Los gruñidos venían de ese monstruo que se acercaba rápidamente hacia nosotros, Zamora y yo corrimos en dirección del aullido, yo por ser un poco más rápido que Zamora casi la dejo atrás, así que mi instinto hizo que la agarrara con mis dientes y la subí a mi lomo, corrí como nunca había corrido, esa bestia estaba pisándome la cola así que yo decidí romper la barrera de mi fuerza, mis patas estaban a punto de estallar, pero todo por proteger a la linda Zamora. Yo estaba a punto de darme por vencido, pero algo brillo en la oscuridad del bosque, un color anaranjado como los atardeceres, luego un gran estruendo daño mis oídos, eran nuestros humanos, le dispararon a la cosa que nos seguía eso lo tumbó, pero sabíamos que se volvería a levantar, uno de los humanos me cargo a mí y a Zamora los demás distraían al Roso. Mi equipo estaba afuera, pero Johann tenía una herida en la pata, su pata parecía estar con un hueso expuesto, Ferdinand parece que perdió un ojo, espero que no. Espero que al llegar a casa todos nos recuperemos y la ama nos de amor a pesar de esto... Después de muchos días llegamos a casa, la ama al vernos corrió hacia nosotros, ella agarro de manera gentil la cabeza de Ferdinand, luego se acercó a Johann y dejó caer lágrimas en su pata rota al final se acercó a mí, me abrazo y me dio un beso en mi cabeza, después nos llevó a todos a su cuarto para atendernos, la ama estuvo casi todo el tiempo con nosotros, llegamos a ver como sus consejeros se reunían en su cuarto y atendían varias cosas, incluso llegamos a ver a la Reina Leaf y a la Reina Eliza. Yo estaba en el cuarto de Ana, la hija de la ama era una bebé hermosa, sus ojos azules eran hipnotizantes y su pelo color chocolate me hacían recordar a mi ama...
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