El día 10 de octubre del año 532 justamente 1 año después de que empezaron las dudas de Primavera la emperatriz dio la bienvenida a dos extraños jóvenes de apariencia muy singular, Primavera ya se había acostumbrado que cada cierto tiempo su madre no estuviera presente, pero se sorprendió al oír las puertas del castillo abrirse indicando la llegada de la emperatriz, al ir a recibirla quedo extrañada de que estuviera acompañada y las personas que estaban con ella tuvieran equipaje lo que indicaba que se quedarían en el palacio, su sorpresa fue más grande al ver llegar a un grupo pequeño de sirvientes con un médico quien era el encargado de ocuparse de la realeza, su madre la saludo de forma rápida para continuar con su camino a un paso rápido, Primavera al ver la velocidad con la que iban sintió una gran curiosidad y decidió seguir a ese grupo de personas al notar que giraron hacia el área la que se le había prohibido el regresar no pudo evitar desconcertarse, aun así hizo caso omiso a la instrucción que le habían dado hace un tiempo acercándose acercarse un poco hasta que dos guardias se posicionaron frente a ella deteniendo su paso a orden de la emperatriz, su primer pensamiento fue ordenarles que se retiraran, sin embargo, descarto la idea al poco tiempo, ya que esos guardias portaban un escudo muy singular dándole a entender que no estaban bajo su mando; sin más oportunidad Primavera tomo camino de regreso a su habitación aún intrigada por el escudo en la armadura de los guardias, al final desviándose para ir a la biblioteca a investigar un poco en busca de calmar su curiosidad, pero por más que buscara no encontraba nada acerca de ello.
A la hora de la cena intento preguntar a su madre, pero esta no se presentó, por lo cual no tuvo otra opción más que preguntar a su padre, lo cual no obtuvo resultado —Son invitados de tu madre no deberías molestarlos— respondió Alexander con dulzura ante la pregunta de su hija; posterior a la respuesta que había conseguido intento ignorar el hecho de que había invitados y lo extraña que era la estadía en el castillo, pues en ningún momento se les había visto pasear por este. Cuando finalmente callo la noche y todos dormían se pudo escuchar a alguien correr por el castillo gritando con desesperación —¡Mamá! ¡Ayúdame por favor! ¡Apolo está empeorando! ¡Mamá!, ¡¿dónde estás?!— Primavera al percibir los gritos desesperados abrió los ojos de golpe escuchando una de las puertas del cuarto de la emperatriz abrirse de golpe y como salió para alejarse corriendo del área, Primavera se levantó asustada ante la situación desconocida para acercarse rápidamente a su puerta y al momento de abrirla para salir topándose con su padre quien la detuvo de los hombros mientras bajaba para quedar a su altura —Cariño no tienes de que preocuparte, es solo que los invitados de tu madre tienen algunos problemas, regresa a tu cuarto y vuelve a dormir— el emperador se dirigió a su hija manteniendo una voz tranquila para no alterarla, la princesa acepto sin reprochar y volvió adentro dejando que su padre cerrara la puerta mientas hablaba con dos guardias a los cuales les indico que no la dejaran salir de la habitación para nada por el resto de la noche, Alexander después de dar la orden miro una última vez la puerta de la habitación para después darse la vuelta y retirarse, mientras que dentro la princesa decidió resignarse volviendo a la cama para tratar de conciliar el sueño nuevamente.
Por otro lado, Tulip encontró a Polaris en medio de un pasillo desesperado, ya que el estado de su hermano estaba peor de cuando habían llegado más temprano, luego del encuentro ambos tomaron camino a la habitación, Tulip mando a pedir un cazo con agua y una toalla la cual utilizo para tratar de regular la temperatura corporal de Apolo, el silencio que había debido a la preocupación se rompió cuando la puerta fue golpeada tres veces, la sirvienta que se encontraba con ellos fue la puerta dejando que el emperador entrara en el campo de visión de madre e hijo, Polaris como primer instinto se aró frente de Apolo evitando la vista del emperador sobre él — ¿Qué haces aquí Alexander?— pregunto Tulip ante la llegada de su esposo, mostrando una media sonrisa Alexander se acercó moviendo a Polaris para poder ver a su hijo que se encontraba postrado en cama —Me preocupa que el escándalo provocado por Polaris haga que todo el castillo se entere de su existencia y más importante no quiero que mi princesa se entere de la innecesaria existencia de este par — Polaris frunció el ceño ante las palabras del emperador empujando su mano lejos del cabello de su hermano —Padre, ¿podría hacernos el favor de salir?, me temo que su presencia aquí altere la salud de Apolo y no creo que eso se vuelva de su agrado, hágalo por el bien de su princesita — le dijo al emperador con una voz sombría que podía helar hasta los huesos de una persona sensible, las palabras de Polaris dejaron un silencio incómodo en la habitación le cuál Alexander rompió con una pequeña risa -Bien, entonces me iré su majestad- Polaris solo se limitó a rodar los ojos indicándole a la sirvienta que abrirá la puerta, antes de que el emperador saliera las palabras de Tulip lo detuvieron —No te preocupes Alexander después de que la salud de Apolo vuelva a la normalidad, mis hijos y yo no volveremos a causarte problemas, tan solo se van a quedar aquí hasta que mejore después te aseguró que Eclipse— le dijo mientras volvía a pasar el trapo húmedo por la cara de Apolo -Espero que así sea Tulip- diciendo eso salió por completo dejando quela sirvienta cerrará la puerta desde adentro.
Faltaban exactamente 5 días para el cumpleaños de la princesa, este se estaba volviendo un tema muy hablado entre la alta sociedad y el castillo estaba lleno de gente que iba de un lado a otro arreglando y organizando todo para el gran día, también se estaba empezando a recibir invitados que venían de muy lejos, gracias a la insistencia de Primavera logro que los invitados de su madre asistieran a la fiesta antes de que se retiraran. Finalmente, el gran día llego, los invitados empezaron a entrar en él salo dando inicio al evento, ante la llegada de los gemelos tanto trabajadores como invitados quedaron sorprendidos por la belleza incomparable de ambos jóvenes, haciendo que muchas jovencitas intentaron acercarse a los gemelos, pero estos siempre huían cuando las miraban aproximarse, cuando la familia imperial se hizo presente trataron de mantenerse cerca de su madre para evitar que más personas se le acercara, pero su plan no duro mucho, ya que un rato después la emperatriz tuvo que separarse de ellos, haciendo que terminaran optando por quedarse en un lugar a admirar la gran fiesta mientras recibían miradas indiscretas de hombres y mujeres.
Luego que la fiesta de cumpleaños de la princesa dio fin los gemelos regresaron a Eclipse sin dejar algún rastro de ellos en el castillo alrededores, muchas de las personas que componían la alta sociedad acudieron al emperador en busca de información sobre los extraños jóvenes que habían asistido al cumpleaños de la princesa, ninguno obtuvo la respuesta que buscaban, pues Alexander solo comentaba que eran conocidos de su esposa y cuando se le preguntaba a Tulip les negaba amablemente la información, dada la situación las personas que buscaban a ambos jóvenes simplemente se quedaron con la duda de quienes eran los invitados de la emperatriz.
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