Era temprano por la mañana en Eclipse y se encontraban dos jóvenes desayunando mientras revisaban la carta de color negro que les había entregado su abuelo antes de retirarse en su última visita –No suele venir hasta el castillo imperial por su odio hacia el emperador- Polaris hablo mofándose porque aunque los quisiera mucho como decía era muy raro que los visitara; el joven comenzó a leer el contenido de la carta a su hermano, en la cual les contaba que había descubierto un oscuro movimiento tras la muerte de la emperatriz, un accidente tan oscuro y sin explicación estaba saliendo a flote de nuevo; En su habitación Tulip se encontraba leyendo la carta que le habían proporcionado, en el momento en el que leyó las últimas palabras la taza de té en su mano cayó al piso rompiéndose en pedazos dejando una mancha café oscura en la blanca alfombra de su sala de reposo una mancha que no tiene vuelta atrás, manchando la blanca y tranquila conciencia de la emperatriz para siempre, pues nuca supo lo que realmente le había pasado a la difunta emperatriz, solo dejándose guiar por las cortas noticias dadas en su reino.
Cuando la taza toco el piso, la sirvienta que se encontraba vigilando la puerta se acercó agachándose a limpiar todo e intentar quitar la mancha de la alfombra sin obtener resultados, Tulip regreso a su habitación de la cual no salió por resto del día nadie entraba ni salía tan solo llevaban comida a la entrada sin preguntar nada. Unas semanas después un carruaje negro se detuvo frente la puerta del castillo la princesa tuvo curiosidad del elegante carruaje cuando se acercó a este pudo ver en la puerta el extraño escudo que vio en los caballeros que había visto hace un tiempo con los invitados de su madre, con curiosidad intento acercarse para ver más de cerca, pero cuando escucho la voz de su madre su plan se vio frustrado terminando escondida en uno de los arbustos para observar todo, detrás de la emperatriz venían dos jóvenes con capa la cual no permitía qué se les viera el rostro, cundo los jóvenes se pararon frente al carruaje la emperatriz los abrazo y dio un beso en la frente de cada uno, Primavera al ver eso se sorprendió dando un pequeño salto asiendo que el arbusto se moviera, Polaris al escuchar el movimiento en las plantas volteo hacia los lados revisando detenidamente por percusión, ignorando lo que había pasado, gracias a esto la joven princesa pudo ver sus ojos oscuros como la noche los cuales la dejaron helada y dudosa de como podría existir alguien con ese color de ojos, pues no los recordaba que alguno de los dos invitados de su madre tuviera ese color; Los gemelos subieron a su carruaje y este empezó a alejarse hacia la mansión de su abuelo, la emperatriz se mantuvo despidiéndose de uno de los jóvenes que se había asomado desde la ventana, lo sucedido dejo a la princesa con la duda de quien era el joven de los ojos negros y que tenía que ver con su madre.
La emperatriz se encontraba preparándose para salir de paseo con Primavera cuando vio una foto de los gemelos, habían pasado exactamente 4 años desde que Tulip tomo la decisión de mandar a sus hijos a la casa de su abuelo lejos de la capital para poder descubrir que había pasado con lady Suley y la razón del porqué había desaparecido tan repentinamente, cuando todo estaba listo, madre e hija tomaron un carruaje a la ciudad; cuando llegaron bajaron para poder pasear y comprar ropa manteniendo una ligera distancia debido a los diferentes gustos, mientras paseaban Primavera vio a los caballeros con el extraño escudo en su pecho cuando iba a acercarse junto a un grupo de jovencitas que los estaban curioseando su madre la llamo para que viera unos accesorios y lo último que logro ver fue a una persona parada con los mismos ojos oscuros que había visto cuando tenía 11 años, finalmente se fue con su madre. En una oportunidad, Primavera se separó más para comprar un regalo de cumpleaños a su madre. Después de separarse de su hija Tulip vio a un caballero con el escudo del castillo de Eclipse acercándose al guardia algo extrañada, pues se encontraba frente a una tienda de ropa para mujer – ¿mamá?- al escuchar que la llamaban era un tono conocido, pero ya sonaba de un joven más grande y cuando volteo hacia atrás pudo ver a Apolo con una bolsa de regalo que sobresalía de la capa, el joven no perdió tiempo después de llamar su atención y la abrazo -¿Dónde está Polaris?- pregunto Tulip al no verlo junto a su hermano como sucedía normalmente -Está comprando un regalo- Apolo le extendió la bolsa, la mujer lo tomo y le sonrió -¿Entonces es mi regalo de cumpleaños?- Apolo asintió cuando vio a su hermano llegar desde atrás de su madre a la cual le extendió la bolsa desde un lado. Después de su pequeña reunión los tres fueron a tomar un café y platicar de las cosas que habían pasado en la casa del abuelo y la información que habían encontrado respecto al tema de la anterior emperatriz, de esta forma salió a la luz que las personas que entraron al castillo habían entregado el cuerpo de la emperatriz a una persona de perfil desconocido o con el suficiente poder para borrar sus huellas; Cuando se pusieron al día se separaron, pues los gemelos tenían que regresar a la casa de su abuelo antes de que fuera tarde y la emperatriz tenía que volver con su hija.
Primavera se paseó por las tiendas hasta que encontró el regalo perfecto -Bien, ahora regresemos con mamá- metió la caja en uno de los bolsillos de su vestido comenzando a caminar por donde se habían separado y alrededores logrando ver que se separaba de los jóvenes con capucha, inconscientemente camino para otro lado evitando a su madre y preguntarse de qué habían hablado, se acercó a uno de los establecimientos pidiendo una pluma para apuntar sus dudas y agregar el informe que llevaba junto a su investigación del chico de ojos oscuros y su escudo. Se dirigió de regreso a su transporte, encontrándose con su madre frente al carruaje, miro las bolsas de tiendas que no solía visitar, decidiendo no hacer preguntas, cuando ambas subieron saco la caja y se la entrego – Qué dulce es mi niña- Tulip sonrió guardando la caja en una de las bolsas para abrazar a su hija; Cuando llegaron al castillo Primavera subió a su habitación de forma apresurada para sacar una libreta de adentro de uno de los jarrones donde escribió lo que había visto durante la salida. Días después el emperador regreso de su visita al país vecino con un extraño paquete que fue trasladado a la capilla en medio del segundo jardín del castillo el cual todos tenían prohibido el acceso, Alexander se encargó de supervisar personalmente la instalación que se llevaría a cabo –Su majestad, ¿colocaremos la cápsula en el hueco entre las flores?- pregunto uno de los trabajadores el cual recibió una respuesta casi al instante –Si, justo ahí- dijo Alexander mientras cargaba un cuerpo de complexión media cubierta con una delgada manta blanca dejando ver donde se terminaba las puntas de una larga cabellera negra; cuando se terminó la instalación de la compra del emperador todos los trabajadores que estuvieron presentes recibieron dinero de más para guardar silencio sobre lo que habían visto. El mayordomo de confianza de Alexander se aseguró de sacar a todos dejándolo solo; el emperador quito la manta del cuerpo dejando ver a su amada peli negra a la cual coloco con cuidado en la cama dentro de la cápsula, Alexander beso su frente, acomodo su vestido y cerro la compuerta viendo como el cristal empezaba a empañarse lentamente, finalmente salió del lugar para después asegurar la puerta, regresando dentro del palacio con su amada hija a la cual le había prometido una tarde de juegos.
Unas semana después Alexander se encontraba en su oficina revisando papeles de algunas compras que se habían realizado a sus espaldas las cuales no tenían una especificación de que era, ante el estrés decidió dejar los papeles y abrir un cajón de su escritorio del cual saco una foto de Suley junto a sus dos hijos – Mis bellos hijos, mis bellas creaciones muy pronto los pondré junto a su madre y así podre solucionar todo esto sin que salgan heridos- sonrió mientras miraba la foto para después guardarla donde mismo para evitar que alguien más la viera, mientras en la capilla se estaban terminando de acomodar dos capsulas más una a cada uno al lado de la difunta emperatriz Suley guiado por el mayordomo de confianza en base a la petición de su emperador; un lugar rodeado de flores, listo para cumplir un deseo egoísta de Alxander.
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