Lucinda y Federico se encontraron en un café. Lucinda estaba nerviosa, pero sabía que tenía que hacerlo.
"Federico", dijo Lucinda. "Quiero hablar contigo sobre lo que pasó".
Lucinda le contó a Federico lo que Alejandro le había dicho. Federico no negó nada.
"No es tan así", dijo Federico. "es una conexión de una fuerte amistad".
Lucinda se quedó en silencio, tratando de entenderlo.
"Nicholas te hace sentir completo", dijo Lucinda.
"Bueno si pero...", dijo Federico. "A ti te amo".
Lucinda se quedó en silencio, pensando en lo que Federico le había dicho.
"¿Qué quieres decir?", preguntó finalmente.
"Quiero decir que te amo", dijo Federico. "Siempre te he amado. Y nunca he dejado de amarte".
Lucinda se sintió sorprendida. No esperaba que Federico dijera eso.
"¿Pero qué pasa con Nicholas?", preguntó.
"Nicholas es un amigo importante para mí", dijo Federico. "Pero no es lo mismo que tú. Tú eres mi alma gemela, eres mi esposa".
Lucinda no sabía qué decir. No podía creer que Federico estuviera diciendo todo eso.
"No sé qué hacer", dijo finalmente.
"Yo tampoco", dijo Federico. "Pero quiero que sepas que siempre te voy a amar".
Lucinda y Federico se quedaron en silencio, mirándose a los ojos. Ambos sabían que lo que acababa de pasar era importante.
Federico se acercó a Lucinda y le tomó la mano. Sus ojos brillaron con un poder sobrenatural.
No sé qué decir", dijo finalmente.
"No tienes que decir nada", dijo Federico. "Solo bésame". Federico miró a Lucinda a los ojos. Sus ojos brillaron con un poder desconocido. Lucinda se sintió hipnotizada.
Ella se sintió atraída por el poder de Federico.
Se acercó a él y le besó apasionadamente. El beso fue tan intenso que Lucinda sintió que se le quitaba el aliento. Sus labios se juntaron de nuevo y Lucinda sintió una corriente eléctrica recorrer su cuerpo. El beso fue apasionado y desesperado, como si ambos supieran que podría ser el último.
Cuando se separaron, Lucinda estaba mareada. No podía creer lo que acababa de pasar.
"¿Qué fue eso?", preguntó.
"Es mi poder", dijo Federico. "Es el poder del amor".
Lucinda se sintió confusa. No entendía lo que Federico estaba diciendo.
"Quiero decir que te amo más que a nada en el mundo", dijo Federico. "Y que haré cualquier cosa para estar contigo".
Lucinda se sintió conmovida por las palabras de Federico. Sabía que él la amaba, y eso era todo lo que importaba.
"Yo también te amo", dijo Lucinda.
Lucinda y Federico salieron del café, tomados de la mano.
Federico la miró a los ojos y le dijo: "Bésame mucho Lucinda, como si no hubiera un mañana".
Lucinda lo besó de nuevo, esta vez con más fuerza. Sabía que Federico tenía razón. Debían aprovechar cada momento que tuvieran juntos.
El beso duró mucho tiempo, hasta que ambos se quedaron sin aire.
"Te amo", dijo Federico.
"Yo también te amo", dijo Lucinda.
Se volvieron a abrazar y se quedaron así, en silencio, durante un buen rato.
Finalmente, Federico dijo:
"Vamos a casa".
Nicholas le dice a Lucinda: "¿No sabías que Federico y yo somos vampiros seductores? Cuando utilizamos nuestro poder, nuestras víctimas o parejas nos besan y se dejan hacer cosas."
Lucinda estaba sorprendida por las palabras de Nicholas.
"¿Vampiros seductores?", preguntó. "¿Qué quieres decir con eso?"
"Significa que tenemos un poder especial", dijo Nicholas. "Un poder que nos permite seducir a cualquier persona que queramos".
"¿Cómo lo haces?", preguntó Lucinda.
"No lo sé", dijo Nicholas. "Siempre ha estado ahí.
Lucinda no sabía qué pensar. ¿Era Nicholas un mentiroso? ¿O estaba diciendo la verdad?
Lucinda miró a Federico. Él la miraba con los ojos brillantes.
"¿Es cierto?", preguntó Lucinda.
Federico no dijo nada. Solo sonrió.
"¿Por qué no lo intentas tú, no crees?" Nicholas le pregunta a Lucinda, quien admite que es una tarea difícil.
"Entonces, bésame como si no hubiera un mañana, querida", dice Nicholas con una sonrisa encantadora y sus ojos brillando. Lucinda sonríe y se acerca a él.
Nicholas la envolvió en sus brazos y sus labios se encontraron con los de ella. Lucinda sintió una sensación de hormigueo recorrerle el cuerpo. El beso de Nicholas era suave y apasionado al mismo tiempo.
Lucinda se dejó llevar por el momento. Cerró los ojos y disfrutó del beso.
Después de unos minutos, Lucinda se separó de Nicholas.
"¿Lo has sentido?", preguntó Nicholas.
Lucinda asintió.
"Sí", dijo. "Lo he sentido".
"Es nuestro poder", dijo Nicholas. "El poder de la seducción".
"Podemos manipular con este poder, hacer que la persona haga lo que nosotros les ordenamos, una herramienta de control, pero contigo no lo usaremos, eres mi esposa Lucinda" Admite Federico
"¿Por qué no?", preguntó Lucinda.
"Porque te amo", dijo Federico. "No quiero manipularte. Quiero que me ames por quien soy".
Lucinda sonrió.
"Ya te amo", dijo.
"¿Quieres que use de nuevo mi poder de seducción?", preguntó Nicholas a Lucinda.
Lucinda aceptó.
Nicholas se acercó a ella y la besó de nuevo. Esta vez, el beso fue aún más intenso que el anterior. Lucinda sintió como si se estuviera derritiendo en sus brazos.
Cuando el beso terminó, Lucinda estaba mareada y conmocionada.
Federico, por su parte, entró en la casa de Elizabeth II en plena noche y se acercó cautelosamente a su habitación. Al verla dormir, no pudo resistirse y le acarició suavemente el rostro. Elizabeth II despertó sobresaltada y asustada al sentir la mano de alguien en su cara.
"¿Que haces aquí? Ella le pregunta enojada.
"He venido a verte", dijo Federico. "Quiero que hablemos".
Elizabeth se negó a hablar con él.
"No quiero hablar contigo", dijo. "No quiero volver a verte".
¿"Como esta nuestra hija Elizabeth?" Federico le preguntó.
Elizabeth le aseguró que su pequeña Elizabeth estaba bien, lo que alivió a Federico.
"Ella esta bien, esta durmiendo, tu esposa Lucinda no le cae bien a la niña"
Federico se acercó a ella, tratando de tranquilizarla.
"Todo va a estar bien, mi amor. Solo necesito tiempo para arreglar las cosas con Lucinda y asegurarme de que nuestra familia esté unida de nuevo".
Elizabeth II respondió: "No quiero que nuestra hija sufra más de lo que ya ha sufrido".
"Lo sé, mi amor. Haré todo lo posible para que no sufra más. Lucinda tendrá que aceptar a mi hija, mi hija es buena y amable"
Federico acarició suavemente el cabello de Elizabeth II mientras ella se recostó en su hombro, sintiendo su amor y protección. Se comprometió a trabajar en su relación con Lucinda y hacerla entender que su hija era una parte importante de sus vidas.
Lucinda confronta a Federico sobre las revelaciones de Alejandro en un café. Federico admite su conexión con Nicholas pero reafirma su amor por Lucinda. Tras un beso apasionado, deciden ir a casa juntos. Mientras tanto, Nicholas revela su poder de seducción a Lucinda pero promete no usarlo con ella. Federico busca el perdón de Elizabeth II y se compromete a resolver las cosas con Lucinda para mantener unida a su familia.
Seis años después de la muerte de Elizabeth, Federico y Lucinda han aprendido a perdonarse mutuamente y a superar sus tragedias pasadas. Un día, mientras están sentados en un banco del parque, ven a una niña pequeña que se parece mucho a Elizabeth. Federico se siente conmovido por el encuentro y cree que la pequeña Elizabeth es la reencarnación de su amada.
La pequeña Elizabeth entra en sus vidas y las transforma para siempre.
Todos los derechos reservados, no debes ser imprudente, la publicación no puede ser copiada ni en parte o en todo presente. No debes registrarla ni transmitirla por ningún medio o sistema, ni electrónico ni magnético, ni mediante fotocopia o algo similar. No lo hagas sin permiso previo, por escrito de la editorial, no seas imprudente ni osado, o enfrentarás un gran mal.
Comments (0)
See all