Se juntaron el hambre y las ganas de comer para simplemente mostrar un pobre ejemplo de gaslighting. Quizá para la próxima ¡no se lleven la merienda desde casa!
(ACTUALIZACIÓN CADA LUNES)
El día a día con risas y riñas entre los vecinos de un edificio en barrio obrero; pero poco tributable. Aunque entre todos no agarren una pala, no se podría decir lo mismo de sus ganas de llevarse bien.
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