—Y bien ¿Cómo se llama el sitio dónde nos dirigimos, alteza?
—Está en los niveles medios—. Iban ataviados con una capa enorme de color marrón con una gran capucha. El borde era dorado. Les cubría por completo—Tuviste buena idea, con esta vestimenta pasaremos inadvertidos para los ojos curiosos.
—Mejor así, es mejor no llamar la atención—Avanzaron por las calles principales de los niveles superiores hasta llegar a su límite.
—Bien, aquí comienza la búsqueda. No sé dónde está exactamente el puesto del mercader. Me dio una dirección donde colocaría su próximo puesto durante unos ciclos.
—¿No tiene nada más? ¿sólo disponemos de esa información? No lo pones fácil.
—Sí, su nombre, o como se hace llamar.
—¿Y bien…?
--¿Qué?
—¿Qué cómo se llama su mercader alteza? Al que estamos buscando… —Le estaba sacando fuera de su paciencia.
—Uuumm era algo como kluu… klaaaa…Klaudikkus creo. Sí, klaudikus.
—¿Es de fiar?
—¿Son de fiar los mercaderes? Es más, ¿Conoces a alguien que sea de fiar?
-Valle. ¿Por dónde vamos?
—Hemos de ir a la calle del este. Ahí hay un cruce de varias callejuelas y muchos puestos de diferentes comerciantes, ahí le encontraremos—Avanzaron durante largo tiempo. Cuando por fin Zack se dio por vencido, se lo dijo a Su guarda.
—Estoy muy perdido.
—Me lo suponía. Oye tengo la certeza de que alguien lleva siguiéndonos desde hace rato—oteó los tejados—Tenemos que estar alerta por cualquier cosa—le dijo apoyando una de sus garras superiores sobre el hombro del joven príncipe—cojamos esa calle y preguntemos—. Así hicieron, se acercaron a una taberna donde preguntó Gickhux.
—No sé dónde diablos está ese lugar—le respondió el tabernero—Ni me importa. Los que no son de aquí, no son bienvenidos. Déjame trabajar—Gickhux dejó entrever su hocico, dientes al descubierto, presentó un profundo gruñido. EL tabernero se quedo quieto…
—¿Acaso piensas que te tengo miedo? ¡¡¡Aaafffniiirhhh!!! ¡Veeennn!—Una joven criatura humanoide bien fuerte y grandota hizo su aparición, se ve que era quien atajaba las peleas en la taberna antes incluso de que se hicieran reales. EL guarda le enseñó su pulsera de oro rojo, y se quitó la capucha. Se volvió a tapar rápidamente.
—Oooo, lo siento señorrr. Le pedimos disculpas… ¿Por qué no me lo dijiste Afnhirr? Siempre metiendo la pata.
—Yooo, pero si yo acabo de…??
—Déjalo, has dejado en mal lugar al bueno de JOfreeyy. ¡Vete a fregar los platos!—Se ve que no tenía muchas luces el joven. EL tabernero les dio las direcciones a seguir y se disculpó casi que lamiéndole la mano a Gigckhux.
—¡Buuuahhjj! Si será asqueroso el tío ¿Pues no quería besarme la mano?
—Jajaja, ha sido divertido cómo le echaba la culpa al mozo tonto ese.
—Bueno vayamos, ya sabemos dónde se encuentra el tal Kliacus ese o como se dice
—Klau, Klaudikus—. Anduvieron por cientos de callejones hasta que llegaron al conocido cruce.
—Mi alteza, esto es una locura, no se separe mí.
—Más bien no lo hagas tú de mí, podrías perderte o pasarte algo. ¿Aún nos siguen?
-No lo creo. ¿Cómo es el puesto de ese mercader?
—Mira, ahí está. Ese es—Ambos se acercaron a la mesita donde el mercader estaba atareado mirando unas piezas de joyería y limpiándolas.
-Hola.
—Hola—dijo este pecado alzar la vista de su empeño.
—Vengo a enseñarle ciertas “piezas”. Las que le había comunicado—El mercader enarcó una ceja, durante unos segundos no cambió de posición, luego se alzó y miró a ambos con semejantes atavíos.
—Se diría que no quieren ser vistos. ¿Quiénes sois? Si son tan amables de refrescar la memoria de este anciano mercader—ZAck sacó un saquito negro de un bolsillo del interior de la capucha y se lo acercó, dejando a la vista su brazo. Ya que debajo de la capucha todo era oscuro. Lo reconoció por el color de la piel.
—Alteza…—susurró—No deberías estar aquí—. Gigckhux se llevó una de las garras a la espada mineral que poseía en el cinto. Klaudikus se dio cuenta de ello inmediatamente, miró al joven príncipe para que interviniera.
—Tranquilo Gigckhux, es de fiar. Y tú tranquilo también, es mi guarda personal. Mire esas piezas…—. Klaudikus las disminuyó con sumo cuidado, prestando especial atención a todas sus aristas en el vidrio.
—Son auténticas, de una manufactura sin precedentes—dijo al cabo de unos minutos largos.
—Lo sé, doy la cara por ellas. Ya te lo dije.
—Lo siento mi alteza.
—¿Cómo?
—Sí, por desgracia, sé a quién pertenecen. Escuché que habían sido… Uuum ¿Cómo decirlo…? “suministradas”. Me traería problemas meterlas en el mercado, serios problemas. Y no los quiero tener con su padre, el emperador. Ya soy bastante mayor para ello ¿No crees?
—¿Y me vas a dejar así? ¿Después del largo recorrido que hemos hecho?
—Lo siento de veras, su alteza—dijo en voz baja—Si hay algo de aquí que le interese, puede usted llevárselo, sin cobro alguno.
—Uuuummm esa propuesta me interesa. Vamos Gigckhux.
—No, le espero aquí—. ZAck comenzó a fisgonear de manera sospechosa todo lo que le rodeaba del puesto del mercader, telas, alhajas, joyas, diamantes, vasijas….alguna que otra cosa se echó a la mano sin que Klaudikus se diera cuenta… Aparentemente.
—Clinck clinck clinck!—Los botellines de cristal comenzaron a mesarse por el aire arrepentido.
—Uuumm ¿Qué es eso?—se preguntó El guardia Nhergs—Qué raro—. Comenzó a olisquear el aire.
—Uuumm, esto no me gusta—. Los farolillos colgantes de los puestos y de las casas que adornaban todas las calles comenzaron a moverse en un vaivén desordenado.
—¡Clonck!
—¡Clonk clonk clonk clonk! ¿Qué es esto…?—Gigckhux miró los postes de madera de los puestos, las telas, todo. Mientras tanto en el interior del puesto del mercader…
—Esta tela me gusta Klaudikus.
—Sí, es de la más fina seda. Le va muy bien ¿Desea que le confeccione alguna prenda con ella?—De pronto, Gickhux entró.
—Señor—dijo en voz baja—Está soplando viento. Escarabajo señor. Tenemos que irnos y ya.
—¿Qué?—dijo Klaudikus—¿Escarabajos? ¡Por las barbas del emperador! ¡Márchense ya! ¡Póngalo a salvo!—. Gigckhux agarró a Zackari y salió del interior del puesto del mercader. Y justo cuando estaban los tres en el exterior:
—¡¡¡ZUUUUMMMMMM!!!
—¡La cúpula! ¡Han conectado la cúpula en palacio! ¡Ya están aquí entonces!—. Una enorme cúpula azulada eléctrica y blanquecina empezaba a emerger del muro exterior del palacio y ascender hasta hacerse un semicírculo completo en lo alto del mismo. Era una imagen sin igual.
—¡¡¡¡Vaaamos mi alteza, tenemos que escondernos donde podamos!!!!!
—¡Vamos a palacio!
—¡No se puede ya, mira!—La cúpula se estaba completando—¡¡¡IMPOSIBLE!!! ¡Debemos buscar refugio donde podamos!—Lo agarro y huyeron de allí a toda prisa. Dejaron atrás al anciano cuando ya comenzaban a aparecer los escarabajos de la plaga a cientos.
—¡¡Vamos, hay que bajar a los niveles inferiores si podemos!!
—¡¡Estás loco Gig!!
—¡Hágame caso majestad! Están más cerca de la costa, por lo que el aire marino los frenará un poco. Tardarán más en llegar, tal vez podamos escaparnos. Necesitamos un refugio seguro.
—¡Aquí nada lo es!
—¡Y ahí abajo puede que menos!
—¡Mira esa puerta está abierta, puede que dé un lugar seguro!—. Entraron, pero la vivienda a la que accedieron estaba atiborrada de orificios en sus paredes a modo de ventanas.
—Creo que no mi alteza—Siguieron corriendo y corriendo huyendo de los escarabajos. La vestimenta que tienen les protegía un poco del choque de los más despistados, los que podrían se les colaban entre las ropas y mordían su carne con ahínco.
—¡No aguantaré mucho más!
—¡Sí alteza, lo hará!
—¡Esos cabrones hacen daño!
—Vamos por esa callejuela—Corrieron. Era larga, llegaron a un ensanche de la misma, donde había un moribundo. Estaba más cobijada, por lo que no se notaba tanto el viento y no llegaban los escarabajos, así que se acercaron con cautela.
—Mira Gigckhux, parece que le han dado una buena.
—Sí, y tal vez se lo hubiera merecido… Si aquí hubiera una vivienda o algo. No parece mal sitio. No llegan esos bastardos.
—Clinck clink clink|—sonaban los botellines de cristal al moverse.
—Vamos, parece que por ahí hay una entrada, o salida, tal vez encontremos un refugio seguro.
—Pero, no podemos dejarlo así aquí tirado, se morirá.
—Seguramente, y harás bien en no convertirlo en problema tuyo, si por cada uno que vaya a morir en estos niveles, te vas a hacer cargo…. No quiero ni pensarlo. Ya conoces las normas de palacio.
—Pero, pero…—Zack, lo movió con un pie. Respiraba muy entrecortadamente y de manera muy débil. Lo giró, al ver su cara se sorprendió.
—Pero no es más que un niño, de mi edad si acaso. No podemos dejarlo aquí Gigckhux, Necesita ayuda médica.
—Sí que podemos alteza, es más, debemos—decía el guarda mientras buscaba una alternativa para sobrevivir a la plaga, el cerebro le iba a estallar.
—Pobre, se está muriendo, tenemos que sacarlo de aquí.
-No. Va contra las reglas de palacio, pero yo estoy obligado a servirle mi alteza, así que la responsabilidad caerá toda sobre ti. SI usted puede ayudar, es usted el único responsable.
—Sólo buscarle ayuda médica. Aquí, no digo de llevar a palacio.
—Aquí no encontrará el tipo de ayuda que necesita.
—Mierda Gigckhux, ayúdame un poco.
—Bien señor—Se agachó y lo cogió en peso.
—No me refería a eso, pero también me vale—sonrió Zackari.
—Vamos por ahí, parece que esa vivienda está bien tapiada—. Entraron y buscaron posibles entradas desde el exterior, la única era la puerta por la que habían accedido, así que la tapiaron con todo lo que encontraron, y guardararon.
El tiempo pasaba muy lento, pero el murmullo de la llegada se fue haciendo notar, empezaron a chocar contra la puerta pequeñas bolas negras.
—¡Ya están aquí, malditos||
—¡¡Zuumm clonck clonk clonc clonñ cnlonk tactacatatcatcatcatcatcatcatcatct!!!—la puerta vibraba, se desplazaba haciendo que los objetos con los que la habían tapiado se desplazaran poco a poco, hasta los más pequeños caían al suelo debido a la potente vibración. Llegó el grueso de la plaga. Pusieron más cosas para proteger la puerta, empujaron lo que más pudieron. Algunos escarabajos entraban por la rendija inferior de la puerta, otros por los agujeros que iban haciendo.
—¡Mierda, están mordiendo al moribundo!—dijo Zack.
—Mátalos, ¡haz algo!—le gritó Gig.
—¿Vas a poder aguantar la puerta tú sólo?—. Gigckhux lo miró con sorna… Así que zack se dio por aludido.
—¡Cabrones! ¡Cómo muerden joder! ¡Lo tienen más que mordido! ¡¡Pero de dónde coño habrán salido tales criaturas!!—gritó zack para hacerse oír por encima del ensordecedor barullo provocado por la plaga contra la puerta pasando, por todo el exterior de la vivienda y la calle. Tapó con su capa al moribundo quedándose él mismo al descubierto, siendo presa más fácil de los escarabajos que conseguían entrar.
—¡Mátalos alteza, por lo que más quieras, no puedo con ellos!!—Zack tomó de escachar a todos los que podía. Así aguantaron largas y tediosas horas, hasta que poco a poco fue cediendo la presión en la puerta ejercida del exterior hacia dentro y el murmullo se fue alejando hasta que no quedo más que el silencio.
—Parece que se han marchado.
—Aaaagg aún quedan algunos dentro—. Los mataron, sin dejar excepción alguna. Para cuando acabaron estaban llenos de surcos en la piel, mordidas expulsando sangre, rasguños, morados…
—Vaya salidita ¿Eeh Gigckhux?
—¿Quién me mandaría?—dijo para sí—Ahora viene lo peor.
—¿Peor que esto? Imposible.
—Se ve que aún no conoces la furia de tu padre, mi joven alteza. Salgo de las brasas para caer en el fuego más abrasador.
—No te preocupes yo te defenderé. Todo ha sido culpa mía.
—Aaaayyy señor, no creo que me sirva de gran ayuda. Tengo una responsabilidad y debo acatar los castigos si fallan en mis cometidos.
—No seas tan duro, ya verás que salimos de esto también. Y ahora pensando bien, ¿Qué hacemos con ese?
—Me cago… Me había olvidado, me pido el destierro.
—Tendremos que entrar sin ser vistos.
—De eso tú si sabes, así que te vas a encargar tú de ello, alteza, ya bastante me va a caer encima, deja ver si escape de esta.
—Llevémoslo a palacio pues. Conozco un pasadizo, cae cerca de mis aposentos. Lo mantendré encerrado en ellos, fuera de la vista del resto. Creo que con ayuda de mi médico personal puede salvarse y estar ahí el tiempo que haga falta hasta que se recupere.
—Cuentas con que él accederá a ayudarte. Pero ¿y si no lo hace?
—Llegados a este punto, no contemplo esa posibilidad mi buen Gigckhux.
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