Daniel siguió el aullido y se adentra más en el bosque. Ya estaba muy de noche y era imposible ver, así que agarró su móvil y lo utilizó como linterna.
Con la luz del móvil iluminó lo que parecía ser un hombre, estaba ensangrentado e inconsciente. Daniel se bajó del caballo y se acercó hacia el extraño. Lo sacudió con cuidado hasta que despertó algo confundido.
-¡Oye¡, ¿Te encuentres bien?- preguntó Daniel
- ¡Alejate de mí!- dijo el extraño.
Daniel estaba preocupado e intentó levantarlo del suelo pero este se negó a ser ayudado.
-No quiero hacerte daño, por favor aléjate de aquí- dijo el extraño.
Una luz comenzó a iluminar el área, las nubes despejaron el cielo nocturno y entre ellas una perfecta luna llena se asomaba. El extraño hombre comenzó a llorar y a chillar mientras se sacudía de dolor. Sus extremidades comenzaron a alargarse junto a su rostro. El cuerpo comenzó a cubrirse de un denso pelaje negro, mientras su dentadura se volví grande y afilada.
Ese extraño hombre era el licántropo que buscaban, tenía la misma apariencia que describió Benicio.
Daniel estaba aterrado, el hombre lobo estaba frente a él con la intención de atacar. Para poder escapar Daniel agarró de su equipaje un puñado de polvo de plata y se lo lanzó en los ojos, nariz y boca.
La piel del licántropo comenzó a quemarse debido al polvo de plata. Provocó que pegara un fuerte grito de dolor. Daniel aprovechó la situación, se subió a su caballo y comenzó a escapar, en ese momento se reencuentro con Sedrik.
-Encontré al hombre lobo- dijo Daniel.
- ¿En dónde está?- preguntó Sedrik.
Daniel lo dirigió hacía la ubicación y allí estaba el hombre lobo extremadamente enojado, se había recuperado de las quemaduras.
Sedrik apuntó con su revólver al hombre lobo y le disparó una bala de plata en el pecho. Cayó herido en el suelo, Sedrik empuño una daga de plata y la enterró en el corazón del hombre lobo, cortó la cabeza y la tomó como trofeo.
-Eso fué increíble, ere genial todo lo hiciste muy rápido- dijo Daniel.
-Llevo años cazando criaturas cómo estás- respondió Sedrik.
Con el hombre lobo ya muerto, Daniel y Sedrik decidieron acampar esa noche para el día siguiente reclamar la recompensa. Al día siguiente cabalgaron muy temprano hacía la granja. En el camino Daniel estaba muy pensativo, tenía temor de que Sedrik descubriera a Katerina. Corría el riesgo de ser cazada.
Sedrik observa la expresión de preocupación que lleva Daniel y pregunta:
-¿Qué te sucede?, ¿Por qué traes esa cara de preocupación?
Daniel responde: -No es nada, estoy bien-.
Llegaron a la granja y fueron directamente dónde estaba Benicio.
-Aquí te traigo la cabeza del hombre lobo- dijo Sedrik.
-¡Buen trabajo!, aquí está su recompensa- respondió Benicio.
Benicio se quedó con la cabeza como souvenir y les pagó con cincuenta monedas de oro y cien de plata.
Continuara...
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