—Deténganse.—dijo el Rey, sacando su espada haciendo un corte en el aire en medio de los dos, logrando separarlos.
Taeyang y Tae-Bum retrocedieron al instante.
—Señor, ese sirviente está loco. Cuando me vio me ataco de repente.—dijo Tae-Bum señalando a Taeyang.
« Tae-Bum, se volvió a meter en problemas. Si seguimos en este lugar llamaremos más la atención. Solo podemos irnos.»
Pensó el Rey.
—Señora, perdón por causar este alboroto. Mi sirviente está muy arrepentido por los problemas que acaba de causar. Castigaré apropiadamente a mi sirviente, así que nos retiraremos, antes de que siga causando problemas.—dijo el Rey, agarrando del brazo a Tae-Bum y llevándoselo a la fuerza.
—¿Porqué nos disculpamos nosotros? Ellos deberían disculparse. ¡Ese maldito debería disculparse!—gritó Tae-Bum.
—Cállate. Ya causaste suficientes problemas por hoy.
—Pero, Señor...
« Ese maldito Beta, me las va a pagar. Por su culpa el Rey se enojo conmigo, y seguramente el Secretario General me va a castigar. ¡Te odio, maldito sirviente!»
Pensó Tae-Bum.
—Tú, payaso. Sígueme. Y trae a tu amo.—dijo Seong-Jin, mirando al "Señor", recostado en el piso, y dio un suspiro.
—Sí.—respondió Taeyang.
Los sirvientes empezaron a murmurar sobre lo que estaba sucediendo, no se preocupaban en bajar mucho su voz para que su Señora no las escuche. Seong-Jin se había dado que cuenta de que las sirvientas murmuraban demasiado, se volteo, las miro y dijo...
—No digan ni una palabra de esto a los nobles o a sus sirvientes. Si llego a escuchar un solo rumor sobre esto cortaré las lenguas de todas y se las daré de comer a los perros, ¿entendido?
—¡Sí, Señora!—gritaron las Kisaeng al unísono, completamente asustadas.
Capitulo 1 parte 5
Habitación de Seong-Jin, Dueño de la Casa Kisaeng
—¿Tienes idea del alboroto que causaste hoy?—dijo Seong-Jin.
—Lo siento, Señora.—dijo Taeyang cabizbajo.
—Tienes suerte de estar vivo. Esas personas son más importantes de lo que aparentan. Si ellos lo hubiesen deseado te hubieran matado frente a todos sin dudarlo, debes ser cuidadoso con tus actos frente a los nobles.
—Lo intentaré.—respondió Taeyang.
Seong-Jin dio un suspiro angustiado.
—Tu amo debe estar despierto. Ve a cuidarlo y regresa a tu hogar mañana temprano, antes de que sea demasiado tarde. Si ese noble regresa mañana, estarás muerto. Así que no pienses en volver por este lugar en un buen tiempo.
—Sí, Señora. Gracias por todo.—dijo Taeyang.
Dio una reverencia, saliendo de la habitación.
« Cuando vino rogando pidiendo pasar la noche, diciendo que haría lo que sea. Me sorprendí mucho. Y cuando trajo a su amo, me sorprendí mucho más. Solo pude darle trabajo de sirviente, a cambio de que se quede aquí una noche. En ese momento pensé que era lo justo, además parecía que no causaría problemas. Pero me equivoque.»
Pensó Seong-Jin dando un pequeño suspiro.
—Hyo-ri, entra.—dijo Seong-Jin llamando a su sirvienta personal.
Hyo-ri, entra a la habitación de su Señora, Seong-Jin. Parándose frente a ella.
—Necesito que vigiles a los huéspedes que llegaron hoy. Si ves algo sospechoso debes decírmelo de inmediato.
—Sí, Mi Señora.
—Eso es todo. Retírate.
Hyo-ri dio una reverencia y salio de la habitación.
« Hyo-ri es en la única en quien puedo confiar en este mundo. Espero que esos dos se vayan rápido de este lugar.»
Pensó Seong-Jin mientras miraba el cielo a traves de la ventana de su habitación.
••••••••
Casa Kisaeng, Habitación del Señor
« ¿Dónde... Dónde estoy...?»
Pensó el "Señor", abriendo lentamente sus ojos.
« Siento la respiración de alguien... Pero, ¿quién...?»
Se levanto y miro a su lado, se sorprendido al ver el rostro de Taeyang, estaba recostado a su lado durmiendo.
« Taeyang duerme tranquilo a mi lado. Cuando eramos niños solíamos dormir juntos, a pesar de que eramos de diferentes clases sociales. Cuando eramos niños, lo veía como un hermano mayor. Incluso ahora, él es como un hermano mayor que siempre cuida de mí.»
Pensó el "Señor" mirándolo con una sonrisa.
Taeyang abrió lentamente sus ojos.
—Taeyang, al fin despertaste.
Taeyang sorprendido se levanto rápidamente, se arrodillo y dijo...
—Perdón por dormir a su lado. Sin darme cuenta, yo estaba...
—Esta bien. Se que estabas cuidándome, así que esta bien.—dijo el "Señor".
« ¡Cómo pude quedarme dormido de esa manera...!»
Pensó Taeyang.
—Tiene razón. Ahora que ya despertó, dormiré afuera de su habitación para vigilar que nadie entre mientras usted descansa.
—Pero...
—No insista, por favor.—dijo Taeyang cerrando la puerta de la habitación.
« Desde que vi a ese hombre cargando a mi Señor en su espalda, mi corazón empezó a estar intranquilo. Incluso cuando lo vi durmiendo, casi hago algo que no debía. ¿Qué me esta pasando?»
Pensó Taeyang, completamente sonrojado.
••••••••
Al día siguiente
Patio de la Casa Kisaeng
« ¿A donde habrá ido Taeyang? Cuando salí de la habitación no estaba allí. Siempre estaba esperándome, y siguiéndome a todos lados.»
Pensó el "Señor", dirigiéndose a la puerta principal.
Camino directamente hacía la puerta principal, hasta que a su lado pasaron unas kisaengs, las escucho riéndose y dirigirse a un rincón de la casa. Las siguió a escondidas para ver de que se trataba, y sorprendido vio a Taeyang rodeado de muchas mujeres.
« Hay muchas mujeres a su alrededor. Debe ser muy popular. Seguramente conseguirá a una buena mujer en el futuro.»
Pensó el "Señor", y luego se volteó para seguir caminando.
« Estas mujeres son muy molestas. Por alguna razón, desde que me vieron se dirigieron hacía mí y no dejan de hablarme. Son muy molestas»
Pensó Taeyang.
—Tengo que ir donde mi Señor. Así que váyanse.
Las kisaengs se callaron.
« Al fin dejaron de hablar.»
Pensó Taeyang.
Las kisaengs se sonrojaron y siguieron hablando.
« No entiendo a las mujeres en lo absoluto.»
Pensó Taeyang.
—¡...!—Taeyang sorprendido empieza a empujar a las mujeres de su alrededor—¡Mi Señor, espere!
El "Señor" no escucho el grito de Taeyang, saliendo de la Casa Kisaeng sin volver a mirarlo.
—Mi Señor...
Hablo en voz baja Taeyang triste.
Enfadado se dio la vuelta y empezó a caminar en dirección a su habitación, las kisaeng seguían a su alrededor hablando y riendo, sin percatarse del enfado de Taeyang.
Taeyang irritado se detuvo, y dijo con una mirada intimidante...
—No me sigan.
Las kisaeng a su alrededor se asustaron y retrocedieron, dejando de seguirlo.
Las Kisaeng empezaron a caminar en diferentes direcciones, cada una dirigiéndose a lugares diferentes para hacer sus deberes. Una de ellas choco con una sirvienta que llevaba un balde con agua.
—¡Ah...!—grito la kisaeng después de haber caído al suelo.
La kisaeng y la sirvienta habían caído al suelo, la ropa de la sirvienta estaba completamente mojada y su cabello hecho un desastre.
Intento levantarse, pero choco de nuevo con la kisaeng. Volviendo a caer al suelo, ensuciando su ropa con barro.
—¡Ahh...! ¡Otra vez tú! ¡¿Acaso eres estúpida?!—gritó la kisaeng señalando a la sirvienta.
Otra kisaeng ayudo a levantar a la kisaeng que había caído al suelo, pero nadie ayudaba a la sirvienta.
—L-Lo siento mucho. No quise hacerlo. Fue un accidente. Intenté levantarme y...
Dijo la sirvienta, su ropa y ella estaba hecha un completo desastre, arrodillándose ante la kisaeng suplico su perdón, pero fue interrumpida repentinamente por la kisaeng.
—¡Cierra tu boca! ¡Tu voz es muy molesta!—dijo irritada.
Levanto su pie intentado patear su cabeza, pero antes de que pudiera hacer algo, alguien más la pateo, haciendo que la kisaeng se cayera al suelo.
—Regla número tres de la Casa Kisaeng: No golpear o maltratar a ninguna de las sirvientas.
—¡Quién...!—dijo la kisaeng intentando levantarse por si misma luego de haber sido empujada.
—Señorita Hei-Ran intento golpear a una sirvienta, debe disculparse ahora mismo. A menos de que quiera que la boten ahora mismo de aquí.
—Ha-Neul... ¡Acabas de ser promovida a kisaeng! ¡Con que derecho me hablas así!
—¿"Promovida"? No me hagas reír. ¿Que tiene de bueno ser una Kisaeng? Solo sirven para entretener a los hombres con su cuerpo. Es algo asqueroso.—dijo con una sonrisa burlona.
—¡Como te atreves...!
Hei-ran levanto su mano e intento abofetearla, pero Ha-neul detuvo su mano agarrando su brazo con fuerza.
—Suéltame, me estas lastimando.—dijo Hei-ran, al mismo tiempo que su brazo se ponía rojo.
Ha-neul soltó su brazo, y se acerco hacía su oreja, y susurró...
—No intentes volver a tocarme con tu mano asquerosa. Me das asco.
Se alejo de ella y limpio su mano en la ropa de Hei-Ran.
—Lárgate antes de que le diga a la Señora lo que hiciste.—dijo Ha-neul con una expresión indiferente.
Hei-Ran enfadada se fue del lugar sin decir ni una palabra.
« ¡Pagarás por haberme humillado de esta manera, Ha-neul!»
Pensó Hei-ran molesta al mismo tiempo que se marchaba del lugar.
—¿Estas bien?—pregunto la Ha-neul, al mismo tiempo que la ayudaba a levantarse.
—Estoy bien, no te preocupes.
—Debes tener más cuidado por donde caminas. Esas kisaeng están locas por ese hombre desde que lo vieron. Es mejor si no te acercas a ellas, sobre todo con Hei-Ran.
—Muchas gracias por ayudarme.
—No te preocupes. Si te vuelves a meter en problemas puedes decírmelo. Me llamo Ha-neul, y soy una escla... Ajem, quiero decir, kisaeng.
« Casi digo que antes era una esclava.»
Pensó Ha-neul.
—Yo soy Yun.
—Yun es un nombre muy lindo. Tengo dieciocho años, y a juzgar por tu tamaño debemos ser de la misma edad, ¿no?
—S-Sí.
« En realidad soy dos años menor.»
Pensó Yun.
—Bueno, ahora debo irme. Yun, no dejes que nadie te intimide. Eres una chica muy linda, debes tener más confianza contigo misma. Nos vemos, Yun.
« Ha-neul... También es un nombre muy lindo, al igual que ella.»
Pensó Yun.
Ha-neul se despidió con una sonrisa mientras agitaba su mano a la distancia, y Yun solo veía como se iba y se alejaba.
« Una chica... Ella piensa que soy una chica... Que gracioso. Supongo que parezco una chica con esta ropa.»
Pensó Yun mientras soltaba una pequeña risa.
••••••••
Residencia de la Familia Choi
—Mucho tiempo sin vernos, Señor.—dijo el Señor Choi.
—Es un gusto verlo de nuevo, Señor Choi.—dijo el "Señor".
—Estuve esperando su llegada, Señor. Es un gusto volverlo a ver tan bien como siempre. Por cierto, mis hombres se encuentran listos para atacar cuando llegue el momento.
—Es bueno escuchar eso.—dijo el Señor mientras tomaba el té.
« Ayer envié a mis hombres para que lo secuestrarán y lo matarán, pero todos ellos murieron. ¿Cómo fue capaz de matarlos a todos? Él es solo un pequeño bastardo..., ¡se supone que debía morir!»
Pensó el Señor Choi enfadado, ocultaba sus verdaderas emociones mostrando una gran sonrisa frente a el "Señor".
—Señor Choi.
—¿Qué sucede, Señor?
—El día de ayer entraron dos hombres en el lugar en el que me hospedaba, llevaban máscaras de payaso y estaban armados. Sabían exactamente la habitación en la que me encontraba.
El rostro del Señor Choi empezaba a sudar con cada palabra que decía el "Señor", intentaba disimular sus nervios con una sonrisa, sin embargo sus manos empezaron a temblar.
—Señor Choi, solo usted y yo sabíamos donde me hospedaría. Sea sincero conmigo. Usted... ¿fue el culpable?—dijo el "Señor" mirándolo directamente a los ojos.
El Señor Choi, quien no podía pensar en nada, sentía como la mirada del "Señor" lo hacía sentir más nervioso con cada segundo que pasaban dentro de la habitación.
『 10 Horas antes del ataque al palacio 』
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