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La Historia de Eliza: La Gran Guerra

La Historia de Eliza: La Gran Guerra. Capítulo 8 parte 2

La Historia de Eliza: La Gran Guerra. Capítulo 8 parte 2

Dec 02, 2022

-¿Hay algún bote en el rio?- preguntaría Lucy mientras van por las calles -Todos los botes son de uso civil, así que puede que los civiles los hayan usado para salir de aquí?- respondería con pesimismo Hermann. El aroma del agua empezaría a llegar a las narices de los Soldados Antheanos -¡Ya casi estamos ahí!- gritaría ya una casi cansada Lucy -Quítense las armaduras- añadiría -¡¿Qué?! ¿Está loca? Sin estas armaduras solo seremos blancos más fáciles- le respondería disgustado un soldado ASL a Lucy -Puede ser, pero aun teniéndolas somos como unos huevos para ellos- diría Lucy mientras se quitaba el peto, Hermann se quitaría una de sus hombreras -El que no esté de acuerdo con la general puede quedarse- hablaría Hermann -De igual forma puede que ya hayamos perdido…- añadiría.

Lucy ya sin su armadura saltaría hacia el agua y nadaría hasta estar lo más alejada posible, algunos ASL harían los mismo. Hermann solo le faltaría quitarse el peto y su casco pero en un solo instante un arpón improvisado atravesaría la rodilla de Herman destrozándole por completo esa sección de su pierna, no soltaría ningún grito lo cual le preocuparía a Lucy la cual trataría de volver nadando -¡NO! No venga…- Hermann le gritaría a Lucy con una gran fuerza -Váyase, proteja a Anthea…- seguido a esto se arrancaría el arpón y se giraría hacia los monstruos -¡Ómicron! Fue un gusto proteger a Anthea a su lado- Hermann sacaría esas últimas palabras de su boca antes de lanzarse como podía hacia el enemigo y sus hombres atrás del junto a los otros tres equipos de Kreuzfahrer gritarían: “Lang leve Königin Anthea” Lucy solo pudo apartar la vista, pero no hubo sonidos de los valientes soldados de elite, solo de esas bestias -Hermann… espero volverlo a ver…- Lucy dejaría salir de su boca una pequeña dedicatoria que pareció resonar con el agua y el aire, llevando el nombre del líder del Equipo Ómicron hacia los cielos y hacia las profundidades del rio, Lucy mientras sonreía dejaba salir unas cuantas lagrimas -Hasta siempre, Soldado…-.

 

Las bestias al ver a Lucy y compañía en el rio decidieron lanzarse sin pensarlo, pero al caer la teoría de Lucy era verdad, se hundían sin más hasta el fondo y no salía nada… el sonido dulce del agua tranquilizo a los soldados y al comprobar que no había nada ni nadie más en las orillas del rio decidieron regresar por las armaduras que dejaron, si es que había quedado alguna.

Lucy junto a los soldados caminarían con extrema cautela -Todo… es… muy callado- diría algo preocupada -Mi Señora, ¿No escucha eso? Suena a algo… quebrándose- Lucy percibiría el sonido, un extraña sensación recorrería su espalda, como si un hiele bajara por su columna y ese sonido se escuchaba más y más cerca, y con eso más claridad, Lucy se asomaría lentamente y vería a una de esas criaturas devorándose a varios soldados ASL, el metal junto con la carne hacían temblar de nervios a la General así como a sus soldados -¿No hay otro camino? Este está algo…- diría Lucy con claros nervios, pero los soldados con el mismo estado que Lucy responderían que no, solo hay un camino hacia el castillo.

 

Anthea sentada miraría desde su ventana como la ciudad se llenaba de llamas tan altas como árboles y se derrumbaba poco a poco, las pocas sirvientas que aún quedaban le pedían a su reina que huyera, que saliera para salvar su vida, pero la hermosa reina miro a las sirvientas con sus ojos tan brillantes como el zafiro y con sus labios pronunciaría una orden que haría que las sirvientas rompieran en llanto, como un niño que veía a su mascota morir en sus brazos lentamente, el compromiso de la reina ante su reinado conmovió a las chicas -Esta bien su majestad- las sirvientas harían una reverencia antes de huir de la ciudad, Anthea miraría nuevamente la capital y solo podía pensar en una cosa, una simple cosa “Que el héroe reestablezca el balance de esta guerra, no deben de ganar los imperios… si eso llega a suceder… el mundo caerá en una era oscura”. Pasarían las horas y Anthea seria descubierta por unos soldados Z’tarianos, la reina no le daría importancia a su presencia y seguiría viendo su ciudad en llamas -Linda vista ¿no cree, Su Majestad?- expresaría uno de los soldados con burla -Incluso así es más hermosa que su Reino entero… Sargento- respondería la Reina sin dejar de mirar por la ventana, el soldado se pondría nervioso y por la furia de la respuesta de la Reina le solitaria una bofetada y entre todos los soldados presentes tomarían a la reina y la sacarían pero aun así la Reina no mostraría oposición.

 

Lucy se encontraría combatiendo al monstruo que se habían encontrado y perdió a más de la mitad de los hombres que iban con ella, la estrategia que había pensado no había funcionado, ahora solo puede correr mientras ataca -Mierda… mis… mis piernas siento que van a explotar…- se notaría cansada la general, esa cosa los venia siguiendo por 4 horas, la penumbra se acercaba y Lucy aun no sabía como acabar con aquella cosa, la bestia consiguió un casco y no le afectaban los disparos, Lucy no sabía que hacer -¡¡Piensa, piensa, piensa!!- se regañaba a si misma a la vez que veía como caían los últimos ASL que restaban, hasta que miraría de reojo el castillo de Anthea el antes bello palacio se veía en llamas Lucy entraría en shock, sus pensamientos entraron en duelo “mataron a Anthea” “¿Cómo paso esto?” “¿Cómo mato a esa cosa?” hasta que un disparo sonaría a la distancia y atravesaría la cabeza de aquella bestia destrozando el cráneo y el casco como si fueran mantequilla, Lucy miro como el cerebro aun palpitaba en el suelo -Aun… ¿no muere?- se dijo a si misma y entrando en razón busco desde donde vino el disparo hasta que logro ver a un Kreuzfahrer en una torre de una iglesia cercana, su armadura era tan oscura como el carbón pero tenía un brillo singular en sus musleras se lograban ver símbolos pero Lucy no podía distinguirlos, el soldado de elite saltaría de esa gran altura hasta el suelo sin hacerse daño y se reuniría con su escuadrón, todos se irían corriendo hacia un destino desconocido, pero Lucy sabia de algún modo que nunca los volvería a ver.

 

Lucy y los cuatro últimos ASL entraron con cautela al patio de palacio, el frío inundaba sus cuerpos aun húmedos y hacía que sus huesos se sintieran como hielos, pero ignoraron lo mejor que podían esa sensación, pero los oscuros pasillos en ruinas no ayudaron en ignorar que provocaron un profundo miedo en los soldados y la general -Esten atrás mío…- ordeno la general -cualquier ruido agresivo retrocedemos hasta la puerta, ¿Quedo claro?- los ASL solo confirmaron con la cabeza y con sus armas apuntaron a la oscuridad profunda y sombría, caminaron en conjunto con cautela mirando a su alrededor, algo afuera llama la atención del grupo una suave brizna con unos cuantos golpecillos -Lluvia…- dijo uno de los ASL -aprovechemos para caminar más rápido- agrego, todos lo apoyaron, después de varios metros caminados llegarían a un cuarto conocido -este no es el cuarto de la reina… ¿no nos habremos pasado?- diría un soldado ASL. Lucy solo se acercaría a una de las mesas que aún se mantenían en pie y tomaría delicadamente una tela chamuscada -Esta es, es el cuarto de su Majestad- diría seriamente la general, los ASL mirarían a su alrededor y confirmarían con sus propios ojos que el antes alegre y colorido cuarto ahora era un lugar frio, húmedo y oscuro -¿Y dónde está su Majestad?- se preguntaría uno de ellos -Respuesta corta: aquí no- respondería Lucy con rapidez -¿Y respuesta larga…?- preguntaría el mismo ASL -de rehén, seguramente para que el Reino se rinda, o para otra cosa, no lo sé- volvería a responder Lucy -Lo mejor sería que nos fuéramos de aquí cuanto antes, no sabemos si estamos solos aquí-.

 

La Caída de Anthea, ocurrida el 2 de Diciembre de 1504, seria la derrota mas devastadora que pudieron sufrir los Antheanos, ya que todos sus equipos de Kreuzfahrer y millones de soldados tanto de la ASL como de infantería común perecerían aquí, solamente tuvieron que bastar 2,000 de esos monstruos sin alma para darle una estocada fatal al ahora caído Reino de Anthea, ¿Qué será de los Reinos del Sur sin uno de sus aliados más poderosos? Solo el destino nos lo dirá.

mpelayof
Reddo-Kun

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