Please note that Tapas no longer supports Internet Explorer.
We recommend upgrading to the latest Microsoft Edge, Google Chrome, or Firefox.
Home
Comics
Novels
Community
Mature
More
Help Discord Forums Newsfeed Contact Merch Shop
Publish
Home
Comics
Novels
Community
Mature
More
Help Discord Forums Newsfeed Contact Merch Shop
__anonymous__
__anonymous__
0
  • Publish
  • Ink shop
  • Redeem code
  • Settings
  • Log out

El llamado de los dioses

El descendiente del dragon parte 1

El descendiente del dragon parte 1

Apr 04, 2025

This content is intended for mature audiences for the following reasons.

  • •  Blood/Gore
  • •  Mental Health Topics
  • •  Physical violence
  • •  Cursing/Profanity
Cancel Continue

El dojo Hoshino estaba envuelto en un silencio tenso. Afuera, las sombras de los demonios seguían merodeando, golpeando inútilmente contra la barrera azul que Hiroto había activado momentos antes. La luz mágica zumbaba suavemente, proyectando un resplandor tenue que hacía parecer que el mundo exterior estaba a años luz.

Ryuhoshi estaba sentado contra la pared del dojo, respirando con dificultad. Su cuerpo temblaba, y sus manos seguían irradiando una tenue luz azul. El amuleto de jade alrededor de su cuello emitía pulsaciones regulares, como si estuviera vivo.

Kenji se arrodilló a su lado, con su arco todavía en la mano.

—¿Estás bien, Ryu? —preguntó, con una mezcla de preocupación y miedo.

—No lo sé… —jadeó Ryuhoshi, mirando sus manos que aún brillaban—. Esto no se detiene.

Hiroto se acercó a ellos, con el rostro sombrío.

—El dragón aún está activo —murmuró, observando el amuleto—. Ryu, necesitas calmarte.

—¿Calmarme? —replicó Ryuhoshi con un tono cargado de incredulidad—. ¡¿Cómo se supone que haga eso si ni siquiera entiendo qué está pasando?!

Antes de que Hiroto pudiera responder, un rugido profundo resonó desde el exterior, sacudiendo las paredes del dojo. Los tres se giraron hacia la ventana, y lo que vieron hizo que Kenji retrocediera instintivamente.

En el patio, el dragón de luz que Ryuhoshi había manifestado durante la batalla todavía estaba allí. Su cuerpo colosal brillaba con una intensidad cegadora, y sus ojos dorados parecían arder con una fuerza indomable. Las sombras de los demonios, que habían intentado acercarse al dojo desde más allá de la barrera, se desintegraban bajo el aliento incandescente de la criatura.

Cada rugido del dragón resonaba como un trueno, y cada movimiento de su cola creaba ondas de energía que barrían con todo a su paso. Era una visión majestuosa y aterradora.

—¿Cómo es que sigue aquí? —preguntó Kenji, con la voz temblorosa.

Hiroto miró a Ryuhoshi, su expresión seria.

—Porque Ryu sigue usando su poder.

Ryuhoshi negó con la cabeza, apretando los dientes mientras luchaba por mantenerse consciente.

—Yo… yo no estoy haciendo nada… ¡No sé cómo detenerlo!

—No necesitas controlarlo ahora. Necesitas liberar tu mente, Ryu —dijo Hiroto, inclinándose junto a él—. Si sigues resistiéndote, te consumirá.

Ryuhoshi quiso responder, pero su cuerpo no obedecía. El amuleto en su pecho comenzó a brillar con más intensidad, y sintió que algo dentro de él lo desgarraba, como si el dragón mismo intentara escapar de su ser.

El dragón de luz rugió de nuevo, lanzándose hacia un grupo de demonios que intentaban rodear la barrera. Su cuerpo atravesó a las criaturas como un cometa, desintegrándolas al contacto. Pero en ese momento, Ryuhoshi dejó escapar un grito ahogado.

—¡Ryu! —gritó Kenji, viendo cómo su amigo se desplomaba en el suelo.

La oscuridad envolvió a Ryuhoshi mientras caía, pero no era fría ni aterradora. Era cálida, como el abrazo de una noche estrellada. Cuando abrió los ojos, se encontró flotando en un espacio vasto e infinito. Estrellas titilaban a su alrededor, formando constelaciones desconocidas que brillaban con un resplandor etéreo.

—¿Dónde… estoy? —murmuró, mirando a su alrededor.

Un rugido profundo resonó en la distancia, haciendo vibrar el aire. Delante de él, una figura colosal comenzó a emerger de las sombras. Era un dragón majestuoso, con escamas que brillaban como zafiros bajo la luz de las estrellas. Sus ojos dorados lo observaban con una intensidad que parecía perforar su alma.

—Ryuhoshi Hoshino… —la voz del dragón era profunda y resonante, como si viniera de los confines del universo—. Finalmente nos encontramos.

Ryuhoshi sintió un escalofrío recorrer su cuerpo.

—¿Quién… quién eres?

—Soy Seiryū, el guardián de las estrellas y protector de los mortales. Y tú, Ryuhoshi, eres mi descendiente.

El joven dio un paso adelante, sintiendo cómo el suelo bajo sus pies se solidificaba mágicamente. Estaba parado en un jardín celestial, lleno de árboles cuyas hojas brillaban como joyas, y en el centro, una fuente emanaba luz pura.

—Esto no tiene sentido —dijo Ryuhoshi, mirando al dragón y al extraño paisaje—. Yo no creo en estas cosas. Dragones, demonios… todo esto no puede ser real.

Seiryū inclinó la cabeza, observándolo detenidamente.

—La realidad no depende de tu creencia, joven guerrero. Lo que ves aquí es tan real como lo que dejaste atrás.

—¿Por qué yo? —preguntó Ryuhoshi, su voz temblorosa—. ¿Qué significa ser tu descendiente?

El dragón se acercó, su inmenso cuerpo moviéndose con una elegancia imposible para su tamaño.

—Tu linaje ha sido bendecido con mi sangre desde hace generaciones. Mi poder se ha transmitido a través de tus antepasados, esperando el momento en que sería necesario. Ahora, el equilibrio entre los mundos está en peligro, y mi legado ha despertado en ti.

Ryuhoshi apretó los puños, sintiendo el peso de las palabras del dragón.

—Yo no pedí esto. Apenas puedo con lo que está pasando.

El dragón soltó un sonido que parecía una mezcla entre un rugido y una risa.

—El miedo es natural. Pero dentro de ti hay más fuerza de la que imaginas. Mi poder no es solo un arma; es una conexión con el cosmos, con la energía que da vida a todas las cosas. Si no lo controlas, te consumirá.

El dragón alzó una garra hacia el cielo, y las estrellas comenzaron a moverse, formando una constelación que representaba a un dragón enroscado.

—Encuentra tu propósito, Ryuhoshi. La fuerza por sí sola no define a un guerrero. El propósito, sí encuentra el tuyo, la razón porque blandes la espada Encuéntralo joven guerrero mi poder responderá a tus sentimientos y propósito, recuerda eso dijo el dragón con un tono serio y una leve sonrisa en su rostro parecido a un gesto de orgullo

El espacio comenzó a desvanecerse, y la figura de Seiryū se disipó lentamente.

—Nos volveremos a encontrar, joven guerrero —dijo el dragón, mientras su voz se desvanecía en el viento estrellado—. Cuando estés listo.

Ryuhoshi abrió los ojos lentamente, encontrándose en el tatami del dojo. El techo familiar lo recibió, pero su cuerpo se sentía pesado, como si hubiera cargado un peso inmenso, a su lado estaban  Kenji y Hiroto, mirándolo con preocupación.

—¡Ryu! —la voz de Kenji lo sacó de su letargo. Su amigo estaba arrodillado a su lado, sosteniéndolo por los hombros—. ¿Estás bien? Nos asustaste.

Hiroto estaba de pie cerca, con una expresión grave pero tranquila.

—Despertó más rápido de lo que esperaba —murmuró, mirando el amuleto que descansaba en el pecho de Ryuhoshi.

—¿Estás bien? —preguntó Kenji, ayudándolo a sentarse.

Ryu no respondió de inmediato. Sus manos seguían temblando, pero la luz azul del amuleto se había apagado.

—V… vi al dragón —dijo finalmente, su voz apenas un susurro.

Kenji levantó una ceja, incrédulo.

—¿Seiryū? ¿El dragón de la leyenda? ¿Estás seguro de que no fue un delirio?

Hiroto intervino, colocando una mano en el hombro de Ryuhoshi.

—No fue un delirio. Seiryū es real, y su sangre fluye dentro de ti. Lo que viste fue un fragmento de su conciencia, guiándote hacia tu destino.

Ryuhoshi asintió lentamente, recordando las palabras del dragón.

—Dijo que debía encontrar mi propósito. Que su poder responderá a mi en base a mis sentimientos o algo así. La verdad no entiendo que quiso decir con eso.

Hiroto lo miró con seriedad.

—Entonces debes empezar por comprender quién eres y lo que representas. Pero ten cuidado, Ryu. Ahora que su poder ha despertado, serás un faro para ellos.

El aire dentro del dojo se tornó pesado, como si el mismo ambiente estuviera conteniendo la respiración. De repente, un temblor profundo sacudió el suelo, interrumpiendo la conversación. Ryuhoshi apenas logró mantenerse en pie mientras una corriente helada atravesaba el edificio, apagando las linternas de papel y sumiendo el lugar en penumbras.

Kenji reaccionó instintivamente, tensando su arco y dando un paso hacia atrás, buscando una posición defensiva.

—¿Qué está pasando ahora? —preguntó, con los ojos fijos en la entrada del dojo.

Hiroto, que hasta entonces había permanecido tranquilo, dejó escapar un largo suspiro y se giró hacia el patio, su rostro más grave de lo que Ryu jamás había visto.

—Él está aquí —dijo con voz profunda, cargada de un peso que hizo que incluso Kenji se estremeciera.

Kenji lo miró, confundido y nervioso.

—¿Él? ¿Quién es "él"?

Hiroto cerró los ojos por un instante, como si susurrara una oración que había guardado por años.

—El responsable de la muerte de los padres de Ryuhoshi.

Ryu sintió que el aire abandonaba sus pulmones. Su mente comenzó a girar con preguntas y recuerdos fragmentados. Quiso exigir respuestas, pero antes de que pudiera abrir la boca, un sonido atronador llenó el aire, como un trueno que había caído directamente sobre ellos.

La puerta corrediza del dojo se abrió de golpe, y una figura imponente emergió del exterior.

Era un jinete montado sobre un colosal caballo negro cuyas patas despedían humo oscuro con cada paso. Los ojos del animal brillaban como brasas ardientes, y su aliento era un vapor rojizo que olía a cenizas y muerte.

El jinete era aún más aterrador. Su armadura roja carmesí reflejaba un brillo opaco, como si hubiera sido forjada en los fuegos del infierno. Una capa que recordaba las alas de un dragón caía sobre sus hombros, moviéndose con vida propia. Cuernos retorcidos sobresalían de su yelmo, y su rostro, marcado por profundas cicatrices, irradiaba una crueldad inmortal. Sus manos, largas y huesudas, estaban cubiertas de escamas negras, con garras afiladas que asomaban bajo los guanteletes.

—Hoshino Hiroto… —dijo el jinete con una voz profunda y resonante, como si el infierno mismo hablara a través de él—. Cuánto tiempo ha pasado. Pensé que tu linaje habría desaparecido ya.

Kenji retrocedió instintivamente, con el arco temblando en sus manos.

—¿Quién demonios es este tipo? —murmuró, apenas capaz de mantener la compostura.

Hiroto se adelantó un paso, su bastón firmemente sujeto en su mano.

—El Jinete de la Guerra —respondió, su voz más fría que nunca—. Un emisario del infierno y uno de los responsables de nuestra tragedia.

El jinete desmontó lentamente, y el caballo se desvaneció en una nube de humo negro, dejando un silencio sepulcral. Con un movimiento fluido, el jinete desenvainó una espada que parecía hecha de fuego solidificado, su filo brillando con un rojo intenso.

—He venido por el descendiente del dragón —anunció, girándose hacia Ryuhoshi, sus ojos ardientes clavándose en él—. Aunque no puedo evitar sentirme decepcionado. ¿Esto es en lo que se ha reducido el linaje del dragón?

Ryuhoshi apretó los puños, el peso del amuleto en su pecho más evidente que nunca. Aunque su cuerpo todavía estaba débil, el odio que hervía dentro de él le dio fuerzas para dar un paso al frente.

—¿Fuiste tú? —preguntó, su voz temblorosa pero cargada de furia—. ¿Fuiste tú quien mató a mis padres?

El Jinete soltó una risa baja y gutural que resonó en el aire como un eco maligno.

—¿Tus padres? —repitió, con una sonrisa cruel—. ¿Es esto todo lo que queda de ellos, Hiroto? Un niño que apenas puede mantenerse en pie.

—¡Respóndeme! —exigió Ryuhoshi, levantando la voz, aunque su cuerpo temblaba de rabia y miedo.

El Jinete ignoró su furia y se giró hacia Hiroto, su sonrisa burlona aún en el rostro.

—Pensé que los Hoshino habrían aprendido después de nuestra última visita, pero parece que la obstinación es una característica persistente de tu sangre.

Hiroto mantuvo la mirada fija en el Jinete, sus manos firmes a pesar de las palabras venenosas.

—No has cambiado, Demonio. Sigues siendo una herramienta de destrucción sin propósito.

El Jinete dio un paso adelante, cada movimiento suyo pareciendo drenar la luz del ambiente.

—Propósito, dices. Mi propósito siempre ha sido claro: erradicar todo lo que representa tu linaje. Y ahora, tengo frente a mí al último heredero del dragón.

Con un movimiento fluido, alzó su espada hacia Ryuhoshi.

—Demuestra tu valía, muchacho, o muere como tus padres.

Hiroto reaccionó al instante. Dio un paso hacia el altar del dojo, donde tomó un estuche largo envuelto en seda negra. Con movimientos rápidos, lo abrió, revelando una katana de hoja brillante que emitía un tenue resplandor azul.

—¡Ryu, atrápala! —gritó, lanzándole el arma.

Ryuhoshi atrapó la katana en el aire, sintiendo una vibración recorrer sus manos al contacto. La espada parecía resonar con el amuleto en su pecho, como si fueran dos piezas de un mismo poder.

—Esta espada… —murmuró, mirando la hoja que reflejaba un destello etéreo.

—Es Hikari no Ha, la Katana del Dragón —dijo Hiroto, su voz firme—. Canaliza el poder de Seiryū. Úsala con honor.

El Jinete observó la escena con una sonrisa burlona

—¿Crees que una espada puede salvarlo, Hiroto? Esto no es un cuento para niños. Esto es la guerra.

Ryuhoshi apretó los dientes, levantando la katana mientras sentía el peso de las palabras del Jinete.

—Tal vez aún no entienda todo lo que está pasando... pero si crees que voy a quedarme de brazos cruzados, estás muy equivocado. ¡No dejaré que sigas destruyendo lo que amo!.

El Jinete inclinó la cabeza, divertido.

—Entonces, ven, mocoso. Veamos si tu linaje tiene algo de valor.

Y con un rugido que resonó como un trueno, el Jinete cargó hacia él.

custom banner
blackligth1227
blacklight

Creator

Comments (0)

See all
Add a comment

Recommendation for you

  • Secunda

    Recommendation

    Secunda

    Romance Fantasy 43.2k likes

  • Silence | book 2

    Recommendation

    Silence | book 2

    LGBTQ+ 32.3k likes

  • What Makes a Monster

    Recommendation

    What Makes a Monster

    BL 75.2k likes

  • Mariposas

    Recommendation

    Mariposas

    Slice of life 220 likes

  • The Sum of our Parts

    Recommendation

    The Sum of our Parts

    BL 8.6k likes

  • Siena (Forestfolk, Book 1)

    Recommendation

    Siena (Forestfolk, Book 1)

    Fantasy 8.3k likes

  • feeling lucky

    Feeling lucky

    Random series you may like

El llamado de los dioses
El llamado de los dioses

140 views4 subscribers

El mundo está al borde del colapso. Demonios han cruzado el umbral entre dimensiones, desatando el caos y la destrucción. Ciudades enteras arden, y la humanidad se aferra a una última esperanza: los Paladines, guerreros bendecidos por los dioses y las antiguas bestias.
Entre ellos se encuentran tres almas marcadas por el destino:
Ryuhoshi Hoshino, el último descendiente del Dragón de las Estrellas, con un linaje tan poderoso como maldito.
Kael Noctis, portador de las sombras, un hombre que ha perdido todo y cuyo único propósito es la venganza. Sara Blanc, hija de la muerte y la vida, atrapada entre su propio pasado y el despertar de un poder que no comprende.
A medida que sus caminos se cruzan, se enfrentarán a los cuatro jinetes del Apocalipsis, sectas demoníacas y horrores más allá de la comprensión humana. Pero más allá de la guerra y la sangre, deberán luchar contra sus propios demonios internos.
La profecía ha sido escrita. El fin del mundo se acerca.
Pero la pregunta es…
¿Serán estos guerreros los salvadores de la humanidad… o sus heraldos de la destrucción?
Subscribe

15 episodes

El descendiente del dragon parte 1

El descendiente del dragon parte 1

0 views 0 likes 0 comments


Style
More
Like
List
Comment

Prev
Next

Full
Exit
0
0
Prev
Next