Please note that Tapas no longer supports Internet Explorer.
We recommend upgrading to the latest Microsoft Edge, Google Chrome, or Firefox.
Home
Comics
Novels
Community
Mature
More
Help Discord Forums Newsfeed Contact Merch Shop
Publish
Home
Comics
Novels
Community
Mature
More
Help Discord Forums Newsfeed Contact Merch Shop
__anonymous__
__anonymous__
0
  • Publish
  • Ink shop
  • Redeem code
  • Settings
  • Log out

Losers' Journey: Aetheria

A contra tiempo.

A contra tiempo.

Jan 03, 2025

La chica ya se había resignado. No había tiempo ni posibilidad de escapar antes de que Pax disparara de nuevo. El zumbido creciente de la pistola era como un anuncio inminente de su final, y Meave, agotada y con el cuerpo ardiendo por el impacto anterior, apenas pudo moverse. Cerró los ojos por un momento, aceptando que no podía escapar.

Sin embargo, un estruendo repentino sacudió el suelo frente a ella. Algo pesado, como un meteorito, aterrizó con violencia, levantando una nube espesa de polvo y escombros que oscureció todo a su alrededor. La presión del impacto hizo vibrar el suelo, y por un instante, el zumbido del arma de Pax se silenció.

—¿Qué…? —Meave intentó abrir los ojos, parpadeando contra el polvo que le picaba la vista pero solo pudo distinguir siluetas difusas hasta que una voz familiar retumbó con autoridad.

—¡Estilo de Libra… Gliese! —La voz de Leon resonó en la escena, cargada de enojo y determinación. Era grave y poderosa, como si con cada palabra también liberara parte de su magia. El aire alrededor se tensó de inmediato, volviéndose más denso, como si un peso invisible cayera sobre todo el campo de batalla.

De repente, la gravedad cambió con una presión aplastante. Pax, que estaba flotando con elegancia segundos atrás, cayó como una roca, golpeando el suelo con un ruido sordo que estremeció la tierra. La pistola de energía en su mano se apagó momentáneamente, soltando pequeñas chispas mientras se desestabilizaba por la repentina fuerza gravitacional.

A unos metros de distancia, el ser del bajo astral también fue arrastrado hacia el suelo. Aunque intentó resistirse, sus extremidades temblaron bajo la presión creciente. Sus dos brazos sobrantes se clavaron en el suelo, hundiéndose en la tierra destrozada mientras la criatura soltaba gruñidos guturales de frustración. Su postura ahora era la de alguien forzado a arrodillarse ante una fuerza superior.

En medio del caos, Meave sintió cómo los grotescos brazos que la retenían perdían fuerza. La presión de Leon había obligado al ser a liberar su agarre. Con un jadeo profundo, Meave cayó al suelo, apoyándose sobre sus rodillas mientras trataba de recuperar el aliento. —Leon — susurró, alzando la vista entrecerrada hacia la figura que había llegado justo a tiempo. —Perdóname, me he tardado demasiado— Habló Leon desde la lejanía.

La silueta de Leon comenzó a definirse a medida que el polvo se disipaba. Allí estaba él, de pie con firmeza, su brazo extendido con un gesto dominante y el ceño fruncido en una expresión de furia contenida. Alrededor de su cuerpo, una ligera aura blanca con un centro dorado, irradiando poder, como si la gravedad misma respondiera a su voluntad. Cada uno de sus movimientos parecía controlar el entorno, sometiéndolo.

—¿Qué demonios está pasando aquí? —rugió Leon, dirigiendo su mirada hacia Pax y el ser del bajo astral. Sus ojos brillaban con intensidad, calculando la situación al instante pero al no notar respuesta alguna Leon se lanzó hacia adelante. Su velocidad era tan abrumadora que dejó una estela de polvo y energía luminosa a su paso, como si la tierra misma se encogiera ante su movimiento. El aura blanca que lo rodeaba no solo era grande; era colosal. Brillaba con una intensidad imposible de ignorar, casi cegadora, como una llamarada que parecía consumir el espacio alrededor de su figura.

A su paso, Meave sintió una sensación de alivio recorrer su cuerpo adolorido, como si el aura de Leon tuviera un efecto sanador o purificador. Por primera vez desde que todo había comenzado, pudo tomar una respiración más profunda, aunque el dolor aún persistía, pero para el ser del bajo astral, aquella luz era todo lo contrario: una amenaza mortal y palpable.

El ser rugió con una furia desesperada, sus múltiples brazos arañando el suelo en un intento por liberarse de la gravedad opresiva que aún lo mantenía anclado. Pero cada movimiento era lento y pesado. El pánico comenzó a reflejarse en sus movimientos frenéticos, pero ya era demasiado tarde. Leon ya había lanzado un ataque desde el aire. —¡Hnnngh! —El ser gruñó con un sonido gutural al sentir el ataque sobre él, pero no pudo evitarlo.

El suelo debajo crujió y se fracturó en ondas expansivas, como si una bomba hubiera estallado en el punto de contacto. El golpe fue tan potente que uno de los brazos del ser salió despedido, arrancado como si no fuese nada y sin darle tiempo a reaccionar, Leon cayó y giró sobre sí mismo continuando con un segundo ataque: esta vez su mano atrapó una de las piernas del monstruo con un agarre de hierro, sosteniéndola desde el tobillo y con una facilidad escalofriante; La criatura emitió un chillido desgarrador, un sonido inhumano que retumbó en el aire. Sin inmutarse, Leon enterró sus dedos en el abdomen del ser y con un tirón violento y seco, la pierna fue arrancada de su cuerpo, y un líquido oscuro y espeso brotó.

—¡jo…! —murmuró Meave, boquiabierta mientras observaba la escena.

No solo Meave estaba paralizada por la sorpresa; Ariel, quien había llegado a la zona hacía poco, también miraba con incredulidad. Este no era el Leon que conocían. Siempre había sido el más estratégico, el que luchaba con precisión quirúrgica, evitando innecesaria violencia. Pero ahora, cada movimiento suyo era despiadado, cada golpe parecía estar diseñado para destruir en lugar de incapacitar.

El ser del bajo astral lanzó un ataque desesperado con sus brazos restantes, agitando sus extremidades como cuchillas, pero Leon los esquivó con movimientos fluidos, casi danzantes. No había esfuerzo aparente en su defensa; era como si los ataques del ser fueran inútiles, meras distracciones. Y cada vez que Leon esquivaba, aprovechaba para devolver dos o tres golpes más, cada uno más devastador que el anterior. Los gritos del ser se volvían más débiles con cada impacto, su cuerpo empezando a temblar.

—¿Es por... mí? —susurró Meave, sin apartar la mirada.

Entonces, una nueva presencia irrumpió en la escena. De repente, un destello morado iluminó el campo de batalla, y un sonido metálico, como el choque de una armadura, retumbó con fuerza. Pax había logrado liberarse del peso de la gravedad, su escudo brillando con el mismo resplandor ardiente que antes.

—¡Leon! —gritó Meave al verlo.

Pax no perdió tiempo y se lanzó hacia él con una velocidad impresionante, su escudo materializándose en su brazo como una pared impenetrable. La forma en que se movía era igual a cuando había atacado a Meave: una carga directa y agresiva, como si fuera una flecha disparada hacia un blanco fijo.

Leon giró la cabeza ligeramente, notando la amenaza inminente, pero no mostró ni un atisbo de sorpresa o temor. —Como estás disfrutando esto, ¿verdad? —La voz de Pax resonó, cargada de un tono burlesco, pero había algo más allí. Su voz temblaba ligeramente, como si una fina grieta estuviera rompiéndose —Tú siempre tuviste este resentimiento…

Leon, con su mirada fija en ella, no respondió de inmediato. Sabía lo que venía. Conocía esa expresión que Pax llevaba en su rostro. Sus labios intentaban formar una sonrisa desafiante, una máscara desesperada para esconder lo que realmente sentía. Pero Leon podía verlo: sus ojos comenzaban a brillar con lágrimas no derramadas, y el temblor sutil en sus manos delataba su lucha interna. Era una sonrisa rota, un intento fracasado de demostrar que seguía siendo fuerte.

Mientras tanto el ser del bajo astral gruñó, intentando levantarse entre escombros y polvo, su cuerpo mutilado temblando bajo el peso de su dolor y la magia de Leon. Pero él, sin apartar la mirada de Pax, lo lanzó a un lado con un gesto seco, como si fuera un simple obstáculo más. El cuerpo del monstruo salió despedido varios metros, estrellándose contra una pila de rocas y levantando una nube de escombros que resonó en el silencio opresivo del campo de batalla.

—Pax… —Leon murmuró su nombre en voz baja, como si quisiera alcanzarla a través del trance. Pero Pax no le dio tiempo.

Con una repentina rapidez feroz, Pax avanzó hacia él, sus movimientos cargados de ira y desesperación. La velocidad con la que se acercaba era impresionante; su cabello rubio ondeaba en el aire, y el brillo anaranjado del escudo que portaba intensificaba su imagen, dándole la apariencia de un meteoro dispuesto a arrasar con todo a su paso. Pero Leon no se precipitó. Su expresión permaneció impasible, aunque en el fondo, una sombra de tristeza pasó por sus ojos.

El tiempo pareció ralentizarse cuando Pax estuvo lo suficientemente cerca, lista para impactar con el escudo. Leon solo esperó hasta el último instante, estudiando cada uno de sus movimientos con precisión calculada y en el momento justo, dio un pequeño salto hacia atrás. Pax, incapaz de detener su carga con tanta rapidez, perdió el equilibrio cuando Leon, con una firmeza inquebrantable, atrapó el borde superior del escudo con ambas manos. —¡¿Qué?! —Pax exclamó con sorpresa, aunque su voz seguía vibrando con aquella mezcla de enojo y angustia contenida.

Leon jaló con fuerza hacia abajo, aprovechando la inercia del movimiento de Pax. La gravedad hizo el resto: Pax perdió completamente la estabilidad y cayó de rodillas al suelo con un golpe seco que hizo temblar el polvo y las piedras a su alrededor y por un instante, todo quedó en silencio. El escudo, que seguía brillando débilmente, tembló junto a ella, reflejando su fragilidad en ese momento.

Leon no aprovechó la oportunidad para atacar. No había violencia en su postura; no había intención de herir. En lugar de eso, se inclinó ligeramente hacia adelante, quedando a la altura de Pax. Su mirada se clavó en la de ella con una intensidad que parecía atravesarla. —Lo que crees que estás viendo, no es verdad. —La voz de Leon resonó firme, pero en ella se percibía un dejo de súplica.

Los ojos de la rubia, ahora brillantes, estaban al borde de desbordarse en lágrimas. Apretaba los labios con fuerza, intentando contenerlas, pero el dolor emocional que reflejaba su mirada era evidente.—me trajiste aquí… solo para poder verlo a él pe—

—¡Esa cosa no es a quien buscas! —Leon la interrumpió, su voz más firme, cargada de convicción —es el ser del bajo astral tomando control de tu mente. Te está usando.

Pax retrocedió un paso, como si las palabras de Leon la hubieran golpeado físicamente. Su respiración era agitada, y sus manos temblaban ligeramente, pero su expresión volvió a endurecerse.

—No… no puedo creerte. —La voz de Pax se quebró ligeramente, como si estuviera luchando con ella misma —no después de lo que le hiciste.

Leon se quedó estático, su mirada se abrió con incredulidad. El impacto de esas palabras le llegó hasta el alma, como un cuchillo invisible atravesando su pecho. Sabía que el ser del bajo astral podía manipular mentes, pero esto… esto era distinto. Pax no solo estaba confundida: parecía que había algo profundamente arraigado en sus palabras, un sentimiento genuino que no debería estar ahí.

—¿De qué estás hablando…? —susurró Leon casi para sí mismo, intentando entender. El aura blanca que lo envolvía brilló con mayor intensidad, como si su propia magia intentara disipar la oscuridad que rodeaba a Pax. Sin embargo, la influencia del ser era demasiado fuerte, y Pax parecía estar al borde de romperse.

—No tengo tiempo para esto. —Leon finalmente murmuró con resolución, obligándose a dejar de lado la confusión por un momento.

Sus ojos se enfocaron en el ser del bajo astral, que comenzaba a moverse de nuevo. La criatura, a pesar de sus heridas, había recuperado la compostura y ahora se colocaba en una posición de ataque. Leon no podía permitir que recuperara el control de la batalla. Inspiró profundamente, y con un impulso, dio un gran salto hacia adelante, dirigiéndose hacia el ser con la intención de acabar con todo de una vez. —¡no vas a hacerle nada! —gritó Pax con furia.

Antes de que pudiera reaccionar, Pax se aferró a la chamarra de Leon, jalándolo hacia atrás con una fuerza impresionante. Leon, sorprendido, perdió ligeramente el equilibrio, y el momento de vacilación fue suficiente para que el ser del bajo astral actuara.

Aprovechando la distracción, el ser abrió su enorme boca, y desde el fondo de su garganta comenzó a formarse una acumulación de energía oscura y púrpura. La esfera de energía creció rápidamente, vibrando con un poder inmenso. Una presión sofocante envolvió el campo de batalla mientras la criatura apuntaba directamente a Leon, buscando un ataque devastador.

Los ojos del Leon se abrieron de par en par al percatarse del peligro. Su mente trabajó a toda velocidad, calculando sus opciones, pero solo había una salida. Si esquivaba, Meave quedaría completamente expuesta al ataque, aún recuperándose a unos metros de distancia. No podía arriesgarla.

—¡Joder! —Leon gruñó entre dientes y con un movimiento instintivo, empujó a Pax hacia un lado, alejándola del radio del ataque. Acto seguido, cruzó ambos brazos frente a él y reforzó su defensa con su aura, envolviéndolo como un escudo invisible. Apenas tuvo tiempo de prepararse cuando la acumulación de energía fue liberada.

La explosión de energía impactó de lleno contra Leon, golpeándolo con la fuerza de una ola destructiva. El sonido retumbó como un trueno, y una intensa ráfaga de viento y polvo se levantó, cubriendo todo el lugar en una nube cegadora. El suelo tembló bajo el impacto, fragmentándose y creando grietas que se extendían en todas direcciones.

—¡Leon! —gritó Meave desde donde estaba, su voz cargada de preocupación.

johec84
Johec Evans

Creator

esta es un capitulo doble para comenzar bien el año!
Feliz año nuevo a todos!

#accion_fantasia #Accion #drama #Fantasia #Fantasia_Romance

Comments (0)

See all
Add a comment

Recommendation for you

  • Blood Moon

    Recommendation

    Blood Moon

    BL 47.6k likes

  • Secunda

    Recommendation

    Secunda

    Romance Fantasy 43.2k likes

  • What Makes a Monster

    Recommendation

    What Makes a Monster

    BL 75.2k likes

  • Mariposas

    Recommendation

    Mariposas

    Slice of life 232 likes

  • Touch

    Recommendation

    Touch

    BL 15.5k likes

  • Silence | book 2

    Recommendation

    Silence | book 2

    LGBTQ+ 32.3k likes

  • feeling lucky

    Feeling lucky

    Random series you may like

Losers' Journey: Aetheria
Losers' Journey: Aetheria

737 views0 subscribers

En un mundo astral donde los sueños se entrelazan con la realidad, Leon y sus amigos navegan por paisajes oníricos y dimensiones desconocidas. Con cada aventura, desvelan los secretos más profundos del universo y el mundo tal cual conocemos, acercándose a una verdad que pondrá al mundo en peligro.
Subscribe

15 episodes

A contra tiempo.

A contra tiempo.

54 views 1 like 0 comments


Style
More
Like
List
Comment

Prev
Next

Full
Exit
1
0
Prev
Next