Please note that Tapas no longer supports Internet Explorer.
We recommend upgrading to the latest Microsoft Edge, Google Chrome, or Firefox.
Home
Comics
Novels
Community
Mature
More
Help Discord Forums Newsfeed Contact Merch Shop
Publish
Home
Comics
Novels
Community
Mature
More
Help Discord Forums Newsfeed Contact Merch Shop
__anonymous__
__anonymous__
0
  • Publish
  • Ink shop
  • Redeem code
  • Settings
  • Log out

El umbral de la luz de la luna

Capitulo 18

Capitulo 18

Apr 29, 2024

This content is intended for mature audiences for the following reasons.

  • •  Abuse - Physical and/or Emotional
  • •  Physical violence
  • •  Cursing/Profanity
Cancel Continue
Lucinda llegó a casa con una sonrisa en el rostro. Había estado de paseo con su hijo Dani, y ambos se habían divertido mucho.
Dani estaba emocionado por los regalos que le había traído su madre. Había un nuevo videojuego, una bicicleta y una pelota de fútbol.
Lucinda le ayudó a Dani a abrir los regalos, y ambos se rieron y jugaron con ellos durante horas.
Elizabeth estaba en su habitación, leyendo un libro. Oyó a Dani y Lucinda riendo, y se sintió un poco triste.
Sabía que Dani era el hijo biológico de Lucinda, y que ella era solo su hijastra. Pero aún así, se sentía un poco triste.
Lucinda entró en la habitación de Elizabeth.
"¿Qué estás leyendo?" preguntó Lucinda.
"Un libro" dijo Elizabeth.
"¿De qué se trata?" preguntó Lucinda.
"De un mundo mágico" dijo Elizabeth.
"Suena interesante" dijo Lucinda. "¿Quieres que te lea un poco?"
Elizabeth se sonrojó. "No, gracias" dijo Elizabeth. "Lo terminaré yo misma".
"¿Por qué no?"
"Por que luego te quejas diciendo que perdiste el tiempo conmigo para hacer otra cosa, la soledad es parte de mi vida y estoy feliz"
Lucinda se quedó un poco sorprendida por la respuesta de Elizabeth.
"¿Por qué dices eso?" preguntó Lucinda.
"Porque muchas veces me has dicho que no tienes tiempo para mí, que tienes que hacer otras cosas, y que no estás obligada a pasar tiempo conmigo" dijo Elizabeth. "Así que he decidido que la soledad es parte de mi vida, y que estoy feliz así".
Lucinda se sintió un poco mal por las palabras de Elizabeth.
"Lo siento" dijo Lucinda. "No quise hacerte sentir así".
"No pasa nada" dijo Elizabeth. "Ya me he acostumbrado, siempre seré un estorbo".
Lucinda se quedó un rato más en la habitación de Elizabeth, pero Elizabeth no dijo nada más.
Finalmente, Lucinda se fue.
Elizabeth se quedó sola en su habitación, pensando en lo que había sucedido.
Se sentía un poco herida por el hecho de que Lucinda no le hubiera traído ningún regalo.
Sabía que Lucinda la quería, pero también sabía que Dani era su hijo biológico, y que siempre estaría primero. A pesar de sus esfuerzos por hacer dibujos para su madre, Elizabeth sentía que nunca tenía tiempo para ella.
Elizabeth se sintió un poco sola y desamparada.
Después de conversar con Elizabeth, Lucinda se quedó reflexionando. Si bien sabía que no había mentido, se sentía mal por haber lastimado a su amiga. En el pasado, había pasado tiempo con Elizabeth y se había sentido aburrida o frustrada. Sin embargo, quería hacer algo para mejorar su relación y asegurarse de que Elizabeth no se sintiera abandonada.
A la noche siguiente, Lucinda fue a la habitación de Elizabeth temprano y la despertó.
"¡Buenos noches!" saludó Lucinda.
Elizabeth se sorprendió al despertar.
"¿Qué sucede?" preguntó Elizabeth.
"Nada en particular", respondió Lucinda. "Solo quería hablar contigo".
"De acuerdo", dijo Elizabeth. "¿De qué quieres hablar?"
"Quiero hablar sobre lo que sucedió ayer", dijo Lucinda. "Lamento haber causado que te sintieras así".
"No te preocupes", dijo Elizabeth. "Ya he superado eso".
"Realmente te aprecio", dijo Lucinda. "Y quiero pasar tiempo contigo".
Elizabeth respondió, "No tienes que hacer algo que no te gusta por mi bien".
Lucinda sonrió. "No es eso", dijo. "Quiero pasar tiempo contigo porque te quiero. Y creo que podemos divertirnos juntas".
Elizabeth sonrió también. "Me gustaría eso", dijo. "Pero, soy un estorbo, luego te quejas, estoy bien sola"
Lucinda se quedó un momento en silencio, pensando en lo que Elizabeth había dicho.
"Lo sé", dijo finalmente. "Y lamento que me hayas escuchado decirlo. No es lo que quiero decir".
"¿Entonces?" preguntó Elizabeth.
"Entonces quiero decir que a veces me cuesta pasar tiempo contigo", dijo Lucinda. "Pero no es porque no te quiera o porque piense que eres un estorbo. Es porque a veces me siento un poco incómoda o frustrada".
"¿Por qué?" preguntó Elizabeth.
"Por qué no eres mi hija biológica"
"No te preocupes, quisiera ser mayor para poder irme de aquí para siempre o tener otra familia, de esa manera te dejaría en paz."
"¿Qué quieres decir?" preguntó Lucinda.
"Quiero decir que no soy tu hija, y que nunca lo seré", dijo Elizabeth. "Siempre estaré en segundo lugar, y siempre me sentiré como una intrusa. Así que, lo mejor es que me vaya".
Lucinda se sintió dolida por las palabras de Elizabeth.
"No quiero que te vayas", dijo Lucinda. "Te quiero, y quiero que seas parte de mi vida".
"No puedes quererme", dijo Elizabeth. "No eres mi madre".
"Pero puedo quererte como a una hija", dijo Lucinda. "Y quiero que sepas que siempre estaré aquí para ti, pase lo que pase".
"Me golpeabas antes, no quiero molestar, por eso no hablo mucho"
"Me golpeabas antes, no quiero molestar, por eso no hablo mucho"
Lucinda se quedó en silencio, pensando en lo que Elizabeth había dicho.
"Lo siento", dijo finalmente. "No debería haberte golpeado. No era yo la que estaba hablando. Era mi dolor y mi frustración".
"No importa", dijo Elizabeth. "Ya pasó".
"Pero quiero que sepas que ya no soy esa persona", dijo Lucinda. "He cambiado. Y te quiero, Elizabeth. Eres una parte importante de mi vida".
"Eso lo has dicho 30 veces y siempre se repite, admite que soy un estorbo"
"Eso lo has dicho 30 veces y siempre se repite, admite que soy un estorbo"
Lucinda se sintió frustrada. Sabía que Elizabeth estaba herida, pero también sabía que no podía seguir dejándola decir cosas así.
"No eres un estorbo", dijo Lucinda con firmeza. "Y no voy a seguir dejándote decir eso. Eres mi hija, y te quiero".
"Te avergüenzo tanto, que cuando vienen visitas, me escondes en el sótano o aveces les dice a los demás que soy la hija de una bastarda"
"Te avergüenzo tanto, que cuando vienen visitas, me escondes en el sótano o aveces les dice a los demás que soy la hija de una bastarda"
Lucinda se quedó helada. No podía creer lo que estaba escuchando.
"¿Qué?" preguntó, con voz temblorosa.
"¿No es cierto?" preguntó Elizabeth. "Es lo que siempre haces".
Lucinda tragó saliva.
"¿Por qué me escondes de los demás?"
Lucinda se dio cuenta de que tenía que ser honesta con Elizabeth.
"Porque tengo miedo", dijo. "Tengo miedo de lo que pensarán de ti".
Lucinda le confiesa que se siente avergonzada por Elizabeth y se marcha de la habitación.
Elizabeth se quedó sola en su habitación, pensando en lo que había escuchado.
Se sentía herida, pero también un poco aliviada. Al menos ahora entendía por qué Lucinda la había escondido de los demás.
Mientras ella baja las escaleras y se dirige a la cocina, Elizabeth la sigue y le llama "mamá". Lucinda se da la vuelta y le pide que no la llame así, ya que no es su hija sino su nombre es Lucinda.
Sé que te sientes avergonzada de mí", dijo.
Lucinda se quedó en silencio.
"Comprendo que no soy tu hija biológica, y sé que eso es importante para ti".
Lucinda se sintió abrumada.
"Sin embargo, quiero que sepas que no me avergüenzo de ti", continuó Elizabeth. "Te quiero mucho, y siempre te querré".
Elizabeth abrazó a Lucinda, pero ella se apartó bruscamente.
"No me toques, no me abraces", dijo Lucinda con frialdad. "Estoy esperando el momento en que tu te vayas de mi vida y de y Federico"
Elizabeth se quedó sorprendida.
"¿Qué?" preguntó.
"No quiero que estés aquí", dijo Lucinda dicho eso abofeteo su mejilla
Elizabeth se quedó sorprendida y adolorida por la bofetada.
"¿Qué te pasa?" preguntó.
"No quiero que estés aquí", dijo Lucinda. "No soy una buena madre para ti. No te doy lo que necesitas".
"Eso no es cierto", dijo Elizabeth. "Me has dado todo lo que necesito. Me has dado amor, apoyo y seguridad".
"Pero no soy tu madre", dijo Lucinda. "No puedo darte lo que una madre biológica puede darte".
"No importa", dijo Elizabeth. "Yo te quiero. Y eso es lo único que importa".
Lucinda se quedó mirando a Elizabeth, sin saber qué decir.
"Por favor", dijo Elizabeth. "Déjame quererte".
Lucinda la empujó contra la pared, dejándola inconsciente. Cuando Elizabeth despertó, estaba confundida y dolorida, sin entender por qué Lucinda la había agredido de esa manera.
Sintiéndose sola y triste, Elizabeth se retiró a su habitación, incapaz de encontrar una solución a la situación. La violencia en el hogar es un tema serio que no debe ser ignorado.
A la noche siguiente, Elizabeth se despertó temprano. Sabía lo que tenía que hacer. Preparo sus cosas.
Se levantó de la cama y se vistió. Luego, se dirigió a la cocina, donde se encontró con Lucinda.
"Lucinda", dijo Elizabeth.
Lucinda se sorprendió al verla.
"¿Qué haces aquí?" preguntó.
"He tomado una decisión", dijo Elizabeth. "Me voy".
Lucinda se quedó helada.
"¿Qué?" preguntó.
"Me voy de casa", dijo Elizabeth. "No puedo seguir viviendo aquí, no contigo".
Lucinda sintió un dolor en el corazón.
"¿Por qué?" preguntó.
"Porque no me quieres", dijo Elizabeth. "Porque te avergüenzas".
Lucinda negó con la cabeza.
"No es cierto", dijo. "Te quiero, Elizabeth. Pero no puedo superar mi vergüenza".
"No importa", dijo Elizabeth. "Ya no te necesito. He aprendido a valerme por mí misma, me iré a vivir con mi madre biológica".
Lucinda se sintió derrotada.
"Está bien", dijo. "Ve".
Elizabeth asintió. "Gracias", dijo.
Se dio la vuelta y se fue.
Lucinda la miró alejarse, y sintió una profunda tristeza.
Sabía que había perdido a esa niña.
niweja5803
niweja5803

Creator

Lucinda llega a casa después de un agradable paseo con su hijo Dani, trayéndole regalos que ambos disfrutan. Mientras tanto, Elizabeth se siente excluida y sola en su habitación. Una conversación revela tensiones entre Lucinda y Elizabeth, con resentimientos de ambas partes sobre sus relaciones pasadas y presentes. La situación se agrava cuando Elizabeth se siente avergonzada y excluida por Lucinda, lo que desencadena un conflicto emocional. La conversación termina con Lucinda agrediendo físicamente a Elizabeth, quien decide irse de casa para buscar una vida donde se sienta amada y valorada.

Comments (0)

See all
Add a comment

Recommendation for you

  • Blood Moon

    Recommendation

    Blood Moon

    BL 47.7k likes

  • Invisible Boy

    Recommendation

    Invisible Boy

    LGBTQ+ 11.5k likes

  • What Makes a Monster

    Recommendation

    What Makes a Monster

    BL 75.4k likes

  • The Last Story

    Recommendation

    The Last Story

    GL 44 likes

  • Touch

    Recommendation

    Touch

    BL 15.5k likes

  • Secunda

    Recommendation

    Secunda

    Romance Fantasy 43.3k likes

  • feeling lucky

    Feeling lucky

    Random series you may like

El umbral de la luz de la luna
El umbral de la luz de la luna

1.3k views3 subscribers

Seis años después de la muerte de Elizabeth, Federico y Lucinda han aprendido a perdonarse mutuamente y a superar sus tragedias pasadas. Un día, mientras están sentados en un banco del parque, ven a una niña pequeña que se parece mucho a Elizabeth. Federico se siente conmovido por el encuentro y cree que la pequeña Elizabeth es la reencarnación de su amada.
La pequeña Elizabeth entra en sus vidas y las transforma para siempre.

Todos los derechos reservados, no debes ser imprudente, la publicación no puede ser copiada ni en parte o en todo presente. No debes registrarla ni transmitirla por ningún medio o sistema, ni electrónico ni magnético, ni mediante fotocopia o algo similar. No lo hagas sin permiso previo, por escrito de la editorial, no seas imprudente ni osado, o enfrentarás un gran mal.
Subscribe

28 episodes

Capitulo 18

Capitulo 18

0 views 1 like 0 comments


Style
More
Like
List
Comment

Prev
Next

Full
Exit
1
0
Prev
Next