Después de separarnos de los demás Zamora y yo llegamos a una pequeña laguna cristalina, yo decidí tratarme mi herida, pero al no tener a un humano o mi ama no podía pedir ayuda por mi ojo. Hasta que Zamora se acercó a mí y empezó a lamer mi herida, esto obviamente hizo que me ardiera un poco ya que su pequeña lengua tenía un poco de agua que recogió de la laguna -Ahg ¿Qué haces? H…hazlo más despacio- diría quejándome un poco del dolor -No me digas que tú, un Husky tan imponente le duele un pequeño ardor, pero haré lo que me dices, te trataré un poco más gentil- al decir ella eso empezó a lamer mi ojo con cuidado y al terminar de limpiar mi herida y se sentó a mi lado, intente volver a preguntar sobre su dueña, pero me abstuve por el dolor que aún podría tener Zamora, estuve callado por un buen rato hasta que oí -¿De dónde eres…?- me pregunto Zamora -Yo… no se de donde soy, solo sé que soy Antheano- parece que Zamora entendió mi situación -¿No tuviste familia…?- me preguntaría, yo movería mi cabeza respondiendo afirmativamente, la hermosa zorra empezó a llorar, incluso su llorar me provocaba unos sentimientos que nunca sentí, gire mi cabeza para ver mi retaguardia y vi mi cola agitarse, así que esto es lo que me dijo mi ama sobre querer a una hembra yo frote mi cabeza en la de ella y le lamí sus lágrimas -no sé lo que pudiste sufrir tú, no tuviste a nadie, me siento preocupada por ti ahora- Zamora La azulada zorra se apenó y empezó a tartamudear un poco incluso me miró como diciéndome "T…Tonto", esa mirada me encantó y quería que me siempre me mirara así, era un sentimiento bello, así como su cara. Salimos de la laguna después de escuchar un aullido, era de Johann sonaba como una llamada de auxilio, espero que encontremos a los demás en el camino, más les vale estar bien, tenemos que volver con la ama sanos y salvos. Pero se escuchó un gruñido en lo profundo del bosque...
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