Ya han pasado algunas semanas desde mi nacimiento. Me he adaptado mejor a mi “nueva situación”, mejor de lo que había pensado, aunque sigue siendo raro volver a ser un bebé y más cuando tengo conciencia de ello.
No puedo hacer nada solo y siempre necesito ayuda, es muy difícil moverme, ni siquiera puedo caminar o gatear, solamente puedo esperar en mi cuna a que una criada cuide de mí. A pesar de todos los inconveniente que tiene ser un niño, lo disfruto, realmente lo disfruto. Estar cerca de mamá es agradable, cualquier cosa que haga estando cerca de ella es divertido, desde los paseos matutinos hasta la hora de dormir, por alguna razón siempre me trae nostalgia de un pasado lejano.
No estuve solo perdiendo el tiempo y disfrutando de mi nueva vida, mientras daba vueltas por toda la casa en los brazos de mamá descubrí unas cuantas cosas: al parecer tenemos cierto grado de prestigio en el lugar donde vivimos; no hay muchas casa por los alrededores, y hace mucho frío aunque casi ni lo siento; no tengo hermanos ni hermanas y no he visito a mi "padre" ni una sola vez; a pesar de vivir en una casa tan grande no hay mucha gente en ella, estamos nosotros y dos sirvientas, creo que se llaman Rudith y Saraa, es lo que puede entender ya que no comprendo mucho el idioma que hablan. Lo mejor para el final, la gran noticia que cambio todo; no soy humano.
Luego de unos días de mi nacimiento, mi visión fue mejorando gradualmente y pude ver más claramente a mi madre y sus enormes cuernos color negro azulado encima de su cabeza, lo mismo con Saraa y Rudith. Las dos criadas van vestidas de la misma manera, pero sus respectivos delantales son diferentes, ambas llevan puesto: unas sandalias negras, unos pantalones marrón oscuro y unas camisetas blancas con mangas largas. En cuanto a sus delantales, el de Saraa es azul oscuro con algunas rosas bordadas y el de Rudith es negro con varios dragones blancos pequeños volando. Las tres chicas que me rodan son hermosas.
Fue una gran sorpresa ver los cuernos de mamá y los de las criadas, no lo niego. No sé bien que soy, pero estoy bastante seguro que no un humano. Si me baso en el conocimiento de mi “yo” pasado, algunos videojuegos y anime, diría que soy un demonio o algo por el estilo, pero la verdad no estoy seguro y solo puedo esperar a ver si en un futuro logro descubrirlo.
Me frustra la idea de no saber nada sobre el lugar en que me encuentro y por mis limitaciones no poder investigar, por desgracia solo resta esperar.
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Algunos meses después…
Ha pasado un buen tiempo desde que llegue aquí y algunas cosas han cambiado: ¡por fin puedo hablar! Son solo palabras sueltas, sin formar una oración y mal pronunciadas, pero puedo hablar. Gracias a Saraa, Rudd y mi madre, pude comprender y hablar mejor el idioma de aquí, aún falta un largo trayecto pero es un gran avance, todo a base de prueba y error. Otra gran noticia es que puedo cam... bueno gatear, pero con esto es suficiente para hacer lo que deseaba hace tiempo: investigar mi casa.
Hoy es el gran día, memoricé el tiempo en que mamá toma su siesta y en el que las chicas limpian el otro lado de la casa, no hay mejor momento que este. Manos a la obra.
Doy un vistazo a mi alrededor y compruebo que este todo despejado. Luego de algunos intentos, logro trepar la cuna y salir de mi habitación. Para mi beneficio las puertas no tienen manillas, así que avanzo despacio y siempre atento. Un largo pasillo se muestra delante mis ojos: a la derecha hay varias puertas y a la izquierda esta una cerca que cubre el pasillo, detrás esta la habitación de mamá que conecta con la mía. Durante los paseos con mamá he recorrido una buena parte de la casa, pero casi nunca entraba en estas habitaciones y las del primer piso, pasaba mi mayor tiempo en su habitación, en la sala de estar y en el patio. Continuo avanzando hasta la primera puerta y la abro, es el baño: hay un espejo y un lavabo hecho de piedra muy lindo, un lugar despejado para lavarse y un espacio para las necesidades. Nada impresionante, sigo avanzando.
Estoy en frente de la segunda puerta, la abro: nada. No hay literalmente nada, es solo una habitación vacía, ¿perteneció esta habitación a alguien? ¿Porqué no la usan? No tengo tiempo que perder, así que avanzo hasta la siguiente puerta que esta al otro lado del pasillo, pero en el camino algo atrae mi atención completamente: unos cuadros pintados a mano que cuelgan en las paredes cercanas a la habitación vacía, son muy hermosos. Uno de ellos es una verde pradera donde sopla ferozmente el viento mientras varios dragones vuelan hacia el horizonte, otro es una niña pelirroja y una niña más pequeña rubia divirtiéndose persiguiendo a una mujer con un largo pelo blanco, sin duda son Saraa, Rudith y mamá. Son solo dos de los otros varios que cuelgan en este lado del pasillo como del otro. Justo en el centro de las escaleras que bajan al primer piso, hay un cuadro gigante en el que están dos personas. Bajo las esclareas y lo observo: reconozco a mi madre a primera vista, pero la otra persona no sé quien es. Es extraño mirarlo porque se parece a mí, o mejor dicho, yo me parezco a él. Luego de un rato observando el cuadro y perdido en mis pensamientos, dejo las cosas como están y continuo con la misión.
Sigo las esclareas que me llevan al otro pasillo, aquí también hay distintos tipos de cuadros desde grandes hasta pequeños, pero no llaman mi atención como los anteriores. Abro la primera puerta de este pasillo y me encuentro con otro baño igual al anterior. Sigo adelante hasta la siguiente puerta, al abrirla veo varias cajas de madera con distintos tipos de verduras y frutas, varias bolsas con granos, distintas hierbas, entre otras cosas. Es el almacén donde guardan la comida, no tengo hambre de momento y aunque quisiera no podría alcanzar nada, así que avanzo.
Falta cada vez menos, llevo un buen rato vagando por el segundo piso de la casa y pronto volverán Saraa y Rudith, así que tengo que darme prisa. Llego a la tercera puerta y la abro, es una habitación pequeña: hay una cama, un ropero, un estante y una mesa mediana. Es la habitación de Saraa o Rudith. Observo la habitación un rato, pero lo más increíble que veré aquí será ropa interior arrojada en una esquina de la cama, no obtendré nada de valor aquí. Salgo y me dirijo a la siguiente habitación.
La puerta esta entreabierta, acerco mi cabeza para escuchar y saber si hay alguien; de repente la puerta se abre.
—¿Cómo llegaste hasta aquí, Rayzel? —preguntó Saraa con un poco de asombro.
Delante de mí se encuentra mi criada con una cara que está llena de dudas, la misión fracaso y fui descubierto, solo resta una opción: ¡correr! Gateo unos metros hasta que Saraa me toma en sus brazos y me lleva a mi habitación. El resto del día pase fingiendo jugar y comiendo unas cuántas cosas con mamá. No fue un fracaso total, otro día otra oportunidad.
Ya han pasado unas semanas desde mi aventura. No salió como esperaba, pero peor es nada. Descubrí que en el segundo piso no hay nada de interés para mí, así que el plan es el siguiente: bajar al primer piso e investigarlo. Simple y conciso, como me gusta. Pero se presentó un problema, desde mi pequeña escapada mamá y las sirvientas no me quitan los ojos de encima, probablemente tengan miedo de que me lastimé o algo por el estilo, después de todo soy solo un bebé de un año y pocos meses. Creo que tendré que ser paciente y esperar mi oportunidad, cuando pueda caminar y bajar las enormes escaleras tendré lo que busco.
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Unos cuantos meses después…
Todo siguió su rumbo normalmente, pasó los días divirtiéndome con mamá y las chicas, almorzamos todos juntos y vamos a divertimos en el patio, jugar en el césped a pesar del frío y admirar el paisaje, tomar mis siestas y por la noche escuchar las historias que mamá me contaba en su habitación, esa fue mi rutina durante un tiempo. Fue en ese lugar donde por fin pude dar mis primeros pasos, fue bastante duro y me caí varias veces, pero por fin puedo caminar. También pude mejorar mi entendimiento, comprensión y habla de este idioma, aún sigo sin saber como leer o como escribir, pero eso lo resolveré más adelante cuando tenga mayor información. Ahora mi objetivo es retomar mi misión: investigar la casa.
Tengo más libertad que antes, pero no puedo tomar todo a la ligera, así que espere a la ocasión perfecta. Hoy es un día especial, es el cumpleaños de mamá y como consecuencia de ello Saraa y Rudith estarán ocupadas en la preparación de la fiesta, además mamá salió esta mañana. Es la ocasión perfecta para llevar a cabo mi misión.
Me encuentro en la sala de estar jugando con unos muñecos bien feos de madera mientras las chicas preparan los aperitivos para la fiesta. Es ahora o nunca: manos a la obra. Suelto los muñecos y me dirijo a la puerta que esta a unos metros en frente de mí, es enorme y pesada, no podre abrirla. No pierdo tiempo y me dirijo a la siguiente, es una puerta mucho más pequeña y tiene algo escrito en ella, pero como no lo entiendo no hago caso y la abro. Es un cuarto de pinturas, hay varios cuadros pequeños y grandes por toda la habitación: unos en blanco, otros terminados y algunos otros por terminar. Creo que los cuadros que están en el segundo piso fueron hecho por alguna de las chicas de esta casa, ¿quién será? Despejo toda pregunta y sigo ojeando la habitación, no hay mucho más que cuadros, caballetes, lienzos, utensilios, sillas y otra puerta. Lo último me interesa, en la posición en la que está seguro da a la otra habitación con la puerta gigante, voy a intentar abrirla.
Me dirijo hacia ella y la abro. Lo que ven mis ojos no lo pueden creer.
—¡Es una biblioteca! —dije con total asombro.
Nunca he entrado en una, en mi anterior vida no me iba bien en los estudios y tenia el pensamiento que las bibliotecas no eran necesarias ya que existía internet, lo irónico es que ahora es mi salvación. Necesito aprender a leer y sacar la mayor información que pueda de estos libros, es una cantidad tan grande que creo que tardaré unos cuantos años en terminarlos todos: sí es que logro leerlos todos, no soy muy fan de la lectura.
Después de divagar con mis pensamientos y pasar el asombro de la majestuosa habitación frente a mis ojos, avanzo hasta las estanterías repletas de libros.
—¿Cuántos libros habrá aquí? ¿miles?
Tomó uno al azar, es pesado y su cubierta es completamente roja. Lo dejo en el piso y lo abro, empiezo a pasar hoja por hoja sin entender ni una palabra de lo que dice. Por desgracia, este libro no tiene ninguna ilustración. Lo devuelvo a su lugar y tomó otro, sigo haciendo lo mismo hasta encontrar un libro que en su portada o páginas haya una ilustración. Me toma cierto tiempo y unas cuántas docenas de libros, pero lo logro. Su color es blanco, no es tan pesado como los otros, y en su portada hay lo que parece ser una persona sosteniendo un arco. Al mirarlo más de cerca parece ser una chica y en su cabeza hay algo peculiar: sus orejas son muy largas.
—No debería sorprenderme, después de todo yo tengo cuernos —dije con un tono sarcástico—. Puedo equivocarme, pero esto sin duda es una elf...
—Elfa, sí. Es justo como dices, cariño.
Una mujer con un largo vestido blanco se encuentra detrás de mi.
—¡Aaah! ¡Qué susto, mamá! —dije exaltado.
—Ja, ja, ja, ja. Ven aquí.
Ella sonríe mientras me toma en sus brazos junto al libro. No escuché cuando se acercaba, me tomó por total sorpresa.
—Mamá, quiero aprender a leer este libro.
—¿Crees que podrás con ello? Este libro esta escrito por una persona que sabe mucho sobre los elfos y su manera de escribir es muy difícil de entender.
—Quiero intentarlo, quiero impresionarte.
—Está bien, le diré a Saraa que te enseñe a leer y escribir. Aún te falta unos años para ello, pero supongo que intentarlo ahora no hará ningún daño —dijo mamá con una sonrisa en su rostro mientras acariciaba mi cabeza.
Con esto termina mis escabullidas, mis misiones y las tonterías. Ahora empieza la etapa de estudio y aprender más sobre este lugar en que me encuentro.
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