Me desperté en una habitación desconocida.
Miré a mi alrededor. Las paredes eran blancas con una o dos hojas de colores adornándola.
"¿Ya despertaste?" dijo una voz en mi lado izquierdo.
Miré hacía ese lado. Era Emily.
Tenía en mano un libro. Parecía de fantasía con solo ver la portada.
Me senté.
"Alex, ahorita estás en tu forma humana y creo que ella te conoce" dijo Día.
Me desperté por completo cuando Día dijo eso.
Traté de tapar mi rostro, pero Emily se Río.
"Está bien, no tienes que ocultar nada, tampoco contaré nada, Alex" murmuró.
"¿No estás asustada?" pregunté. Había visto su cara, ella estaba aterrada de mí.
Tal vez, como la señora Emma y mi tía, es una humana de buen corazón.
"No estoy asustada, me salvaste, más bien, estoy agradecida de que me hayas salvado tú que la misma policía" dijo.
Una sonrisa amarga apareció en sus labios.
Me quedé sin palabras. Ella tenía razón.
Estos días, la policía solo era un adorno que no tiene ningún valor.
¿Ejemplos de buenas y firmes personas?
No.
Son un puñado de idiotas que se pasan por El las leyes.
Aunque aún haya policías bondadosos y firmes ante la ley y su deber, son un mínimo entre todos los que existen, haciendo prejuicios innecesarios a personas que no se les debería y alabando a personas que no deberían ser alabadas.
Si algún policía hubiera visto a Emily, la pasaría por alto.
Después de ello, tal vez desaparecería, o Peor, Moría.
Y solo noticias tristes y una familia abrumada por la muerte de un hijo estarían.
Mientras los asesinos seguían sueltos.
"¿Tienes hambre?" preguntó, sacándome de mis pensamientos.
"Sí" dije y le sonreí.
Después de que ella saliera de ella habitación, un largo suspiro salió de mi boca.
“Día, ¿sabes por qué me desmayé?” ya estaba harto de desmayarme, en tan solo unos dos días ya me había desmayado más veces que cuando estuve en el hospital ese fatídico día.
“Utilizaste mucha energía, es probable que sea porque aún no estás fusionado con tu nuevo poder” mencionó Día. Su voz sonaba preocupada.
“Alex, ¿Por qué salvaste a esa humana?” preguntó Félixe de repente.
No había pasado tanto desde que la oí.
“Era mi amiga, quiero que esté feliz” murmuré. Una pequeña sonrisa se formó en mis labios.
“Alex, si puedes pararte, ven al comedor” gritó Emily.
Me levanté, no tenía ningún dolor, pero mis piernas y brazos estaban rígidos, como si hubiera hecho un ejercicio extremo.
‘Debí saberlo’ pensé.
Al sentarme en una silla del comedor, Emily se sentó justo al frente.
Era extraño, sus padres no estaban.
‘¿Estarán trabajando?’ me pregunté.
“Mis padres no llegarán temprano hoy, así que, cuéntame, ¿Qué te pasó?” preguntó Emily.
“Morí” dije mientras tomaba un sorbo de la sopa en frente mío.
Emily se quedó mirándome por mucho tiempo, esperando que continuara.
“Unas personas me mataron mientras veía el cielo, mataron a mi gato y dejaron mi cuerpo ensangrentado ahí mismo” murmuré.
Mi ira se estaba asomando con cada palabra que decía.
“Unos dioses me permitieron vivir otra vez, pero tengo que cumplir una condición” susurré.
No quería contarle todo.
“¿Pero estarás bien?, ¿no te pasará de nuevo lo que sucedió?, ¿qué harás con esas personas?” respondió Emily.
“No sucederá nada como eso y estaré bien, no te preocupes” sonreí.
‘Esas personas pronto ya no existirán’ me dije a mi mismo.
Una sensación incómoda cubrió mi cuerpo.
El rostro de Emily preocupado me hizo darme cuenta de que tan mal me veía.
“Alex, ahora ya ha iniciado oficialmente la fusión, tu cabello no tardará en parecerse a tu otra forma, cada día que pase, ya no necesitarás comer o dormir, poco a poco, tu piel palidecerá hasta quedar en un tono gris y el único color que se aprecie serán tus ojos carmesíes, la parte más dolorosa serán las alas y los cuernos… Mientras más humanos mates, tus características y fuerza mejoraran” murmuró Félixe.
Me quedé pensando en todo esto. Prácticamente seré una perfecta máquina para liquidar humanos.
Sonreí.
‘Los esfumaré más rápido de lo que creía’
***
Después de despedirme de Emily tras hacerle saber que estaba perfectamente, me fui al apartamento.
Ya era bastante tarde en la noche.
Me había visto en un espejo de una tienda.
Mi cabello era totalmente plateado ahora. Solo habían pasado aproximadamente dos horas.
‘Dos horas insistiéndola de que estoy bien, je’ pensé.
Mientras caminaba, hablé con Félixe.
“¿Puedo activar mi poder otra vez para llegar más rápido?”
“No, es mejor que no, tomará un tiempo recuperarte” luego de un rato prosiguió. “Es increíble que con solo una sexta parte de la fuerza que te dimos puedas matar humanos, ¿tal vez se volvieron más débiles después de unos pocos siglos?” analizó Félixe.
“¿Cómo sabría eso?, apenas tengo 16 años” me burlé.
“Cierto” dijo desanimada.
Sin darme cuenta, había llegado.
Emma me estaba esperando en la entrada.
Como era de esperarse, armó un discurso por mi llegada tardía y mi cabello.
Me fue fácil contarle una historia que cree para este caso.
‘¿Mentir se me daba tan bien?, creo que sí, si no, no hubiera podido ocultarle todo esto durante tres años’
Me salté la cena, me di una ducha larga, buscando más cambios aparte de mi cabello y me acosté.
No me sentía tan cansado o hambriento, las palabras de Félixe eran bastante acertadas.
‘¿Ya ha hecho esto?’
Miré el techo mientras pensaba en ello.
En algún punto, me dormí.
***
Estaba acostado, tal vez en hierba.
“Alex”
Una voz que no había escuchado en mucho me llamó.
Aún sin abrir mis ojos, la llamé.
"Mamá" murmuré.
Una calidez inexplicable me cubrió.
"Hijo, espero que vivas mucho más feliz y por mucho más que nosotros" murmuró.
No podía abrir mis ojos o mover mi cuerpo, pero sentía su suave mano pasando por mi cara.
Sentí como ponía mi cabeza en sus piernas y me peinaba mi cabello con cariño.
Escuchaba como tarareaba una canción.
Mis lágrimas salían a pesar de mi rostro alegre.
Las limpiaba con cuidado, como si mi rostro fuera una flor delicada.
***
Me desperté.
Lágrimas salían a cantaros.
'Tal vez mi madre mandó su última voluntad'
Sonreí ante ese pensamiento.
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