Zult es uno de los humanos más fuertes, de estatura mediana, pelo corto de color gris igual que sus ojos y extremadamente tranquilo y amable, hasta que se emociona o iba a aventura, en donde se volvió una persona extremadamente impaciente y que no media su energía, siempre vestía unos pantalones holgados con una cantidad excesiva de bolsillos que llenaba de todas sus herramientas, combinando con una chaqueta negra completa con solo dos bolsillos internos, uno para su petaca y la otra para los cigarrillos. Al escuchar las palabras de Kiira, se desconcentro provocando una pequeña explosión al frente de su cara que lo dejo con el rostro completamente negro.
- Nos teletransportamos – Zult rompió la diminuta esfera verde que tenía en su escritorio que lo transporto directamente a la recepción
En el gremio todo fue silencio al escuchar la explosión en el cuarto piso, muchos se preguntaban qué había pasado y quien se había atrevido a atacar al maestro del gremio, a los segundos ven una luz verde emerger atrás del mostrador con unas insignias en el suelo de color blanco, era un hechizo de teletransportación, del cual emergió Zult y Kiira atrás de él.
Zult al ver a Leily empieza a acercarse a ella, cada pisada que daba hacia estremecer a los aventureros que se encontraban en el gremio, muchos no pudieron continuar mirando ante el aumento de presión que sentían del maestro, ya frente a Leily todos notaron como sus miradas frían se encontraban y ambos empezaban a manifestar diversos elementos, los cuales chocaban entre si produciendo ondas de choque que derribaban todo a su paso
- Pequeña bravucona, mira como has crecido – de Zult emergió una sonrisa
- Y te he superado viejo, me sorprende que no te hayas oxidado en estos cuatro años – Leily tenía una sonrisa burlona
Al cabo de unos segundos ambos frenaron y se dieron un abrazo fraternal, los aventureros estaban totalmente atónitos, ver al maestro alegre y abrazando a alguien era algo que nunca había sucedido
- Subamos Leily quiero que me cuentes todo
- Como mandes viejo, pero no olvides las galletas
Ya instalados en la oficina del maestro Leily le cuenta sus diversas aventuras en los cuatro años, como logro ser reconocida aventurera de rango sigma y su decisión de volver a su pueblo
- Increíble, que hayas sobrevivido todo este tiempo me deja tonito – no podía parar de Reír Zult
- Ni yo me lo creo, pero la tripulación que se fue generando me permitió seguir adelante
- Ni que lo digas, y tu rango sigma, al fin me has igualado pequeña – lo dijo con total orgullo
- Gracias, pero me hubiera encantado enfrentarme a ti cuando aún tenías tus dos brazos – Lo dijo casi en un susurro Leily, mientras miraba el suelo
- No te preocupes por eso, sigo siendo igual de fuerte y no he perdido de rango aun – Le sonreía mientras le acercaba el plato con galletas – por cierto, hace unos días se encontró una nueva mazmorra, al sur de la ciudad, se ha hecho famosa ya que si la completas te otorga lo que tu más deseas
- ¿Enserio? Que extraño, es la primera de su clase, generalmente estas desaparecen al ser completadas – Leily se mostraba sorprendida y pensativa
- Tienes razón, pero a la fecha nadie ha muerto y se ha hecho extremadamente popular en los aventureros, si quieres ir, ten las indicaciones – Le acerco un sobre gris sellado
- Gracias Zult, te diré lo que encuentre – estiro su brazo mientras aceptaba el sobre
Leily sale del gremio con dirección a la escuela mágica, pero Kiira le toma el hombro
- Leily, espera, antes de que te vayas pasa a la tienda de menaje, han aumentado su stock de pociones y artefactos
- Oh, eso es excelente, ¿Sigue donde Siempre?
- No, ahora está al oeste del gremio, debes cruzar la plaza de niños y doblar a la izquierda, ahí encontraras una casa de un piso con el cartel
- Gracias Kiira
Después de caminar por 30 minutos Leily llego donde supuestamente estaba la tienda de menaje, pero parecía una casa abandonada, no creía que Kiira le hubiera mentido, por lo cual decidió entrar
- ¿Alo? Permiso, vengo a comprar pociones – Expreso en voz baja mientras entraba abriendo despacio la puerta
Por dentro la tienda no tenía más iluminación que la que entraba por las ventanas, tenía diversos estantes cubiertos de polvos y telarañas y dentro de las cuales se veían diversos frascos con líquidos extraños, partes de armaduras y armas, pero todo parecía roto. Al avanzar un poco más Leily se gira rápidamente al sentir una presencia atrás de ella
- Tranquila jovencita, soy el dueño de esta tienda – Exclamo el anciano
- Oh, disculpe, soy Leily, me dijeron que viniera aquí a comprar pociones – Leily se preguntaba cuando llego el anciano atrás de ella, ya que no lo pudo notar hasta que tuvo muy cerca
- Oh, si me dijeron que vendrías, dame unos minutos que buscare tu encargo, tu sigue revoloteando por aquí – Exclamo mientras se alejaba de Leily lentamente
- Claro – Exclamo atónita
Siguió recorriendo los estantes para ver si encontraba algo interesante, en la primera fila había una pequeña esfera de un color rojo la cual estaba llena de polvo, al tomarla empieza a tomar un pequeño brillo pero este se apaga, decide volver a dejarlo donde estaba, en la fila de mas abajo había una serie de cajas que parecían contener equipo, al tomar una ve un guantelete de color negro con detalles dorado, bastante degastado peros seguía conservando su integridad, al intentar colocárselo le queda muy suelto, decide mantenerlo y comprarlo. Al continuar recorriendo no encuentra muchas más cosas interesantes, espadas rotas, armaduras muy dañadas, relojes, anillos, metales preciosos, todo en mal estado, sin embargo, en el último estante que estaba recorriendo ve dos objetos que brillan intensamente, al acercarse nota que es una esfera verde y un manto negro con detalles dorados, al tomarlos estos se volvieron a opacar, pero no pudo seguir examinándolos ya que se sobresalta por la presencia del anciano
- Jovencita, veo que has encontrado artículos muy interesantes – exclamo el anciano mirándola feliz
- Oh, esto, no creo, son solo objetos que brillan nomas – Leily no estaba muy segura de lo que había encontrado
- Jovencita, respóndeme ¿qué te parece mi tienda?
- Eeeeh, de verdad quiere saber? – Leily no estaba muy segura de que responder
- Si, totalmente seguro
- Bueno, me parece muy vieja, sin cuidado, lleno de polvo y con cosas inútiles – no podía mirarlo a los ojos por temor a herir los sentimientos del anciano
- Jajajajaja, jovencita, me facilitas el guantelete que tienes en tu bolsilla – El anciano extendió su mano hacia el bolsillo de Leily
- Si claro, lo quería comprar – se lo pasa con cuidado
Cuando el anciano tomo el guantelete, de su alrededor empezó a emitir un aura muy extraña y poderosa, Leily no podía compararlo con un rango sigma, está muy por encima y a la vez le transmitía calma, no quería hacerle daño y lo siguió mirando con atención. El anciano acerca el guantelete a su rostro y lo sopla con cariño y ante lo cual este reacciona, primero empieza a brillar y posteriormente queda totalmente reparado.
- Listo, tal cual lo usaba su antiguo dueño, toma pequeña
- Anciano, por favor cuénteme quien era el dueño de este guantelete, no es nada parecido a los que he visto antes
- Oh jovencita, me temo que no puedo hacer eso, él ha sido olvidado por el destino – El anciano se notaba triste
- ¿Como es eso?, este guantelete sin duda pertenecía a alguien poderoso, su materialidad, el daño que tenía por el uso, no es de este mundo y no podía ser olvidado
- A veces jovencita, las respuestas pueden llegar solas, oh mira qué hora es, ya debes irte, toma esa caja que estabas viendo, es un regalo – El anciano empujaba por la espalda a Leily muy apurado
- Anciano espere, necesito comprar pociones y pagarle por esto - Leily intento detenerse, pero le fue imposible, algo le impedía girarse
Tras salir de la tienda Leily estaba muy extrañada, primero quien era ese anciano y porque la obligo a salir rápidamente, segundo, esa aura que desprendió por unos segundos, nunca había sentido tanto poder concentrado, sin duda estaba por encima del rango sigma, por ultimo porque le dio los objetos, pero al buscar los objetos se dio cuenta que no los tenia, habían desaparecido completamente o eso creía ella, ya resignada y totalmente confundida, decide retomar su rumbo camino a la escuela mágica
Al interior de la tienda el anciano se acercaba lentamente a la ventana mientras de sus pies aparecía un pequeño circulo mágico el cual le iba quitando el disfraz que estaba usando
- Pequeña, el destino de este mundo está en tus manos, debes mantenerte firme – el otrora viejo la seguía mirando con esperanza en sus ojos – cuando sea el momento, las respuestas llegaran solas
Con sus últimas palabras el ser empezó a desaparecer lentamente transformándose en partículas mágicas que iban desapareciendo una por una, era el fin de un ser superior.
Al cuarto día de la Llegada de Leily a la ciudad, estaba caminando a las afueras de la ciudad para dirigirse a la mazmorra cuando a lo lejos ve dos caras conocidas
- ¡¡Capitana!!, hemos venido a acompañarla – dijeron Treisto y Custis al unísono
- Chicos ¿Por qué vinieron? – Leily estaba atónita al verlos
- El maestro del gremio nos dijo cuando fuimos a buscar una misión – Expreso Treisto alegre
- Por lo cual nos apuramos, reunimos a la tripulación y decidimos acompañarla – mientras lo decía a Custis le brillaban los ojos
- Entonces los demás, ¿dónde están? – Leily pasaba su mirada entre sus dos compañeros
- Ya están afuera de la mazmorra esperándonos
Leily al ver que no podía alejar a su antigua tripulación de su lado, decide aceptarlos y vivir esta última aventura juntos. Al llegar a la entrada de la mazmorra había una gran cantidad de personas reunidas, aventureros que solo buscaban riquezas entrando rápidamente a la mazmorra, grupos de aventureros buscando volverse más fuerte y al centro la antigua tripulación de Leily
- ¡Muy bien chicos, ya que estamos todos aquí, vivamos nuestra última aventura!! – Exclamo Leily enérgica, transmitiendo su poderosa aura a sus compañeros
- ¡Viva la capitana! – Grito la tripulación
Todos enfilaron a la entrada de la mazmorra mientras iban entrando uno por uno, Leily fue la última en entrar y cuando lo hizo, toda la gente del exterior presencio un hecho extraño, de las paredes de la entrada extraños símbolos rojos emergieron los cuales empezaron a alinearle en la entrada la cual empezó a emitir un brillo que dejo a todos ciegos y posteriormente se derrumbó, el grupo de Leily estaba atrapado.
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