijo 66 mientras pulía el muro exterior de la torre que construía.
-Pues eso no fue lo que le dijiste a 63 cuando nos pidió ayuda- dice 65 con un tono burlón.
-Exacto, pero no le dije que sí tampoco, así que no estoy en obligación de hacerlo.
-Si, si. Tu quédate sin hacerlo, si no llegamos a la cuota seremos todos castigados, pero a quién le importa- dice 65 en un tono más sarcástico.
-Ese no es mi problema, puedo aguantar un castigo cuando sea.
65 suelta una risa -Si, si, como digas 66
-¿No me crees? ¿te estas burlando de mi?
65 vuelve a reír -Te creeré cuando dejes que nos castiguen.
-66 qué bajo has caído, ya ni los niños te respetan- se dice 66 para sí mismo en voz alta. En ese momento, 65 se resbala con un poco de mezcla que había en el piso y antes de que se caiga hacia atrás 66 la agarra.
-Estoy bien, gracias 66-
-Aahh.. - suspira 66 - Oye no hay apuro, si vamos a hacer el doble de trabajo hagámoslo con cuidado
-Ok!
-¡Rubí!, estás bien?- pregunta 64 quien estaba cerca puliendo otra área de la torre.
-Si, todo bien. Solo tendré más cuidado.- 64 se queda mirando a 65 y luego dirige la mirada a hacia 63 quien no lo ve debido a que está concentrado en su trabajo. Rubí mueve su mano abierta en frente de 64 para ganarse de nuevo su mirada.
-¿Hoy trabajaremos doble verdad?-
-Lo siento, no estoy muy entusiasmado al respecto-
-Ni yo, a quien le gusta trabajar doble después de todo…. ¿Te incomoda que 63 esté actuando de manera sospechosa?- al oír eso, 64 abre los ojos en sorpresa y Rubí se ríe levemente y suspira. - Ahí está tu mirada de sorprendido
-No creía parecer tan obvio al respecto, además, pues … nada.
-¿No pensaste que yo también iba a sentir que 63 trama algo?
-No creí que te ibas a dar cuenta
-Está bien, eso es algo que no me gusta y me gusta de ti al mismo tiempo- dice 65 mientras ve a 64 a los ojos .-Crees que nunca me doy cuenta de mi alrededor y a veces pienso que ni si quiera me consideras lista o inteligente porque no llego pensar tanto como tu. Por eso te sorprendes y eso me disgusta. -dice 65 mientras acerca cada vez más su rostro a la cara de 64 -pero me gusta tu cara de sorprendido. -64 siente como su corazón se acelera rápidamente. En ese momento suena el silbato de algún guardia y 64 y 65 voltean a ver qué está pasando. Sin embargo, era un aviso general para que todos los trabajadores agilizaran el paso y grita hacia todos -¡Vamos rápido agilizando el movimiento!, esta torre debe quedar limpia en dos días-.
65 ve a 64 una vez más antes de voltearse caminar en la dirección a la que se dirigía mientras le dice -No tiene caso intentar adivinar qué pasa por la cabeza de 63, así que por ahora decidí seguirle la corriente.
64 se queda en silencio viendo a 65 alejarse y vuelve a su puesto de trabajo mientras piensa en su cabeza- y tu eres decidida y al mismo tiempo te muestras despreocupada y alegre a ante cualquier situación y eso es algo que me disgusta y al mismo tiempo me gusta de ti- 64 sonríe para sí mismo y se topa con la mirada de 66 quien lo observaba desde hace ratos desde lejos. En ese momento 66 besa su propia mano y le lanza el beso al aire a 64 en son de burla, haciendo que voltee los ojos hacia arriba y golpeé el aire como quitándose el beso de encima.
Esa noche al volver, todos estaban muy cansados como para hablar y aunque 64 quería preguntarle a 63 qué era realmente lo que estaba planeando, decidió tomar la palabra de 65 y solo seguirle la corriente hasta el día siguiente. 64 se había quedado desde la celda observando la celda de 63 como si con eso pudiera entender qué estaba pasando-¿en serio estaría pensando en escapar? -pensaba. 64 se quedó dormido y se despertó antes de la hora de trabajo. Otra vez se había despertado después de haber tenido aquel sueño extraño.
63 vuelve a pedirle lo mismo del día anterior a todos, pero esta vez 62 realmente tenía fiebre y se quedaría sólo contando materiales y anotándolos. 64 ya estaba preparado para pedirle a 63 que le dijera qué era lo que realmente estaba tramando y en ese momento 63 les dice: -Esperen un poco más, antes de que acabe la jornada de hoy tendrán la respuestas a sus preguntas y sospechas. Solo ayuden a cuidar de mi hermano, por favor- . Debido a esas palabras todos decidieron esperar. Ninguno excepto 63 habría podido anticipar lo que venía en media jornada de trabajo.
63 se acerca al puesto de trabajo de 64 y mientras se llevaban los materiales pesados fuera del camino, se cae al lado de 64 y se levanta rápidamente, empujándolo -Oye, ¡ten cuidado! ¡Ya me tienes harto!- por un segundo ve directamente a 64 y hace un gesto con la cabeza, levantándola rápidamente, como invitándolo a que siguiera la pelea. 64 se levanta enojado y le da un empujón tan fuerte que cae hacia atrás. 63 se levanta y con impulso agarra a 64 por la cintura y lo empuja haciendo que los caigan al suelo y rueden mientras se lanzaban puños entre sí. Al instante llegaron dos guardias a separarlos y a golpearlos con las varas, y finalmente fueron electrocutados con las mismas hasta que se quedaron quietos. De repente las esposas se activaron para que se juntaran como imanes poderosos que no les permitían separar las manos y los llevaron a recibir su castigo.
Normalmente los castigos son en público, los presos era golpeados y electrocutados con las varas de los guardias hasta que se disculparan en frente de todos y juraran no volver a causar problemas. Además de eso, no se les alimentaba ese día y si sobrevivían la siguiente jornada de trabajo, al regresar a la celda ya tenían comida, incluyendo la que se les debía del día anterior. A veces sólo eran golpes con la vara y tener que disculparse y no se les quitaba la comida. Todo dependía de lo ocurrido, pero ese era el castigo general. Sin embargo, de ser muy severo lo que se había hecho, eran llevados a otro sitio y allí eran castigados. Ese era el caso con los que capturaban intentando escapar o con aquellos que se revelaban contra un guardia. Esos presos nunca volvían. 63 y 64 iban a ser castigados en público, pero 63 logra patear a uno de los guardias, agarra la vara con sus manos atadas y lo golpea con ella. 64 sorprendido, intenta zafarse del guardia para detener a 63, pero antes que pudiera lograrlo, y antes de que 65 y 66 pudieran actuar, llegan más guardias quienes ponen a 63 y 64 contra el suelo. Un paralizador es inyectado en ellos, haciendo que no pudieran moverse del todo. Los guardias se los llevan, mientras 64 ve a 65 corriendo hacía él y a 62 poniéndose en frente de 65. -No vengan, no se acerquen- eran las palabras que pensaba 64 ahora que su castigo sería en aquel otro lugar.
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