Más descendientes del Dios Humano surgieron. Fue el deber de los mayores guiar a los menores.
La vida prosperaba.
No solo los humanos.
Hadas, demonios, los habitantes del mar, los espíritus, todo tipo de vida.
Pero hubo un punto de quiebre.
El Dios del Tiempo reveló algo a Hell’s Gate y este lo comunicó a sus semejantes, a sus primeros hermanos.
—El supuesto Dios Dragón de ustedes morirá en algún punto del futuro antes de eliminar a la irregularidad.
—¿Qué?
Eso no era algo que podrían creer.
—Ah, ya sé lo que pasa. Estás celoso de que nuestro campeón será mejor que el tuyo.
Heaven bromeaba, no lo tomó lo suficientemente en serio y creyó que todo sería un juego de su hermano. Su expresión burlesca lo confirmaba, pero en contraste el rostro de Hell confirmaba la importancia del asunto.
—Siendo que su Dios Dragón involucra la participación de ustedes dos seguramente será más fuerte que mi guerrero. He estado ideando un tipo de magia que anule todas las demás, experimentado con cada ser humano que ha poseído mi magia, hasta perfeccionarla.
—Oh, bueno… yo hice que mis humanos compartieran su conocimiento aun sin conocerse. Una memoria colectiva, por así decirlo. Solo compartirán lo relacionado a la magia—dijo Heaven.
—Yo eduqué a los míos, pero ya es tiempo de dejarlos por su cuenta—comentó Natuur.
Hubo silencio. Intercambiaron miradas, ambos con la misma sospecha.
—¿Por qué el Dios del Tiempo te avisaría a ti solamente?
—Quién sabe. Desde hace rato no he podido comunicarme.
Ahora mismo, todos estaban reunidos en los dominios de Hell.
Una tierra lúgubre, con estructuras oscuras y ríos de fuego púrpura.
—…Tengo un mal presentimiento.
—¿Qué haremos ahora? ¿Intentar hablar con el otro dios? —sugirió Natuur.
—Probablemente tampoco pueda. Qué confuso. Aun así, sigamos como hasta ahora. ¡Todo saldrá bien!
Heaven era la única que podría traer algo de alegría al ambiente. Sin embargo, Hell tenía su propio plan.
—Mi deber siempre fue eliminar a la irregularidad. Por nuestro padre.
—¿Padre?
—…El Dios Humano. Si tal irregularidad elimina a el mundo que amó, no me lo perdonaré.
—Yo prefiero decirle madre—mencionó Natuur.
—Yo también, pero concuerdo con ustedes—comentó Heaven.
Hell suspiró.
—Haré lo que deba hacer.
—Recuerda que no podemos intervenir.
—Natuur, nos dijeron que nosotros, como dioses, no podemos. Nada me impide reencarnar en el mundo terrenal.
—¿Qué? Oye, pero, ¿no es extremo? ¿No dejarías libre este mundo? Tú creaste a los demonios también, sus almas vendrán aquí cuando mueran. ¿Los abandonarás?
—Tú creaste un lugar para los humanos después de morir, ¿verdad? Y Natuur para las bestias.
—Es correcto.
—Tengo un plan, tomará un par de cientos de años. Hasta que esté listo, espero que su Dios Dragón haga un buen trabajo.
—Natuur—habló Heaven—, deberíamos dar a los dragones la habilidad de reencarnar. Principalmente por el Dios Dragón.
—Haremos eso con todas las razas, pero habrá que ser selectivos.
—No somos los únicos dioses de este mundo, hagamos uso de nuestros hermanos menores. Empecemos a prepararnos para el futuro. Tendremos que hacer pequeñas intervenciones o de lo contrario vamos a perder.
***
Debido al primer punto de quiebre, Hell aumentó su esfuerzo por forjar a su guerrero definitivo. Intensificó el efecto de su magia en los humanos.
Cada humano que poseyera lo que sería llamado Hell’s Gate estaría condenado a ser odiado. Ese odio los fortalecería.
Para equiparar lo que este último hizo, Heaven aumentó la capacidad mágica de sus humanos. Ellos serían amados e incentivarían a otros a amar.
Natuur, debido a la intensificación de la presencia del maná de sus hermanos, interfirió dotando a las bestias con los atributos necesarios para evolucionar. También preparó a los espíritus para que protegieran al mundo.
Por cientos de años, trabajaron arduamente, reuniéndose ocasionalmente para dar un informe. El plan de reencarnación de Hell aún no se llevaría a cabo, pero explicó el proceso del mismo.
Los humanos evolucionaron en consecuencia.
Algunos nacieron heredando el pensamiento de sus dioses. La voluntad fue transferida.
Por medio de intervenciones ligeras, dotaron de conocimiento a los seres vivos; crearon estructuras donde textos podrían hallarse, cada uno con información sobre la magia para que pudieran estudiar.
Estos textos fueron ambiguos en cuanto a su descripción, también hablaban del Dios Humano y de su sacrificio.
El resto dependería de cuánto los humanos pudieran crecer por sí mismos, cuanto aprenderían y mejorarían.
***
Otro par de siglos pasó.
La irregularidad se presentó, y comenzó a transformar el mundo sigilosamente.
Pero justo en ese momento, Hell’s Gate consiguió lo que necesitaba.
—Está listo.
Su guerrero había sido escogido.
Heaven y Natuur se reunieron con él.
Los tres unieron sus dimensiones para supervisar en conjunto lo que ocurriría. En esta nueva dimensión, para no perturbar las almas de los caídos, crearon barreras que de cierto modo marcaban un límite que solo ellos podrían cruzar.
—El mío también—dijo Natuur.
—Lo mismo—agregó Heaven.
Entonces, los tres miraron al mundo humano.
—Ya es tiempo.
Específicamente, al Continente Mágico.
Especialmente a una civilización.
Concretamente… a ciertos individuos.
-Fin del Prólogo-

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