Samuel logró averiguar que al parecer ambos asistían a la misma escuela, pero no se habían topado nunca ya que Luke iba al A y Samuel al B.

La madre de Luke seguía feliz de que su hijo fuese tan cercano a otra persona más que a Harry, por lo que decidió decirle a su hijo que invitara a su amigo para conocerlo, a lo que claramente respondió de manera afirmativa, invitando al mayor. Samuel, al recibir el mensaje de que había sido invitado a la casa de su chico de la venda para conocer a su madre, se quedó algo confuso ¿acaso no la había conocido en el parque?.

No le tomó mucha importancia y solo aceptó.

Ya llegado el día, Samuel se arregló de la mejor forma posible, usando una polera azul olgada, un jenas roto negro, unas zapatillas del mismo color y sus típicos aretes de cruz.

–¿Será la ropa adecuada? – se preguntó así mismo para luego negar rápidamente – No importa si es la adecuada o no, nunca me preocupó lo que dijera un adulto... Así voy cómodo

Tomó un polerón, también azul, y salió de casa, esta vez yendo en su auto.

Al llegar, lo estacionó afuera y fué a la puerta, tocando esta.

Cuando le fué abierto, le recibió una bella mujer pelirroja, de piel pálida al igual que la de Luke, ella tenía muchas pecas y sus ojos eran claros.

–¿Eres el amigo de Luke? Adelante, pasa por favor – la mujer se hizo a un lado, dejándolo entrar.

Samuel asintió suave, limpió sus pies en la alfombra y entró a la casa.

–Con permiso – suspiró suave, viendo el lugar por dentro

–Querida ¿quién llegó? – se escuchó una voz proveniente de donde al parecer era la cocina. 

Segundos después se logró ver a la mujer que Samuel había visto en el parque. Ella tenía su cabello rubio, tenía la piel de un tono claro más normal, sus ojos eran verdes.

–Samuel, que gusto volver a verte – dijo la mujer mientras se limpiaba las manos en su delantal de cocina.

–Un gusto igualmente – respondió con una pequeña sonrisa.

–Luke está arriba iré a buscarlo – dijo la rubia mientras subía las escaleras.

Samuel miró a la pelirroja, quien se le acercó peligrosamente.

–Samuel, tienes unos ojos hermosos ¿usas lentillas? ¿Cómo es que tienes los ojos cafés con verde? – preguntó curiosa la mujer.

–¿Eh? O mis ojos son así – se alejó un poco incómodo, ¿de dónde había salido Luke tan tímido?

–Ya veo... Lamento haber invadido tu espacio personal – la mujer desvió la mirada un momento y luego la volvió al chico. – No me presenté, soy Alya, la madre de Luke

Samuel quedó confundido por unos segundos pues Luke tenía dos madres y sin darse cuenta, habló en voz alta.

–Claro, Luke dijo que era adoptado – al notar su error, observó directo a los ojos de la mujere, quien al parecer estaba algo apenada – lo siento, no quise decir eso en voz alta... De Hecho a-aunque no sea su hijo de sangre, él se parece un poco a usted

Él intentaba arreglar la situación, notando como ella sonreía. Samuel suspiró aliviado hasta oír las escaleras, miró hacia estas y vió bajar a Luke junto con la rubia.

En aquel momento, mientras veía al menor bajar con su cabello esta vez peinado y su ya típica ropa de tonos azules; sus ojos se iluminaron como si estuviese viendo a la persona más hermosa del mundo, ya que para él así fué en ese instante. Samuel dejó de tener un vista panorámica, pudiendo ver solo al menor y a nadie más, hasta que lo tuvo casi en frente.

–Alya que descortés, no le ofreciste asiento al joven – dijo la rubia, quien sacó a Samuel de su trance.

–A no, estoy bien

–Vayan a la sala de estar, les llamaré cuando esté lista la comida, es que llegaste antes

–Está bien, no se preocupe – En ese momento Samuel fué abrazado por Luke.

–Hola Samuel!~ – dijo Luke con una voz tierna

–Ho-Hola Luke... Vamos a donde dijo tu madre – Samuel intentó buscar con la mirada donde estaba la sala de estar, ya que quería guiar al menor, pero este se le adelantó.

Luke tomó la mano de su mayor y lo hizo caminar, llevándolo sin problemas hacia la sala de estar. Samuel se sentó y el menor lo hizo después.

–Así que si ves a través de eso ¿eh? – bromeó Samuel mientras lo miraba.

–Ya te dije, es mi superpoder – respondió orgulloso.

Mientras Samuel estaba perdido en sus pensamientos, escuchó una voz, lo que lo hizo percatarse que seguían tomados de las manos y rápidamente lo soltó.

–Luke se sabe la casa de memoria, no hemos cambiado los muebles desde que lo adoptamos – habló la pelirroja mientras se sentaba en otro de los sofás.

–Es mejor decir que tengo un super poder como... Los murciélagos – dijo Luke mientras inflaba sus mejillas.

"Es tan lindo cuando actúa así, me dan ganas de abrazarlo" – Pensó Samuel de forma fugaz.

–Lo dejaremos en que tiene un super poder, también creo que es más genial así – Comentó Samuel mientras veía de reojo como él sonreía.

Poco después se escuchó a la otra mujer avisar que la comida estaba lista, Luke se levantó rápidamente subiendo los brazos.

–¡Comida de mamá Diana! – dijo feliz para así voltearse y bajar sus manos

Tocó el hombro de Samuel, bajó por este hasta su muñeca y lo hizo levantarse.

–Vamos, la comida de mamá Diana es la mejor – Guió otra vez sin equivocarse hasta llegar al comedor, donde cada uno se sentó en su respectivo lugar.

Luke y Samuel se sentaron de un lado de la mesa y al otro se sentaron Alya y Diana.

–Espero que te guste – dijo Diana

Samuel asintió probando la comida, estaba realmente deliciosa. Miró de reojo a Luke y sonrió guiandole la mano a la comida.

–Él no suele comer en la mesa con nosotras – comentó Alya al notar el gesto de Samuel 

–Luke siempre come en su habitación para estar sin venda – completó Diana.

–En ese caso... Luke, ve a comer en tu cuarto y ya vienes cuando termines – sugirió Samuel, pero el contrario negó.

–No, quiero comer aquí hoy –respondió mientras se acostumbraba a encontrar la comida en su plato

Ellos siguieron comiendo mientras hablaban, las mujeres hicieron algunas típicas preguntas como la edad, porqué no tenía la venda, qué tan cercano era a Luke y de más en las que ambos participaron de las respuestas, hasta que Diana preguntó algo que Samuel no se esperaba.

–¿A tu novia no le molesta que seas tan cercano a Luke? Ustedes salen tan seguido que seguro ella piensa cosas raras ¿no?. Yo sé que una relación destinada no se rompe, pero si Alya saliera tan seguido con otra persona, igual sentiría celos, aún sabiendo que ella no me cambiaría

Aquello dejó un poco perplejo a Samuel.

"¿qué voy a decir? No puedo confesarles que mentí, no me dejarían seguir siendo amigo de Luke"

–Eh... N-no, a ella no le molesta, de hecho tampoco nos vemos muy seguido ya que es un año mayor entonces... Está ocupada con la universidad – mintió de la forma más convincente que pudo.

–Entiendo ¿pero si pasas tiempo con ella? – volvió a preguntar la mujer, pero esta vez no fue Samuel quien brindó respuesta.

–Ya mamá, basta de interrogarlo, está bien si no le tienes confianza porque no tiene su venda, pero ya es demasiado, él ya te respondió, no debes seguir con esto ¿si? – Luke se había enfadado un poco – es por esto que no lo traje antes, sé muy bien lo desconfiada y poco tolerante que eres

Samuel no dijo nada y solo bajó la vista, mirando su plato casi vacío. Era un poco incómodo y lo sería aún más si se ponían a discutir cosas que él no quería.

–Yo... L-la comida estaba deliciosa, fué un placer conocerlas, pero debo irme, tengo... Unas cosas que hacer y solo me hice el tiempo para poder venir a comer, no puedo seguir charlando con ustedes – Dijo samuel mientras se levantaba de la silla.

–Te acompañaré a la puerta – Alya se levantó y fué a la salida con Samuel, a quien detuvo cuando estuvieron fuera. – Samuel, sé que mentiste, en algo que sé detectar... Y está bien, pero ¿podrías decirme a mí la verdad?

Ella le sonrió amable, cosa que logró hacer hablar a Samuel,

–Yo me deshice de mi venda a los diez años... Le mentí también a Luke, le dije que fué hace cuatro años, pero fueron seis...

–¿Por qué mentiste?

Samuel la miró a los ojos, pensando en qué respuesta darle.