La luz de la luna apenas se filtraba a través de las densas nubes que se arremolinaban en el cielo sobre Altaria. La oscuridad reinaba en la noche, pero no era una oscuridad ordinaria; Era una sombra que iba más allá de la simple ausencia de luz. Era una presencia tangible, como si las propias estrellas hubieran comenzado a esconderse, temerosas de lo que estaba por venir.

En la iglesia de San Miguel, el padre Ignacio consultó pergaminos y textos antiguos que se habían conservado en la biblioteca secreta del templo. La melodía de la Canción Cósmica seguía resonando en el aire, pero esta vez había adquirido un tono sombrío. La partitura que sostenía el sacerdote revelaba secretos enterrados en los pliegues del tiempo, y sus ojos de anciano se iluminaron con la comprensión de la tragedia que se avecinaba.

El capítulo "Entre sombras de estrellas" comenzó con una visión cósmica que se desarrolló ante los ojos del padre Ignacio. En la oscuridad del espacio, las sombras de las estrellas se entrelazaban formando figuras retorcidas y contornos grotescos. Eran entidades antiguas, seres que yacían en las profundidades del abismo cósmico.

En su búsqueda de respuestas, el sacerdote descubrió que la maldición que se cernía sobre Altaria tenía un origen remoto, en una época en la que los dioses estelares gobernaban la creación. Se habló de un pacto roto, de entidades codiciosas que se atrevieron a manipular la esencia misma de la realidad, desencadenando una cadena de acontecimientos que resonaron hasta el presente.

Hace eones, los dioses estelares, guardianes de la armonía cósmica, concedieron a los habitantes de Altaria el don del canto. Una partitura antigua, la misma que ahora sostenía el padre Ignacio, era un regalo celestial que permitía a los mortales cantar melodías que resonaban con las estrellas. Fue una conexión sagrada, una danza cósmica entre la humanidad y las estrellas que tejieron el tapiz del universo.

Pero la codicia y la ambición llegaron a Altaria en forma de un consejo oscuro que anhelaba el poder de las sombras estelares. Rompieron el pacto divino, desviándose de la armonía y desatando una maldición que dejó la tierra marcada por la oscuridad. Las estrellas, una vez aliadas, se retiraron de Altaria, hundiendo la ciudad en una noche interminable.

El capítulo "Entre sombras de estrellas" llevó al lector a través de visiones de un pasado lejano, donde guerreros estelares lucharon contra entidades sombrías en un conflicto que sacudió los cimientos del cosmos. El abismo se alimentó de la discordia, y las sombras de las estrellas, liberadas de su prisión cósmica, se infiltraron en los recovecos del tiempo, dejando una mancha en la historia de Altaria.

El Padre Ignacio, mientras desentrañaba estos oscuros secretos, se dio cuenta de que el Canto Cósmico no sólo era una llave para abrir portales a dimensiones desconocidas, sino también una herramienta para deshacer los nudos de la maldición ancestral. La partitura reveló melodías específicas, fragmentos de la canción primordial que podrían restaurar la conexión entre Altaria y las estrellas.

En un esfuerzo por compartir esta revelación con la gente, el sacerdote convocó una asamblea en la iglesia. Los habitantes, todavía imbuidos del aura mística de la Canción Cósmica, se reunieron con anticipación. El padre Ignacio, de pie frente a la congregación, narró la historia de Entre Sombras de Estrellas, describiendo la batalla épica que se libró en los cielos y la traición que marcó a Altaria con oscuridad.

"La maldición que pesa sobre nuestro pueblo", declaró el sacerdote con voz firme, "es una herencia de esa traición ancestral". Pero el Canto Cósmico es nuestra esperanza, nuestra oportunidad de redimirnos y restaurar la armonía perdida.

La congregación, consciente ahora de la magnitud de la misión que les esperaba, escuchó atentamente mientras el padre Ignacio explicaba la necesidad de buscar las estrellas guía, de seguir la partitura con devoción y de afrontar las sombras estelares que se interpondrían en su camino.

El capítulo concluyó con los habitantes de Altaria mirando el cielo estrellado, sintiendo el peso de la historia sobre sus hombros. La maldición fue un pesado legado, pero también una oportunidad para escribir un nuevo capítulo en la historia de su pueblo. La Canción Cósmica, ahora imbuida de la verdad de Between Starshadows, se convirtió en su guía y su redentor. Altaria estaba lista para enfrentar su destino, entre sombras estelares y las notas melancólicas de una canción que resonaría en el tiempo.