Leilani y Sandy, caminaban por las calles, rumbo a la casa de Federico y Lucie.

Las dos llevaban a Luis. Luis, este estaba interesado en visitar a Federico y Lucie.

Cuando llegaron a la casa de Federico y Lucie, Leilani tocó el timbre. Unos segundos después, la puerta se abrió y apareció Federico.

Federico estaba muy atractivo, con pelo castaño con rubio y ojos azules. Estaba encantado de ver a Leilani y Sandy, y las saludó con una sonrisa.

"Hola, Leilani, Sandy," dijo Federico. "¡Encantadas de que pudieron venir!"

"Hola, Federico," dijeron Leilani y Sandy al unísono. "¡También estamos encantadas de estar aquí!"

Federico las invitó a pasar, y los tres entraron en la casa. Lucie, estaba en la cocina junto con Dani, preparando la cena.

"Lucie," dijo Federico, "estas son Leilani y Sandy, dos amigas. Ellas son vampiresas."

Lucie se giró y miró a ambas vampiresas. Tenía los ojos abiertos de par en par, y su rostro estaba lleno de sorpresa.

"Hola," dijo Lucie. "Es un placer."

"El placer es nuestro," dijo Leilani.

Se sentaron en la mesa de la cocina, y empezaron a hablar. Leilani y Sandy le contaron a Lucie sobre su vida como vampiresas, y ella les contó a ellas sobre su vida humana.

Las tres mujeres se llevaron bien enseguida, y se divirtieron mucho charlando. Luis, que se había sentado en un rincón de la cocina, observaba la escena con interés.

En un momento dado, Leilani miró a Sandy y le guiñó un ojo. Sandy entendió el mensaje, y se levantó de la mesa.

"Lucie," dijo Sandy, "¿te importaría si Leilani y yo damos un paseo por el jardín?"

"No, claro que no," dijo Lucie. "Ir tranquilas."

Leilani y Sandy salieron al jardín, y se sentaron en un banco.

"¿Qué te parece ella?" preguntó Leilani a Sandy.

"Es encantadora," dijo Sandy. "Es muy guapa, y tiene una personalidad muy dulce."

"Sí," dijo Leilani. "Creo que podría ser la vampira perfecta para Federico."

"¿Qué te han parecido Leilani y Sandy?" preguntó Federico a Lucie.

"Son muy agradables," dijo Lucie. "Me han gustado mucho."

"Me alegro," dijo Federico. "Me gustaría que te conocieran a más vampiros."

"Sí," dijo Lucie. "Me gustaría conocerlos."

Federico y Lucie se miraron a los ojos, y sonrieron.

Luis se quedó pensativo en el jardín, mientras las dos vampiresas conversaban. No podía evitar sentir una extraña atracción por Federico. Era guapo, seductor, y tenía una presencia magnética.

De repente, una voz le interrumpió sus pensamientos.

"Entiendo que Federico es muy apuesto," dijo la voz. "Es uno de los vampiros más guapos y seductores que he conocido como Lestat."

Luis se giró y vio a Nicholas sentado sobre una estatua, mientras la brisa movía su perfecto cabello negro.

"¿Qué haces aquí?" preguntó Luis.

"He venido a hablar contigo," dijo Nicholas. "Entiendo que hayas sentido algo extraño cuando abrió esa puerta. Te entiendo, me pasaba exactamente lo mismo."

Luis se sentó en un banco junto a Nicholas.

"¿Qué es lo que sientes?" preguntó Nicholas.

"No lo sé," dijo Luis. "Es una sensación de atracción, pero también de miedo. Es como si estuviera siendo atraído hacia él, pero al mismo tiempo, me estuviera resistiendo."

"Es normal," dijo Nicholas. "Federico es un vampiro muy poderoso. Su magnetismo puede ser muy intenso."

"¿Qué debo hacer?" preguntó Luis.

"Tienes que escuchar a tu corazón," dijo Nicholas. "Si te sientes atraído por él, debes seguir tus instintos. Pero te recomiendo que no lo hagas, Federico esta con tu amiga humana Lucie".

Luis se quedó en silencio, pensando en lo que Nicholas había dicho.

 Sabía que tenía razón. No debía hacerle daño a Lucie. Pero, al mismo tiempo, no podía negar la atracción que sentía por Federico.

"No sé qué hacer," dijo Luis.

"Solo tienes que tomar una decisión," dijo Nicholas. "Y la decisión que tomes, debes asumir las consecuencias."

Luis se levantó del banco y se dirigió hacia la casa de Federico y Lucie.

Luis observaba cómo Dani, arrojaba harina riendo con Lucie. La cocina estaba llena de harina, y los dos estaban cubiertos de ella. Lucie se reía con tanta fuerza que sus lágrimas corrían por su cara. Dani le lanzaba harina a la cara, y ella le respondía con igual intensidad.

Luis sonrió al verlos. Estaba feliz de que Lucie estuviera disfrutando de la compañía de Dani. Sabía que Dani era un buen amigo, y que siempre estaría ahí para ella.

Luis se acercó a ellos y les dijo: "¿Qué pasa aquí?"

Dani se giró y le dijo: "¡Estamos jugando a ser niños!"

Lucie también se giró y le dijo: "¡Es muy divertido!"

Luis se unió al juego, y pronto los tres estaban cubiertos de harina, riendo y jugando.

Mientras tanto, Verónica y Lestat se encontraban en la casa de una humana llamada María. María era una mujer joven y valiente que había sobrevivido a un ataque de vampiros en el pasado. Su hermano, Juan, era un niño pequeño que estaba muy unido a ella.

 María vivía en una pequeña casa en las afueras de la ciudad

Verónica y Lestat habían planeado atacar a María y Juan mientras dormían. Verónica se acercó a la cama de María y se inclinó sobre ella. Lestat se acercó a la cama de Juan.

María abrió los ojos y vio a Verónica a su lado. Se dio cuenta de lo que estaba pasando y se levantó de la cama. Juan se despertó y también se levantó.

María agarró una lámpara y la estrelló contra Verónica. La lámpara se rompió y Verónica se quemó. Esta se alejó de María, gritando de dolor.

Lestat se acercó a Juan y trató de morderlo. Juan le dio una patada en el pecho y Lestat, a la vez le arrojo un ajo en su rostro, lo que provoco que este se cayó al suelo.

María y Juan corrieron hacia la puerta. Verónica y Lestat los persiguieron.

María y Juan lograron abrir la puerta y salir corriendo. Verónica y Lestat los siguieron, pero María y Juan eran demasiado rápidos.

Al día siguiente, los amigos de María, liderados por su mejor amiga, Ana, decidieron tomar venganza contra Verónica y Lestat. Sabían que los vampiros se encontraban en su casa, durmiendo, por lo que decidieron atacarlos por sorpresa.

Ana y sus amigos llegaron a la casa de Verónica y Lestat al medio día. La casa estaba en silencio, y el sol brillaba con intensidad.

Ana y sus amigos se acercaron a la casa y entraron sigilosamente. Subieron las escaleras y se dirigieron a la habitación de Verónica y Lestat.

Verónica y Lestat dormían profundamente en sus ataúdes. 

Verónica y Lestat se despertaron sobresaltados, al sentir un calor. Miraron a Ana y sus amigos con ojos llenos de ira.

"¿Qué quieren?" preguntó Verónica.

"Queremos venganza por lo que le hicieron a María y Juan," dijo Ana. "¡Vamos a matarlos!"

Los amigos de Ana cargaron contra Verónica y Lestat. Verónica y Lestat se defendieron, pero estaban superados en número.

Ana logró golpear a Verónica con un palo de madera. Verónica cayó al suelo, herida.

Lestat se acercó a Ana y trató de morderla. Ana logró esquivarlo,

Los amigos de Ana se acercaron a Verónica y Lestat. Estaban a punto de matarlos, cuando de repente, Dani apareció en la habitación.

"¡Deténganse!" gritó Dani. "No los maten."

Los amigos de Ana se detuvieron y miraron a Dani con sorpresa.

"¿Por qué no?" preguntó Ana. "Estos vampiros merecen morir."

"No es justo," dijo Dani. "No tienen derecho a matarlos."

"¡Pero nos atacaron!" dijo Ana. "¡Intentaron matar a María y Juan!"

"Lo sé," dijo Dani. "Pero no hay que rebajarse a su nivel. Hay que ser mejores que ellos."

Los amigos de Ana pensaron en las palabras de Dani. Sabían que tenía razón. No era justo matar a Verónica y Lestat, por mucho daño que les hubieran hecho.

"Está bien," dijo Ana. "No los mataremos."

Dani se acercó a Verónica y Lestat. Los ayudó a levantarse y los llevó dentro de la casa.

Verónica y Lestat estaban furiosos. No podían creer que Dani los hubiera salvado.

"¡Gracias por nada, niño!" gritó Verónica. "¡Eres un estúpido!"

"¡Sí, eres un idiota!" gritó Lestat. "¡Nunca te perdonaremos!"

Dani no respondió. Simplemente se alejó, dejando a Verónica y Lestat solos.

Verónica y Lestat se quedaron mirando a Dani marcharse. Estaban llenos de odio y resentimiento.

"¡Prometo que te pagaré por esto!" gritó Verónica.

"¡Sí, te pagaremos!" gritó Lestat. "¡No te olvidaremos!"

Verónica y Lestat se alejaron, jurando venganza contra Dani, se sentían avergonzados de ser salvado por ese vampiro débil.