Quería ir para mi cuarto a descansar, pero mi razón me llevó a mi laboratorio. El dolor emocional en el corazón se extendió por todo mí cuerpo, consumiéndome de sentimientos tristes.
«Yo misma soy la culpable de todo eso» pensaba todo el tiempo.
Para tratar de distraerme, volví a mis investigaciones de comunicación por entrelazamiento cuántico. Estaba tan cerca de una solución y con la última idea que tuve, todo parecía encajar, menos una cosa...
—Dornnih. No, no, no.
Empecé a imaginar cosas de él y yo que eran inadmisibles, pero...
Empecé a confundirme sobre mis sentimientos. Drinihian era el amor de mi vida, pero no quería perjudicar su carrera con eso. Nos conocemos hace tanto tiempo, que no me imaginaba viviendo sin él. Creí que sería eterno, pero la vida estaba siendo cruel conmigo. Haciéndolo alejarse de mí.
Volví con las investigaciones, pero el cansancio vino con fuerza. Iba a tomar un estimulante. Pero antes que me pudiera levantarme para eso, bajé la cabeza sobre la mesa y dormí.
—¡¿Eh?! Qué dolor de cabeza —murmuré;
Miré en mi sistema de detección de posibles mensajes alienígenas y noté algo muy raro. Era una señal muy débil, que parecía tratar de comunicarse con la Agencia Espacial. Mi equipo estaba calibrado para detectar señales diferentes del patrón de baja intensidad.
Aunque la señal era muy débil, esta era...
—¡Familiar!
Parecía una señal de emergencia emitida por un dron espacial. Lo más raro era que parecía venir de nuestra estrella. Para saber si teníamos alguna misión próxima de nuestra estrella, tendría que acceder al sistema, donde están listadas todas las misiones en marcha, nuevamente de forma no autorizada, hackeando. Eso ciertamente me pondría en una situación que no tendría vuelta probablemente. Y estaría confinada por mucho tiempo y suspendida de todas las actividades de investigación espacial.
Pensé en ignorarla, pero fue captado algo.
...[Yennir]…
Investigué y…
—¡Imposible! (Mayor Capitán) Yennir. No podría ser él. Él murió en la misión en que Drinihian estaba de traer las naves viejas de la luna para nuestro planeta
—¿Será? —dije para mí misma, pensando en la posibilidad de que él aún pudiera estar vivo.
Para tener seguridad de que no podría ser la señal, o vestigios de señales, de otras naves en misión cerca a nuestra estrella, decidí hackear el sistema e investigar sobre las misiones en curso.
Verifiqué todas las misiones. Algunas me llamaron la atención, pero me concentré en alguna posible, cercana a nuestra estrella, pero no encontré ningún resultado.
Quedé analizando la señal para tener una conclusión más significativa, pero era muy débil. Traté de ampliar la captación de las antenas, que ya eran un poco superiores que cualquier otra, gracias a mis cambios, hechas para ayudar en mis investigaciones.
No logré obtener más ningún mensaje claro. Tal vez ellos habían sobrevivido a la explosión, pero damnificando el dron en que estaban.
—¡No! —dije preocupada.
Traté de rastrear el movimiento de origen de la señal.
—Necesito avisarle a alguien. Si él está vivo, el dron damnificado está yendo en dirección a nuestra estrella, y no irá a resistir por mucho tiempo la proximidad.
Traté de contactar el (Capitán Teniente Coronel) Hennmi, pero él me ignoró.
«¿Por qué él hace esto? Él dijo que lo que necesitaba era sólo entrar en contacto directamente» pensé confundida.
Salí del laboratorio cargando esas informaciones en un dispositivo móvil. Seguí directamente a su encuentro, pero en medio del camino, fui parada por agentes de seguridad, grupo de apoyo, (Sargentos) acompañados de un oficial militar (Primer Teniente).
—¡Parada, está detenida! —ordenó el oficial militar.
—¿Qué hice? —pregunté confundida.
—¡Acompáñenos! —ordenó él.
—Pero estoy en medio de una posible emergencia. ¡Debo irme!
—¡No lo hagamos de nuevo! ¡Ven con nosotros AHORA! —ordenó el oficial militar, en tono amenazador.
Sin alternativas los acompañé. Me quedé nerviosa, porque tenía seguridad que él (Mayor Capitán) Yennir estaba vivo y con problemas serios. Mi voluntad era salir corriendo. Cuando iba a entrar en el dron de transporte de ellos, aproveché un pequeño segundo de descuido y corrí. Fue la cosa más estúpida que había hecho en mi vida, pues era obvio que no iba a poder huir. Sentí algo picando mis espaldas. Inmediatamente mi visión se volvió borrosa y...
—¡NOOOO! —grité, sin saber dónde estaba, con la vista borrosa y con dolor de cabeza.
Mi vista fue volviendo a los pocos. Estaba echada en una cama en una habitación blanca y pequeña que parecía no tener puertas. Me levanté medio tonta, fui hasta una de las paredes y rodeé la pequeña habitación, intentando localizar una salida.
Empecé a desesperarme.
—¡Déjenme SALIRRR!!
Continué gritando, y luego una de las paredes se encendió como un monitor. Comenzó una videollamada.
—Aquí es el supervisor de seguridad del complejo, militar oficial (Capitán Teniente Coronel) Brommerri y usted fue detenida por haber quebrado niveles de seguridad de información sigilosa. Usted dejará de actuar en sus funciones y será penalizada con un largo período de detención. Fue implantado un chip sedante y si comete cualquier desobediencia será inmediatamente sedada.
—¿Cuánto tiempo pasó desde que desmayé? —pregunté confundida.
—Usted fue sedada hace horas. Le digo que no se preocupes más con el tiempo. Tiene un largo castigo que cumplir.
—Comprendo que actúe equivocadamente, pero fue por una causa justa.
—Sus justificaciones no la librarán de lo que hizo. Está más que probada su invasión a un sistema para el cual no tenía autorización de acceso. Tendrá todas las condiciones de higiene, alimentación y ropas, pero permanecerá en esta habitación por un largo período. Los cuestionamientos podrían empeorar más su situación.
—(Mayor Capitán) Yennir está…
Antes que él pudiera oírme la videollamada fue colgada.
—@#$% —insulté enojada.
Me senté en un rincón llorando. Cuando menos lo esperaba, comenzó una nueva videollamada.
—¿Cómo pudiste hacer eso, después de lo que hice por ti? —preguntó el (Capitán Teniente Coronel) Hennmi, que parecía decepcionado.
Me levanté.
—Admito mi error, pero fue por algo de emergencia.
—Si fuera realmente para una emergencia, habría sido mejor contactar con otro superior y solicitar los accesos.
«Pero traté de ponerme en contacto contigo... » pensé, queriendo maldecirlo.
Bajé la cabeza decepcionada conmigo misma. Realmente podría haber hecho lo que dijo. Debería haber tratado de ponerme en contacto con otros. Fui agresivo y no pensé bien.
—Tonta, tonta, tonta —maldije en pensamiento.
—Me disculpo por mi error y pagaré por ello, pero...
—Tus disculpas no tienen validez para lo que hiciste. Me pareciste inteligente como demostraba —dijo el (Capitán Teniente Coronel) Hennmi, interrumpiéndome.
—¡Por favor! ¡ESCÚCHAME!
—¡Cómo te atreves a levantarme la voz!
Ya sin paciencia.
—El (Mayor Capitán) Yennir está vivo y con problemas.
(Capitán Teniente Coronel) Hennmi me miró sorprendido.
—¡No voy a admitir que le faltes al respeto a nadie que ya se haya ido! Serás penalizada con más rigor.
—¡Por favor! En el dispositivo móvil, que estaba conmigo, está la información. Puede que no tengan mucho tiempo.
Se mantuvo callado y luego terminó la videollamada.
—#+@+#@+ —maldigo, otra vez, furiosa.
Sin otras opciones, me senté en un rincón de la habitación pensando en lo peor que podría estar a punto de suceder, por ignorancia de quien sólo estaba preocupado de penalizarme.
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