- si ¿Me llamaste? – Mi cuerpo se congelo como en una fría ventisca y mis dedos pararon en seco con su labor de autocomplacencia, ahora no se que paso seguir, quiero decir, es obvio que debo subir mi escote y bajar mi falda, pero, ¿¡cómo podría mirarlos a los ojos después de lo que acaba de ver!, Mierda ¿Maia que hacemos?, bien, como no me quedaba de otra, cerré mis ojos para evitarme vergüenza, subí el escote de mi vestido rápidamente para levantar mi espalda nuevamente del fresco césped, ¿Qué más tengo desordenado?, ah sí, mi cabeza. Me puse de pie con cuidado y lentamente, por eso de tambalearme por el vino, para mi buen momento la falda de mi vestido volvió a su lugar por si sola. Ahora tendría que girar y mirar a Cassian, pero ¿Qué se supone que debo decir?, "ah Cassian estaba imaginando tener una noche de placer contigo" o "lo siento estoy muy ebria dije tanto nombres que no noté haber mencionado el tuyo" cualquiera de las dos está muy mal. ¡Ya se mejor evitémosle" hare como que no existe! ¡Espera! ¿Qué tal si Cassian y Charlize están aquí ¿entonces significa que ambos me vieron. ¡Ay no qué horror?
- ¡No es lo que! ...-giré mi cuerpo en un desesperado acto de sofoco, aunque creo que no debí hacerlo, miré por todos lados buscando a Charlize que para mi suerte o desgracia no se encontraba, solo un deleitable y concentrado Cassian. Al observar su insaciable mirada fija en mí, la excitante punzada entre mi pelvis crecía a cada minuto. - ¿Buscabas algo? – Preguntó acercándose peligrosamente a mí.
-Ah, yo eh bueno...no es lo que piensas yo en realidad estaba...-Acortando la distancia que nos separaba, los fuertes y firmes brazos de Cassian rodearon mi cintura jugueteando con la tela de mi vestido.
-Hazlo de nuevo. - ¿Qué?... ¿Qué? ¿a qué se refiere?, Cassian acaricio mi mejilla haciendo pequeños circulos en ella. -Di mi nombre de nuevo. -Acercó su nariz hasta mi oreja respirando profundamente mi olor, oh no, no deberías hacer eso, ¿tengo que decirle que estoy ebria?.
- Cassian...-la mano de Cassian que hasta hace unos minutos estaba en mi cintura bajaba cada vez mas lentamente, apretujo con mas fuerza mi cuerpo junto al suyo. -Ahh. -gemí inconscientemente, gemido que fue música para Cassian, miró directamente mis ojos susurrándome. -Mírame en todo momento. –Beso mi nariz sin despegar sus ojos de mí. - Déjame verte. -Beso la comisura de mis labios.
- Déjame conocerte, déjame poseerte, déjame hacerte mía. - sin importarle los riesgos, las consecuencias nos seducimos valiéndonos de mentiras pretendiendo ser amados por nosotros mismos, terminando con el deseo insufrible selló nuestro pacto de amantes con nuestros labios en un beso de pasión, deseo y ternura.
Mi respiración aumentaba a medida que sus labios recorrían mi cuello, sus besos cálidos, salvajes y ardientes succionaban mi piel con placer, la juguetona mano de mi pillo amante recorría mi pierna desnuda que él reclamaba como suya. Cassian recostó desesperadamente nuestros cuerpos en el bello y fresco campo de amapolas rojizas. Los dedos de Cass acariciaron mi cabello gentilmente, la tela de mi vestido se volvió molesta nuestra única mejor opción y mi deseo interno era deshacernos de ella, Cass masajeo lenta y seductoramente cada uno de mis muslos, subió mi falda más allá de lo que el límite establecía. Apena será consiente de cada susurro. Bajé mi cabeza buscando su mirada y puse mis labios sobre él, las manos de Cass comenzaron a moverse, nuevamente sus dedos apretujaban mi vestido, cuanto mas lo apretujaba mas excitado se volvía.
– Quiero escucharte jadear mi nombre, no te lo guardes, dime cómo te gusta. –Sus manos se hundían despacio por mi ropa, y en suave movimiento Cass asalto mi espalda desnuda atraves de mi vestido, gemí de placer al sentir su caliente piel junto a la mía, Cass me miraba con deseo y salvajismo. Mostrando su deseo succiono fuertemente mi cuello como si tratara de marcarme de alguna manera. Un sello que declarara que le pertenecía, un sello el cual afirmaba que me había convertido en su mujer.
-Ahhh, ohh, Cass.- Solté instintivamente.
Una traviesa sonrisa se reflejo en el rostro de mi perfecto y varonil hombre, sus manos bajaron mi ropa para dejar al descubierto mis redondos y suaves senos. Sentí dicha y felicidad, me alegra serlos únicos en este lugar. Cassian asaltaba mis suaves senos masajeando y envolviéndolo completamente con su mano, cada vez que frotaba mis pezones hacían que estos revotaran de arriba hacia abajo y de un lado para el otro. Cuando mis gemidos se volvían mas constantes y estimulantes, los dedos de Cass se deslizaron por mi vientre uno tras otro, y cada vez parecían querer bajar más sentí mi cuerpo temblar cuando sus dedos atravesaron lo que mi falda tanto buscaba cubrir y llegando al centro de placer Cass froto con delicadeza mi delgada tela interior. -Ahh sí...-Susurré con mi aliento entrecortado.
Los dedos de Cassian viajaron a través de mi ropa interior, sus juguetones dedos tocaron desvergonzadamente lo que la tela era incapaz de cubrir. Sus dedos se volvían cada vez estimulantes frotaba mi caliente y sensible piel, siendo mi clítoris la más dichosa.
- ¿Te gusta cuando me toco aquí? - El bribón de Cass frotaba con más suavidad mi dichoso punto débil. – Oh Maia...estas tan húmeda por solo unos toques. El dedo de Cass se escabullo hacia mas abajo y entro dentro de mí. Doble mi cintura en un arranque de deseo ardiente. Para castigarme más Cass acerco su rostro hasta mis senos y sin dejar de mirarme amordazo sin piedad uno de ellos. -Son tan rosados y suaves, dímelo Maia ¿se sentía así cuando lo hacías tu misma?.
Oh mi león feroz .
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