Ese día Luke se quedó en casa, sin hacer nada y sin hablar con nadie, no salía de su cabeza la extraña sensación que tuvo al estar en casa de Samuel, al sentir su mano tocándole las mejillas, escuchar su voz mientras tenía la mente en blanco y sentir el tacto de sus dedos entrelazándose; aunque fuera poco, ese pequeño gesto, era demasiado para él, un chico que no se ha enamorado en su vida, un chico que cree firmemente en el destino, era mucho para él, era un gran paso, pero no sabía para qué, ya que no entendía lo que pasaba por su cabeza o corazón, solo estaba seguro de que estaba bien, todo estaba bien y quería que permaneciera así.
Luke se quedó ahí, embobado mirando a la nada en su habitación, recordando el fuerte latido de su corazón, el silencio cómodo entre ellos, el tacto de suaves manos en su rostro, todos conocen la razón de porqué aquello no sale de su cabeza, menos él, todos saben lo que significa lo que le está pasando, menos él, porque es un chico que jamás ha visto un romance más que el de sus madres, el cual ya está formado, nunca ha visto un romance que apenas está floreciendo y aunque lo haya visto, no estaba explícito, entonces no lo entendió, no supo que era amor, al no saber cuando él está enamorado, tampoco lo sabe cuando otro lo está de él y por eso han pasado años, años en que mantuvo a su mejor amigo ahí, solo en zona de amigos, y tal vez ahí se quedaría por mucho tiempo, porque no estaba dispuesto a decir lo que sentía, porque no tenía el valor; Harry no podía decir lo que sentía, se lo estaba guardando desde hace mucho tiempo, muchas veces quiso hacerlo, pero no supo el cómo, no encontraba el momento adecuado, pero sobre todo, temía a ser rechazado, es un miedo que todo mundo tiene, pero Harry no era capaz de afrontar o menos no podía, ya que hoy estaba decidido, quería pronto quitar su venda y ver al chico que le gusta, pero no va a hacerlo si no es correspondido, eso sería tonto, sufriría toda su vida si hacía eso.
Entonces ahí estaba él, parado frente a la puerta de la casa de Luke, con la venda en mano para ponerla y tocar, el timbre sonó y una voz fuerte lo recibió, supo de inmediato que se trataba de Diana, así que pidió permiso para estar con Luke, así, lo guió a la habitación de este y tocaron.
–Luke, Harry está aquí, ponte tu venda y abre
Luke, quien estaba recostado en su cama al oír la voz, obedeció y abrió, tomando la mano de Harry para llevarlo a su cama.
–¿A qué vienes? Hoy no te invité, no tengo nada pensado para hacer
–No te preocupes por eso, está bien, no me quedaré mucho tiempo esta vez, solo… quería decirte algo
–Ya veo, entonces te escucho atento
Harry lo dudó no estaba seguro si era bueno hacer esto, pero se conocían hace mucho tiempo, tal vez sintieran lo mismo, tal vez para él también fué especial la vez que se conocieron en la escuela, hablando a través de papelitos, la primera vez que hablaron, afuera del salón, cuando ambos pensaron que era lindo el nombre del otro,. Harry estaba recordando todos los momentos lindos que podrían haber influenciado a sentirse así y que tal vez pudieran ayudar a Luke a sentirse igual.
Harry y Luke estaban en el parque junto a sus padres –Madre y padre por parte de Harry– cuando este mismo se acerca a su amigo tomándole la mano con ambas suyas – Luke Denis Akerman el día de hoy, yo Harry Stuart Jonson te propongo quitarnos la venda a la vez cuando seamos mayores, para así vernos al mismo tiempo
Sus padres miraban la escena enternecidos, observando como el más pequeño tanto de estatura como edad, asentía con su cabeza suavemente haciendo un leve sonido afirmativo. Ese sin dudas es el momento que Harry recuerda cada vez que siente todo derrumbarse, y el mismo recuerdo que va a usar a su favor.
-Luke, de pequeños hicimos juntos una promesa, tú y yo nos sacarnos las vendas juntos y quiero hacerlo… lo he querido desde hace años, pero no tenía el valor para decirlo, pero bueno, aquí estoy ahora- Las mejillas de Harry se tornaron de un rojo inhumano por sus nervios y vergüenza.
-Harry, eso es muy lindo y me alegra que me lo digas- el corazón de Harry latía rápido, sonriendo por la posibilidad de una respuesta afirmativa- pero no puedo aceptarlo que estás intentando - la sonrisa del enamorado se borró instantáneamente. -si es lo creo que es y es que te gusto y quieres que nos veamos, no puedo hacer eso, no aún, porque no creo sentirme de la misma forma… Harry eres mi mejor amigo y lo has sido siempre, no sé si puedo verte de otra forma
-Ya veo… bueno no hay problema, yo solo quería decirte todo y quitarme ese peso de encima, solo espero que quien sea que logres amar, no sea ese chico sin destino que nos llevó al parque, actué lo mejor posible ese día por tí, pero tengo un muy mal presentimiento con él…
Finalmente Harry se fué hacia la puerta, ya conocía esa habitación y casa casi por completo, bajó buscando a la madre de Luke para despedirse y salió, estando afuera su madre esperándolo, ya que no iba a tardar en realidad y ahí estaba.
Luke se quedó embobado, con la venda aún puesta, tomando su ballena de peluche, -No me gusta Samuel… no puede gustarme un sin destino, es decir, no porque sea un sin destino, si no porque no podemos estar conectados si sólo yo permanezco así y él no… Él perdió su oportunidad de amor verdadero y yo aún tengo la posibilidad de encontrar a alguien, alguien que yo realmente aprecie y que tenga venda igual que yo, alguien que posea el mismo destino que el mío… alguien como Harry, pero no quiero que sea Harry, no quiero acabar nuestra amistad, no podemos ser amigos y más que amigos al mismo tiempo ¿verdad?- Habló a la cámara imaginaria de su vida
Comments (1)
See all