ESCENARIO: Escuela secundaria de los pumas del condado de Dallas

HORA: 16:25

Banco de memoria de Kieren: Acceso a la memoria...

"Le gustaríaasistir al voleibol ¿acampar?" Su voz era tan aguda. Ella era tan pequeña. Que precioso niño. Los estudiantes de secundaria siempre parecían tan inocentes. Tal vez por eso mis tías y tíos siempre sonreían cuando me acercaba. Quiero decir, solo mira su cabeza. ¿Cómo podría algo con una cabeza tan grande ser malvado o malvado? Parecía que estaba a punto de caerse en cualquier momento. ¿Cómo se mantuvo levantada esa cosa? Oh, espera, ella me estaba mirando...

Entonces, respondí: "¿Me veo como alguien interesado en el voleibol?"

“Entre tú y yo”, susurró, “cuanto más rápido entregue todos estos impresos, antes podré irme a casa. Así que sí, para mí, todo el mundo parece estar interesado”. Me hizo señas para que tomara un poco con sus bracitos.

"Tomaré dos entonces", la culpa me hizo tomar dos de las copias impresas de ella. Aunque sabía que simplemente los reciclaría cuando llegara a casa, me consoló el hecho de que al menos tendría que preocuparse por entregar dos copias impresas menos. La honestidad sin filtros era una de las pocas cosas que respetaba de los estudiantes de secundaria. Conociendo al de mi casa… ¿Era la edad, el miedo o una completa falta de control lo que los hacía así? ¿Quien sabe?

"Gracias", me sonrió descaradamente antes de pasar a otra persona. Esta chica era una estafadora. ¿Me acaban de estafar?

Afortunadamente, mi altura y apariencia no me hacían parecer más joven o mayor que los demás. Encajé bastante, incluso si eso significaba que, de alguna manera, todavía me veía como un estudiante de secundaria. Me abrí paso entre la multitud de estudiantes socializando, un grupo de chicos lanzando una pelota de fútbol de un lado a otro y un grupo de chicas cotilleando. Como el objetivo de una misión en un videojuego, no logré encontrar a esa persona de interés. ¿Por qué había tanta gente aquí? ¿No se despidió de la escuela? ¡Vete a casa ya! Resuelto, continué escaneando el área hasta que vi a un pequeño grupo de estudiantes que se alejaban del campus en una acera cercana. ¡Era el objetivo!

Alcanzando al grupo, estaba consciente de ir detrás de ellos. Reconociblemente, la chica estaba solo unos pasos delante de mí. Ella no se había fijado en mí. Cabello lacio castaño oscuro en la cabeza; Su cabello tratado químicamente estaba lleno de permanentes y relajantes, con nudos rizados que sugerían que no se había peinado hoy. Definitivamente era ella. "Oye", dije. Fácilmente, me di cuenta de que reconoció mi voz. ¿Cómo? Bueno, saltó, pero trató de disimular eligiendo ignorarme. Entonces, "Keziah", dije un poco más fuerte. Eso hizo el truco. No era ajeno a avergonzar a mi hermana...

Finalmente, se dio la vuelta. "Me tengo que ir", dijo ella, sus amigos mirando perplejos. "Me pondré al día con ustedes mañana". Apresurándose, se unió a mí mientras caminaba en la dirección opuesta. Por lo general, iba delante de ella en mi patineta, pero decidí deshacerme de mi otrora fiel compañero de viaje en el basurero de la escuela. Ninguna cantidad de cinta adhesiva en el mundo podría devolver esa cosa a una posición estable. Planificar un servicio funerario y un entierro sería un poco dramático, pero al menos la partida desgarradora se hizo más fácil sabiendo que tenía una patineta adicional en casa. Parece que tengo muchos apegos cercanos a las personas que no son...

Vaya, soy un solitario. De todos modos... Decidí usar mi capucha sobre mi cabeza. El rasguño en el costado de mi cara era lo suficientemente pequeño para que Bianca y los demás no se dieran cuenta a menos que supieran sobre mi pelea con Spit Ball Kid durante el almuerzo. Pero Keziah y mi madre, dos personas con las que vivo y veo todos los días, obviamente se darían cuenta a primera vista y querrían saber qué sucedió. Quiero pelear mis propias batallas. Eso es lo que cierta persona me diría ahora mismo si estuviera aquí... Además, no quiero parecer débil ante mi hermana. Estoy seguro de que Keziah probablemente maldiga mi nombre todos los días en su cabeza, pero al menos no tendría la palabra para probar sus malos pensamientos.de mí. Teniendo en cuenta que todavía hay fricción entre nosotros dos, al menos por su parte, sería propio de Keziah no preguntar por qué estoy usando mi capucha en un clima de veinticinco grados. De hecho, lo que Keziah me dice sugiere que a ella no parece importarle ni darse cuenta. "Llegas tarde."

"Lo sé", me quejé, "¿cuándo ibas a decirme que estabas a punto de irte?"

“¡No me estaba desviando! Mis amigos y yo íbamos a WacDonald's. ¿Cómo te lo habría dicho si llegaste tarde?

“Uno”, molesto, chasqueé mi dedo y conté con mis manos, “Tienes mi número. Dos, estabas a punto de ir a esa muerte lenta de una trampa de grasa conocida como un "establecimiento de alta cocina". Y tres... ¡Sin mí!

“Yo no lo llamaría cena elegante”, estaba poniendo los ojos en blanco y sonriendo, “pero ese era el plan. Y lo siento... No fuiste invitado.

"Me habría invitado a mí mismo entonces".

"¿Tienes que?"

"Sí", me quedé boquiabierta, sintiéndome tan traicionada. Había esa honestidad inquebrantable, de nuevo para herirme una vez más. "Tengo que. Mamá dijo que era mi responsabilidad…

"Sí, lo sé", agitó sus manos para espantarme, "lo sé..."

Hubo una breve pausa entre nosotros. Ese silencio incómodo habría sido mi muerte, así que elegí la violencia y dejé que mi temperamento sacara lo mejor de mí. No, no le pegué a mi hermana, físicamente… “¿Sabes qué? Es genial. Mime su apetito antes de la cena. Te veré en la casa más tarde.

"Whoa", se apresuró, tratando de igualar mi ritmo mientras huía de ella con enojo. "¿No se molestaría mamá contigo?" Ella obviamente no entendía la naturaleza del juego que yo estaba jugando. estudiante de secundaria…

“Sí,” la tenía justo donde la quería, “lo haría. Pero puedo explicarle que no me dejaste hacer mi trabajo y que en su lugar querías estropear tu apetito”. Con una sonrisa maliciosa, me detuve para mirar a Keziah. Volvió a mirar a sus amigos. ¡Esa chica descarada, realmente pensó en irse! Mamá me habría roto uno nuevo si se hubiera ido. Pero Keziah restauró mi fe en ella cuando dudó en dejar mi lado. "Entonces... ¿un clima encantador?"

"¡Callarse la boca!"

"Bueno…"

ETAPA: La Casa Freeman

HORA: 19:05

La comida para llevar estaba en el menú esta noche. El olor a camarones, arroz y verduras al vapor flotaba en el aire de la cocina. Keziah, mamá y yo estábamos sentados a la mesa. Lamentablemente, era una mesa para cuatro, pero solo se llenaron tres asientos. Me puse mi sudadera con capucha, todavía puesta, mientras veíamos las noticias en la televisión familiar en la sala de estar. Mamá hizo cumplir que Keziah y yo miráramos las noticias todos los días para desarrollar un sentido más amplio del mundo. no lo entendí Recientemente, consumíamos solo innumerables horas de anuncios de candidatos, momentos destacados de la noche de debate y cualquier otra cosa relacionada con las elecciones presidenciales. Cuando no se trataba de las elecciones, estaban los deportes y luego estaba el clima. Anchors informó sobre el clima, que siempre estaba destinado a cambiar debido al poder bipolar de Texas. La mañana podría llegar a un frío bajo cero a medida que una ola de calor abrasadora se extendiera por la tarde. Luego habría un huracán furioso solo para terminar el día tranquilamente con solo una temperatura suave. Entonces, era clima de suéter, por así decirlo.

Empapado en salsa de pato, consumí satisfactoriamente mi plato de arroz y camarones. La comida china siempre ha sido mi comida para llevar favorita, rivalizando con la pizza. Pero seamos realistas aquí. No había nada mejor que la pizza. Por el rabillo del ojo, vi a Keziah pinchando un rollo de huevo frío que yacía en el costado de su caja con sus palillos. Los rollos de huevo nunca igualaron la satisfacción de sus papilas gustativas. No podía culparla. Los rollos de huevo no eran pizza.

A juzgar por la mirada en el rostro de mamá, sintió nostalgia de que los dos cenáramos en la mesa como en los viejos tiempos. Por otra parte, esta vista sola era rara de ver. Una mujer religiosa, siempre llevaba una cruz de oro en el cuello y tenía al menos una cruz en la sala de estar... y en la cocina. Casi se sentía como si fuéramos un almacén de cruces. Sin embargo, debajo de una de las cruces se mostraba un versículo en un pequeño letrero rectangular, Isaías 54:17. Ni siquiera necesitaba seguir leyéndolo para saber lo que decía el versículo. “Ninguna arma forjada contra ti prosperará”. Confía en mí. Era un verso que se decía tantas veces en esta casa que prácticamente era familia a estas alturas. A mamá le encantó el verso. Incluso llevó una pequeña tira de papel con él y lo metió en su abrigo, que colgaba en el respaldo de su silla. Colgaba una bata de laboratorio blanca. Después de todo, su ocupación estaba relacionada con productos farmacéuticos. Cajas de mudanza sin empaquetar estaban esparcidas por el primer piso. Algunos tenían plástico de burbujas sobresaliendo y otros todavía estaban sellados. Es curioso, nos mudamos a nuestra nueva casa hace unas dos semanas. Aun así, se sentía como toda una vida ahora. Nos habíamos vuelto algo perezosos a la hora de desempacar todo. Tal vez de esta manera, todavía estábamos allí en lugar de aquí.

La noticia pasó a transmitir comerciales unos veinte minutos después del programa de televisión. La mesa estaba en completo silencio, sin contar el audio de la televisión y nuestros palillos golpeando el costado de nuestras cajas de comida para llevar. Fue espeluznante. Nunca me di cuenta de cuánta televisión llenaba esos espacios silenciosos alrededor de la mesa. Aunque no me importó el silencio, que puedo suponer para Keziah, también pude notar lo molesto que era para mamá.

"¿Tuvieron un buen día en la escuela?" Ella puso cara de valiente. Supongo que no fue lo suficientemente valiente porque no respondimos. "¿Keziah?"

"Fue genial", Sis siempre fue breve.

"Bien eso es genial. ¡Coolio! Keziah juguetonamente puso los ojos en blanco ante el humor vergonzoso de mamá. ¿Cómo pudiste enojarte con la dama? A pesar de lo avergonzada que estaba, realmente se esforzó tanto. Ve tú, mamá. Y con suerte, obtienes mejor material. "Kieren", me miró con esa sonrisa tonta. Pavor fue lo que sentí. "¿Tu día también fue coolio?"

Ahí estaba, un conjunto saludable de vergüenza para todos alrededor de la mesa. Gracias mamá. "Claro", una sonrisa falsa y tímida fue todo lo que pude darle. Su comportamiento feliz era demasiado para tomar en la mesa. Aunque mi pelea con Spit Ball Kid me alegró el día más de lo que hubiera implicado mi respuesta. Ni siquiera me hagas empezar con el temerario intento de Max. Pero no necesitaba saber en cuántos problemas casi se mete este chico. Hombre… la escuela secundaria fue estresante.

"Claro", mamá asintió. "Suena bien." La mesa quedó en silencio una vez más. Realmente desearía que la televisión dejara de transmitir comerciales.

La noticia volvió poco después. Un ancla apareció en la pantalla. Cabello blanco y dientes aún más blancos, todas esas anclas nunca se parecían a mí, ni en lo más mínimo. Y cuando lo hacían, siempre estaban hablando de deportes o obligados a hacer una broma. Bueno, veamos qué tiene que decir este. “Bienvenidos espectadores a nuestra edición de las siete y media. No creo que sea el único que necesita un descanso de todo lo relacionado con la política”. Él, junto con algunos productores de atrás, se rió entre dientes. Usted lo dijo, señor. Nada sería mejor que mantener la política fuera de la mesa. “Como sabrán, mañana es la fecha no solo de una tragedia familiar sino también de una pérdida en el mundo de la ciencia. Mañana es el décimo aniversario de...

Inmediatamente, mamá cambió el canal a un programa animado. Fue tan repentino. La miré. Dejó suavemente el control remoto. Puedo decir que algo había cambiado por el tono en su humor previamente optimista y vergonzoso que cambió tan drásticamente. "¿Cuándo fue la última vez que nos sentamos y cenamos?" Ella sonrió con esa falsa sonrisa suya. Estaba bien, mamá. Sabía lo mucho que dolía. Sabía cuánto querías llorar. Estuvo bien. Sí, eso era lo que quería decir. Pero en lugar…

“Mucho tiempo”, le respondí.

"Exactamente", pude ver un poco de brillo en sus ojos. Tal vez esa sonrisa era genuina, después de todo. Si es así... ¿Qué era esta sensación de peso que nos pesaba a todos? "Hace mucho tiempo... Entiendo que han pasado muchas cosas, pero no debemos dejar que eso interfiera con nuestro tiempo en familia". Se volvió hacia Keziah. "Has hecho amigos, ¿verdad?"

“Sí”, respondió Keziah.

Mamá volvió su atención hacia mí. "Irás a esa excursión mañana, ¿verdad?" Evitando el contacto visual, me concentro en girar mis palillos. Sólo fui lo suficientemente valiente como para asentir. "Entonces concentrémonos en esas cosas buenas". Me di cuenta de que su atención se desplazaba hacia la silla vacía de vez en cuando mientras hablaba. “No puedo cambiar el pasado. Si pudiera lo haría. Disfrutemos el tiempo que tenemos ahora. ¿Eso suena bien?” Keziah y yo asentimos con la cabeza. Estaba claro que necesitaba esto más que cualquiera de nosotros. "Bien." Al menos el ruido de la televisión llenaba el silencio entre nosotros. Mientras continuábamos comiendo, mamá notó que Keziah continuamente pinchaba su rollo de huevo. “¿Qué le pasa a tu rollo de huevo? ¿Demasiado huevo? ¿O eres demasiado eggy? dice, tratando de aligerar el estado de ánimo.

"Ni siquiera sé lo que eso significa", algo provocó a Keziah. Ella se levantó furiosa.

"Me voy a la cama."

“¿Ya estás cansada? Todavía no son ni las ocho y media. ¿Te sientes bien?"

"Sí. Buenas noches mamá. Te amo."

"Buenas noches, Serenidad". Desconcertada, mamá solo vio a Keziah alejarse. Ella no estaba pateando o resoplando. Solo estaba en silencio. Era como una protesta sin cánticos ni contacto visual. Se fue y mamá gritó: “Yo también te amo”, mientras Keziah rodeaba las escaleras. La observamos. Una vez que Keziah llegó a la parte superior de las escaleras y entró al segundo piso, mamá me quitó los palillos para llamar mi atención. "¿Sigues caminando con Keziah hacia y desde la escuela?"

“Sí”, me sentí tan traicionada. Por qué... Oh, por qué... ¿Por qué mi hermana me dejó solo en esta mesa incómoda? Yo no estaba equipado para esto. Mi rasgo de carisma no estaba ni siquiera a la mitad de estar al máximo todavía. Y ella me estaba obligando a hacer contacto visual. Yo no estaba especificado para esto.

"¿De qué han hablado ustedes dos?"

“No hemos hablado de nada”.

"¿Nada en lo absoluto?"

“La última vez que lo intenté, fue por el clima”.

Mamá frunció el ceño y miró mi sudadera con capucha. “¿Por qué llevas tu capucha en la mesa de la cena? Quítatelo, por favor. A regañadientes, me quité la capucha, revelando un rasguño en mi mejilla, justo debajo de mi ojo. Los ojos de mamá se abrieron. "¿De dónde vino ese rasguño?"

Final Alternativo: