-¡Mariann!- Suspiró. -No me está escuchando.- Miré hacia arriba.
-¿Eh?- Mamá volvió a suspirar. -Perdón.- Dije mientras volvía a agachar la cabeza mirando hacia mi plato.
-Te estoy preguntando qué a qué hora te vas al ensayo.-
-Ah, eso.- Marco rió. -No lo sé...Supongo que a las cinco.-
-Bien, entonces tendrás suficiente tiempo para estudiar.- Dijo y se llevó el tenedor a la boca.
-Sí, supongo que sí.- Dije en un susurro mientras removía la comida en el plato. Suspiré, estaba siendo una comida muy incómoda. -¿Podría irme ya a mi cuarto? Es para estudiar y eso.- Le pregunté a mi madre.
-Apenas has tocado la comida, Mar.- Me dijo Manuel.
-No tengo hambre. ¿Puedo irme?- Mi madre asintió y me levanté, fuí hacia mi cuarto.
(...)
El ruido de alguien tocando a la puerta me despertó. Me había quedado dormida encima de los libros. -Joder.- Susurré para mi misma. -¡Pasa!- Grité y Marco pasó. -¿Y tú qué quieres?- Se sentó en mi cama.
-He venido porque me han obligado.-
-¿Y es para...?- Le pregunté para que continuara hablando.
-Mamá pregunta que cuando vas a irte al entrenamiento, que ya son las cinco y media.- Abrí los ojos sorprendida, ¿ya eran las cinco y media? Me levanté enseguida, fuí hacia mi armario para cambiarme de pantalones.
-¡Gracias por avisar, ya te puedes ir!- Le dije mientras me dirigía hacia mi baño.
-De nada, supongo.- Y escuché como la puerta de mi habitación se cerraba.
-Llego tarde, llego tarde, llego tarde.- Me dije a mi misma, terminé de ponerme los pantalones y llamé a Edward. -¡Edward!-
-¡Mariann, que bueno escucharte! Lamento decirte que llegas tarde.-
-Ya lo sé, Edward, me he quedado dormida. Estoy saliendo ya mismo de mi casa.- Cogí mi mochila y fui hacia la cocina, corriendo, claro está.
-Mariann, tranquila.- Me dijo mi padre, que estaba tomándose un café.
-¡Llego tarde!- Grité, mientras rellenaba mi botella de agua.
-No hace falta que grites.- Me dijo Edward por teléfono. -Yo mejor te cuelgo.- Y me colgó. Me quedé un momento mirando a mi padre.
-¿Llevas clips?- Le pregunté mientras me acercaba un poco, me miró confundido.
-Ah, sí. Los encontré en tu cuarto, espero que no te moleste que los esté usando, es para que no me moleste el pelo.- Sonreí.
-No pasa nada, igualmente no los uso.- Miré la hora. -Bueno, me tengo que ir, que llego tarde. Nos vemos luego.- Le dije mientras salía corriendo de la cocina.
Estaba ya por la entrada cuando mi madre me vio. -Mariann, por fin te encuentro.- Me dijo con una sonrisa.
-Ahora no mamá, en serio, llego tarde.-
-Es solo un segundo.- Me giré para verla.
-Dime.-
-En unos días tendremos una comida...importante.- ¿Una comida importante? La miré confusa.
-¿En dónde? ¿Cuándo?-
-Con los Collins Everglot.- Asentí rápidamente y salí, por fin, de mi casa. No era raro que tuviéramos comidas con los Collins Everglot, eran los dueños de una empresa con la que mi madre colabora mucho, así que decidí no darle mucha importancia.
(...)
Abrí la puerta. -¡Ya estoy!- Todos se giraron a verme.
-Llegas una hora tarde.- Me echó en cara Edward, le miré mal mientras dejaba mi mochila en el suelo.
-¿Crees que no lo sé? Ya te dije que me quedé dormida, ¿vale?- Miré por la habitación, ya estaban todos, incluso también habían venido Karmen y Roxy. -Hola.- Saludé un poco avergonzada.
-Bueno, ¿empezamos o qué? Que ya hemos desperdiciado tiempo.- Dijo Edward mientras cogía su bajo.
-¡A nuestras posiciones!- Gritó Edward.
-No hace falta que grites.- Le dije.
-Nosotros somos... ¡The forsaken cutie mark!- Volvió a gritar Edward. Roxy y Karmen se empezaron a reír.
-Edward, ¿cuántas veces te tengo que decir que somos the forsaken a secas?- Le dije.
-No, vosotros me dijisteis que podíamos ser the forsaken cutie mark.- Puse los ojos en blanco.
-Da igual.- Empezamos. -Come as you are, as you were. As I want you to be. As a friend, as a friend. As an old enemy.- Empecé a cantar. Porque sí, “el entrenamiento” en realidad es un ensayo de una banda. Mi madre hace un par de años me empezó a alquilar está habitación para que yo practicara baile, pero en vez de eso formé una banda. Lo normal, ¿no? The forsaken cutie mark, un nombre normal, claro... Edward quería que fuéramos “The forsaken mariquitas” pero todos nos negamos.
Estuvimos practicando un par de horas. -¡Dios que hambre tengo!- Dijo Edward. -Voy a ir a comprar algo de comer, ¿me acompaña alguien?- Ricky, Greg y Karmen dijeron que sí.
-No, gracias. No me puedo pasar la cena.- Les dije mientras cogía mi botella de agua.
-Pues más para nosotros. Vamos.- Dijo Edward mientras salía por la puerta seguido de Greg y Karmen. Ricky se acercó.
-¿Os quedáis juntas?- Roxy asintió. -Igualmente no creo que tardemos mucho.-
-No pasa nada, si me tengo que ir o algo te mando mensaje.- Le dijo Roxy a Ricky, Ricky asintió y se fue. Me senté en el sofá al lado de Roxy. -Cantas muy bien.- Me dijo, algo tímida, con una sonrisa. -Bueno, supongo que ya lo sabes.- Sonreí.
-Gracias. Y bueno, tampoco es para tanto, canto...normal.- Las dos reímos.
-A mi siempre me ha gustado cantar, pero me da mucha vergüenza hacerlo delante de gente.-
-Supongo que con el paso del tiempo te vas acostumbrando.-
-Supongo.- Dijo mientras buscaba algo entre los bolsillos de su pantalón. -Por casualidad no tendrás un balcón ¿no?- Negué con la cabeza.
-¿Por?-
-Es que quiero fumar.- Me sorprendí.
-¿Tú fumas?- Asintió. -Bueno, si quieres te puedo acompañar fuera del edificio.- Sonrió.
-Si quieres.- Asentí y fuimos afuera del edificio.
-¿Cuánto tiempo llevas fumando?- Le pregunté, me miró confundida. -Digo, no hace falta que me lo digas.-
-No pasa nada.- Dijo mientras sonreía. -Llevo unos meses solo... No es algo que me haga mucha ilusión, pero bueno.- Sacó un cigarro y lo encendió.
-¿Pretendes dejarlo alguna vez?-
-Mhm... Bueno, estaría bien. Pero aún no sé cuándo lo haré.- Asentí mientras soltaba un leve “Mhmm”. -¿A parte de cantar qué más te gusta hacer?- Me quedé unos segundos pensando. Realmente no hacía muchas cosas.
-Supongo que me gusta leer, aunque tampoco es como que pueda hacer muchas cosas.- Respondí.
-¿Y eso?-
-Bueno, tengo que estudiar mucho y cosas así.- Me miró sorprendida.
-¿A qué te quieres dedicar?- Me preguntó.
-No es que tenga opción, es que estudio para heredar la empresa de mi madre.-
-¿Y tú quieres trabajar de eso?-
-Nunca...- Trague saliva.-Nunca había pensado en eso.- Mi teléfono empezó a sonar. -Disculpa.- Le dije mientras me levantaba y contestaba. -¿Sí?-
-Mariann, ¿cuándo piensas volver a casa? Son ya las ocho y media.- Era mi madre.
-Ya, voy para casa ya.-
-Bien, entonces te esperamos para cenar.- Y me colgó.
-Lo siento me tengo que ir a mi casa.- Roxy asintió. -Nos vemos mañana, supongo.- Cogí mi mochila.
-Está bien, chao.-
Al parecer me pasaba el día corriendo.
(...)
-¡Ya estoy!- Grité mientras me quitaba los zapatos de la calle y me ponía unos para estar por casa.
-Shh ya se han ido todos a dormir.- Me dijo Marco, con un libro en la mano.
-¿Qué? Pero si me había dicho mamá que me ibais a esperar para cenar.-
-¿Sí?- Asentí. -Pues, a los diez minutos de colgarte dijo que no te esperaríamos.- Me dijo con una sonrisa. -Sobretodo porque tenía sueño.-
-Da igual.- Dije mientras me iba hacia mi cuarto.
-¿No vas a cenar?-
-Sí, pero voy a dejar primero mi mochila.- Marco asintió y se fue. Fui a mi cuarto y dejé la mochila, me puse mi pijama y bajé de nuevo, esta vez fui a la cocina, donde ya estaba Marco. -¿Me habéis dejado algo?- Marco negó. Suspiré. -Pues tocará cereales otra vez.- Me dije a mi misma, y dicho y hecho en un par de minutos ya tenía mi bol con cereales. Me senté en la mesa. -¿Y tú qué haces que no te has ido a dormir?- Le pregunté a Marco.
-Todavía es pronto.- Me dijo sin quitarle ojo a su móvil.
-Supongo.- Dije mientras me comía una cucharada de mis cereales. Me quedé mirándolo. -Oye, ¿te has enterado de la comida con los Collins Everglot?- Le pregunté y cogí otra cucharada.
-Sí, nos lo ha dicho mamá en la cena.- Me quedé mirándolo pensativa. -¿En qué piensas tanto?- Dijo mientras dejaba el móvil en la mesa.
-Supongo que es normal que haya una comida, pero ¿por qué?-
-¿A qué te refieres?-
-No sé, hace tiempo que no hacíamos comidas con ellos, y sobretodo, suelen ser de trabajo.-
-Ooh, así que no sabes el porqué de la comida...-
-No, a mi nadie me ha dicho nada, solo que iba a haberla y ya.- Me quedé pensando. -¿Tu lo sabes?-
-Bueno, como saber saber no sé, pero supongo el porqué.- Me quedé mirándolo para que siguiera hablando. -No te lo voy a decir.- Dijo, cogió su móvil y se fue.
-Pues vaya.- Me dije a mi misma. Terminé de comerme mis cereales y me fui a dormir.
Estuve toda la semana pensando en eso. ¿Qué supondrá Marco y por qué no me lo quiere decir? ¿Era algo malo?

Comments (0)
See all