Una mañana cualquiera un rayo de luz se asomaba por la ventana mientras las puertas de la habitación se abrían de par en par haciendo que un pequeño pie saliera de entre las almohadas, la mucama personal de la princesa iba abriéndose camino entre el desastre del piso para llegar a los pies de la cama donde tomo un extremo de la manta para jalarla y descubrir esa revuelta cabellera roja, después se dirigió a las ventanas abriendo las cortinas en pares y comenzó a recoger las almohadas que se encontraban en el piso, mientras tanto un pequeño gruñido salió de la niña que tallaba los ojos en el centro de la cama, mientras Yuki sacaba un atuendo del armario para arreglarla antes del desayuno.
Al llegar al comedor pregunto extrañada por su madre, pues el único que se encontraba ahí era el emperador en la punta de la mesa, Alexander con unos ojos llenos de amor le respondió que su madre regresaría al anochecer, pues tenía un asunto que atender y al obtener la respuesta fue a tomar aceito a la izquierda de su padre, sin saber que en la parte trasera del castillo se encontraba alguien saliendo de ese bosque nubloso para llamar a la puerta del castillo que fue construido diez años atrás.
Tulip se encontraba frente a la puerta con una gran sonrisa, mientras un joven salía de su habitación con almohada en mano para ir a despertar al que en sus ojos era su pequeño hermano —Polaris, Polaris, despierta— decía mientras dejaba caer la almohada sobre la cabeza del segundo para después tirarse sobre él, haciendo que el joven de cabellos grises se quejara de bajo mientras trataba de quitarlo de enzima cuando logro liberarse del peso aventó a el peli dorado de la cama con una patada el cual no tardo en volver a abrazar su almohada levantándose del piso ya acostumbrado a ser lanzado de esa forma — ¿por qué me despiertas tan temprano?— decía mientas se tallaba los ojos con las cejas ligeramente fruncidas —Mamá ya está en el comedor— contesto Apolo mientras caminaba hacia la puerta, al escuchar esto Polaris rápidamente se levantó de la cama para seguir a su hermano mientras arrastraba su manta por encima de sus hombros, al llegar al comedor una bella dama no pudo evitar soltar una carcajada al ver a uno de sus hijos abrazando una almohada y al otro cubierto con una manta. —Buenos días, Mamá— dijeron ambos mientras tomaban asiento a cada lado de su madre —Buenos días, superalmohadón y capitán cobija— dijo Tulip entre carcajadas, para después pellizcar sus mejillas provocando una sonrisa avergonzada en la cara de ambos gemelos, después de un desayuno lleno de risas junto a algunas anécdotas los jóvenes fueron a tomar un baño y se pusieron presentables.
Mientras Tulip regaba las flores, unos pequeños traviesos se escondían entre estas tramando sorprender a su mamá, quien los vio y vertió agua en sus cabezas con la regadera, después a lo que había parecido un corto, pero divertido día se encontraban tres personas abrazadas en el lumbral de la puerta; Tulip le dio un beso en la frente a cada uno para después ser escoltada del otro lado del boque, después de dejar a la emperatriz en el medio del bosque regreso al pie de las escaleras de Eclipse continuando con su trabajo.
Tulip entro al castillo con una gran sonrisa para después ir a buscar a su hija, cuando Primavera la vio corrió a sus brazos de los cuales recibió un cálido abrazo, luego de cenar todos fueron a dormir en el palacio mientras el emperador se sentaba en una mesa a las orillas de ese oscuro bosque mientas dos jóvenes tomaban asiento frente al emperador —Padre, a que se debe tu visita— dijo Apolo con una mirada seria y atemorizante la cual podría ahuyentar personas —Me preguntaba si se encontraban bien, soy su padre ¿acaso no puedo preocuparme por ustedes?— dijo Alexander arqueando una ceja —No es propio de usted y a mi parecer que su preocupación jamás será dirigida hacia nosotros — argumento Polaris sin mirar al emperador para después agregar — tiene a la princesa que es su mayor tesoro y nosotros solo ¿somos producto de un deseo que fue en contra de usted, no? — El emperador rio ante el argumento del joven, Polaris se levantó y dio un manotazo a la mesa — Solamente es divertido para usted, así que guárdese sus hipócritas preocupaciones — retiro su mano de la mesa para tomar rumbo hacia dentro del bosque dando bienvenida a un aire frío como resultado de su partida en un mal estado de ánimo, Apolo al ver a su hermano alejarse se levantó para irse junto a le ignorando el llamado furioso del emperador desde la mesa.
A la mañana siguiente todos en el palacio quedaron extrañados gracias al clima frío y el cielo oscuro, ya que era un clima inusual para encontrarse durante pleno verano, las personas del castillo que pasaban por el bosque notaron que la niebla se encontraba más pesada de lo normal y mientras el anochecer se acercaba la temperatura seguía bajando obligando a todos a encender una chimenea para mantener el calor, agregando también que todo el día las personas del pueblo se estuvieron quejando del mar, pues estuvo inquieto logrando ahuyentar a los peces y convirtiéndolo en un lugar peligroso para navegar, los días siguientes el clima estuvo muy cambiante; podía pasar de un clima muy frío a uno templado o incluso uno soleado, durando los extraños cambios por una semana entra afectando a las actividades del exterior. Dentro del castillo la princesa noto que su madre se encontraba preocupada durante la semana y al llegar la noche se sentaba frente a la ventana viendo el cielo nocturno sin estrellas con una mirada triste, aunque Primavera trato de descubrir que provocaba ese estado en su madre no lo logro, ya que siempre que preguntaba la emperatriz cambiaba su cara por una sonrisa diciéndole que todo estaba bien. Pasada esa extraña semana Primavera empezó a seguir a su madre después de la comida evitando ser descubierta para descubrir que escondía, notando que siempre iba a una habitación que se encontraba alejada de todo y el área parecía no haber sido ocupada en mucho tiempo, cuando la emperatriz finalmente se fue Primavera trato de entrar en la habitación, sin obtener algún resultado, pues la puerta estaba cerrada con llave y un candado, antes de retirarse decidido admirar el sol y la luna que estaban tallados en el centro de la puerta por un momento para después correr antes de que la atraparan en ese lugar. Un día mientras jugaba con su madre no pudo evitar la curiosidad —Mamá, ¿de quién es la habitación que tiene la luna y el sol en la puerta? — la sonrisa amigable en la cara de Tulip cambio a una sonrisa triste — Es algo por lo que no tienes que preocuparte, solo tienes 10 años y puedes hacer lo que quieras, ahí personas que no pueden gozar de su libertad como tú, así que olvídalo y no vuelvas a ese lugar ¿de acuerdo? — Primavera asintió solo aceptando el pedido de su madre, desde ese día noto que su madre no era tan honesta con ella como presumía con otros adultos, pues se guardaba un pequeño secreto el cual parecía querer dejar muy en el fondo.
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