A pesar de ese sueño, mi mente aún estaba ocupada con muchas cosas.
Si iba a extinguir a los humanos, ¿cómo lo empezaría?
"Creo que primero iniciaré con todos los delincuentes que encuentre" murmuré.
"Sí, me agrada esa idea y hagamos lo de ayer con Esteban hoy igual" dijo Día saltando a mi alrededor.
"Espera un poco, hoy es viernes, así que lo veremos hoy desde temprano" murmuré.
Me había levantado mucho más temprano de lo que esperaba, así que me encaminé para la escuela.
***
En una calle.
"Aún no sabemos que es lo que ocurrió, pero este es un caso muy raro, como el de esa colina" se escuchó una voz masculina.
Se había puesto policías en toda la zona mientras médicos forenses asistían a la escena.
"No hace mucho que pasó lo de esa colina, se preguntó a todos los que vivían cerca de ahí después de que una persona viera la escena ayer por la tarde y otra viera esta por la noche, pero no nos dieron nada necesario para esto" mencionó un hombre con traje que inspeccionaba el cuerpo de los tres hombres.
"A los tres se les atravesó, fue rápido al parecer viendo sus rostros sorprendidos" dijo otra al lado de este.
"¿Qué pasa con el otro caso?" dijo el primer hombre que habló.
"No se encontró mas que sangre en la escena, se tomó una muestra, sigue analizándose, tomará unos dos días más" contestó el segundo hombre
"Puede que tengamos a un asesino serial, si lo atrapo, me pregunto cuánto dinero recibiré" murmuró el primer hombre.
***
Alex llegó 15 minutos antes del toque, cosa que no había sucedido en ningún año en su vida.
Al llegar el maestro había hablado con él por su cabello.
No fue bien recibido por el maestro.
'"Un buen alumno no recurre a cosas de vándalos", si supiera que había matado a tres personas el día anterior seguro y me llevaba a la policía' pensé.
Cuando llegó Esteban, una pequeña risa se escapó de mi boca.
Estaba peor de lo que imaginé.
Solo con verme, retrocedió lo más que pudo antes de que alguien se quejara.
Sin más que avanzar, se sentó a mi lado, habían ocupado su lugar habitual.
Viéndolo fijamente y riéndome de vez en cuando hacía que sudara mares.
Mi apariencia tal vez le hacía creer que en verdad el Alex que conoció hizo ese estúpido trato.
Mi risa se detuvo cuando sentí un dolor punzante en mi labio inferior.
Sin que el profeso se diera cuenta, utilicé sigilo y me aventuré al baño.
No había nadie al parecer.
“Mierda, eso dolió” me quejé mientras veía como mis caninos habían crecido en tamaño.
“Pensé que dijiste que no iba a sentir dolor Félixe y me dices que va a doler toda la fusión” murmuré.
“No es dolor físico, bueno, ahora lo es por que tu cuerpo aún es humano, pero después de completar el 50% de la fusión, el dolor es mental, eso si no te lo garanticé, ¿cometí un error al generalizar?” dijo Félixe con una voz inquietantemente calmada.
“Me duele mi espalda y mi cabeza…¡¡¿Y ME PREGUNTAS SI FUE UN ERROR?!!” grité.
En eso, escuché como un cubículo del baño se abría.
Mis ojos estaban fijos en una persona que me veía con asco o temor, no sabía.
“¿Qué escuchaste?” pregunté amenazante.
“N-nada” murmuró el niño.
Parecía un año menor que yo.
“Dime la verdad” continué.
Los ojos del niño mostraban su miedo.
“Solo te escuché diciendo que algo era un error, d-de verdad no escuché nada más” gritó el niño.
“¿Hay alguna habilidad que pueda utilizar para borrar su memoria?” pregunté mentalmente.
“Sí, pero no lo puedes utilizar ahora, hasta que la fusión alcance el 80%, apenas llevas el 30%” dijo rápidamente Félixe.
“Tch” me quejé.
El niño al ver que no decía nada más, salió corriendo de los baños.
El dolor se había apaciguado.
Por curiosidad, me acerqué de nuevo al espejo.
Mis ojos habían cambiado a un café rojizo y los cuernos apenas se notaban.
Levanté mi camisa solo para verificar.
Había unas pequeñas alas saliendo de mis omóplatos.
‘Bien, será un poco incómodo de ahora en adelante’ me dije.
***
Regresé al salón, al parecer mi ausencia no se había notado.
Excepto por Esteban.
Se le veía tranquilo hasta que me volvió a ver.
Era bastante divertido.
--
No pasó mucho tiempo cuando la hora de la salida llegó.
“Esteban” le hablé.
Él se giró lentamente hacia mí.
“Sígueme” le murmuré.
Me siguió como un cachorro. Tal cosa no lo describiría por su apariencia de oso.
Llegamos a un edificio a medio construir.
“Aquí es perfecto” murmuré.
Me volví hacía él.
Se asustó.
Me reí en su cara con carcajadas ruidosas.
“Pensar que el fuerte e impenetrable Esteban se asustaría por solo ese movimiento jajaja” reí. “Esta vez si no me contendré, no me bastó con asustarte un poquito ayer”
Activé barrera alrededor de mi y de Esteban antes de que cayera sobre su trasero.
“Ahora que estoy seguro de que nadie nos verá” murmuré mientras activaba mi otra forma. “Comencemos el verdadero juego”
Saqué una soga bastante resistente de mi mochila.
Una sonrisa sádica se formó en mis labios mientras veía a Esteban arrepentirse de seguirme.
Comencé simple.
Una cortada por cada vez que se moviera con Mis garras.
"¿No puedes quedarte quieto ni un segundo?, ¿tan desesperado estás por morir desangrado?, eso no me gusta" dije.
Después de unos 30 minutos, todo su cuerpo tenía cortadas superficiales.
Su rostro era un desastre.
Sudor, sangre, lágrimas y mocos se juntaron. Los gritos que había lanzado eran dignos del dolor que sentía. Por lo que Félixe le había dicho, era más doloroso debido a una sustancia que salía naturalmente de mis garras, semejante a que se le ponga a una herida alcohol a chorros.
Y aún no había acabado.
Levanté su rostro." P-Por favor, máteme, ¡¡MÁTAME DE UNA P*TA VEZ!!" gritó
"Aún no, no he terminado"
Le quité sus zapatos que habían quedado rotos por las cortadas y empecé a cortarle los dedos de sus pies.
Sus gritos fueron mucho más fuertes hasta que llegué a su antepenúltimo dedo.
Su mirada estaba en blanco.
"Qué lástima, esperaba cortarle igual los de su mano" murmuré.
Sin más, le quité su cabeza.
Comments (0)
See all