Con la salida del sol, continuaron su partida a Orit cruzando por Thea. Se prepararon para partir de inmediato.
— Gracias por tu capa — Selene le dijo a Gunter con una sonrisa.
Gunter solo le dedicó una mirada y tomó la capa para después colocársela. Selene lo miró con detenimiento y esbozó nuevamente una ligera sonrisa. Ante tal acción, todos permanecieron en silencio; era como si se les hubiera helado la sangre.
— Hay que irnos ya — dijo Tommy tratando de cambiar un poco el ambiente.
Todos aceptaron sin dudarlo y subieron a sus caballos en silencio. Pasaron cerca de la zona montañosa, la cual era como si el invierno siempre estuviera ahí. El camino aún era un poco boscoso, sin embargo estaba cubierto por grandes cantidades de nieve por todo su alrededor.
— ¿A dónde fuiste anoche? — Katari miró a Selene.
— Por ahí — respondió evadiendo su mirada.
— Estabas con ese tipo, ¿cierto?
— Tal vez — miró a Gunter de reojo.
— Detén lo que sea que estés pensando — miró fijamente a Selene.
— No — le dijo con una gran sonrisa.
Katari miró a Selene por un tiempo y después soltó un gran suspiro.
— Sé que eres muy caprichosa — dijo sin mirarla — pero puedes terminar en un lío y no serás solo tú la que esté involucrada.
— Soy consciente de los riesgos — miró a Katari — y no pienso detenerme — su mirada se volvió fría —. Lo tengo muy en claro.
— Como quieras — la miró con una expresión seria — pero si algo sucede, tendrás que aceptar las consecuencias tú sola.
Selene permaneció mirando a Gunter desde lejos. Luego, miró de reojo a Katari y esbozó una ligera sonrisa llena de astucia.
— Lo sé, pero no creo que sea tan grave en comparación con la tarea que tengo en mente.
Un escalofrío recorrió la espalda de Katari en modo de advertencia. Su mirada se fue directamente al rostro de Selene, el cual tenía una sonrisa astuta grabada al mismo tiempo en que su mirada empezaba a mostrar una calma y una frialdad un tanto aterradora.
— ¿Tiene algo que ver con que hayas quemado la carta que te dio Débora? — preguntó algo temeroso.
— Tal vez — dijo dándole un ligero vistazo.
Al escuchar la respuesta de Selene, Katari guardó silencio y mantuvo su mirada al frente.
«Realmente desconozco que está planeando ahora» pensó al mismo tiempo que un largo y pesado suspiro se escapaba de su boca.
Siempre supo lo complicado que era ser un guardia de la realeza, pero sabía que, con cada día que pasaba, la situación iba a ser peor. La sonrisa emocionada de Selene le demostraba lo grave de la situación y, esta, tal vez era peor de lo que pensaba. Sin embargo, no podía hacer nada, solo tratar de que no fuera algo mucho peor.
El silencio se hizo presente nuevamente durante el recorrido, siguiendo por aquel boscoso camino, tratando de pasar lo más rápido aquel lugar. Fue así hasta que llegó la noche nuevamente. Gunter se mantenía alejado del grupo, su insomnio hacía posible que él estuviera en guardia por si algún peligro los asechaba en ese mismo instante.
— ¿Nunca duermes? — Selene se acercó a él.
— Eso es lo yo debería de decirte.
Selene dibujó una ligera sonrisa en su rostro y se sentó justo al lado de Gunter.
— ¿Qué es lo que realmente estás planeando? — dijo Gunter mientras miraba a la distancia.
— ¿Me estabas escuchando? — Selene arqueó una ceja.
— Yo también tengo que velar por mi seguridad.
— Ja, es irónico que seas tu quien lo diga — dijo mirando a Gunter.
— Quizá — volteó a verla — pero si sé que pronto moriré, al menos me gustaría encontrar una oportunidad para escapar — mantuvo su expresión neutra.
— Tienes razón — se recargó en su hombro — pero no tengo de decirte.
— …
Selene miró a la distancia y luego miró a Gunter por un tiempo hasta que él volteó a verla. La mirada fría era evidente en sus ojos, aunque, a pesar de esa frialdad, había una calma en los ojos de él que la hacía sentir tranquila. Selene dibujó una sonrisa con tranquilidad en su rostro mientras lo miraba fijamente. Gunter acarició el rostro de Selene con ternura por un par de segundos, aunque después retiró su mano y se alejó de ella.
— Deberías de dormir, el viaje será largo.
— Lo sé — asintió levemente — pero, ¿podrías acompañarme?
Gunter permaneció en silencio mirándola fijamente. Su expresión era indiferente ante la respuesta de Selene. Miró los ojos de ella, los cuales tenía un brillo bastante peculiar. Después, se dio la vuelta como si ignorara lo que ella acababa de decir.
— Necesito ir al centro de Thea — dijo Selene al ver que Gunter se iría.
— La reina tiene un caballero — se detuvo sin mirarla — ¿Por qué no la acompaña él?
Selene lo miró a la distancia con una sonrisa astuta — ¿No habías dicho que querías velar por tu seguridad? — sonrió divertida — Te estoy dando la oportunidad.
— ¿Enserio? — no pudo evitar enarcar una ceja — porque parece que me estás llevando a una trampa — se volteó a mirarla nuevamente.
— No lo haré — se levantó de donde estaba sentada con las manos en alto —; lo juro.
— No parece ser una persona de palabra — dijo sin inmutarse.
— Qué triste — lo miró fingiendo lástima — pero eso no es cierto — se empezó a acercar a él.
— ¿No? — notó que ella se estaba acercando.
— Por supuesto que no — sus ojos brillaban de astucia escondiendo lo que tramaban —. Yo nunca falto a mi palabra — le susurró al oído y le dio un beso en la mejilla.
Gunter, de manera automática, volteó a mirarla. Su expresión seguía siendo totalmente tranquila, aunque su corazón había dado un gran vuelco. Miró con detenimiento el brillo de los ojos de Selene que estaban acompañados de una sonrisa astuta; eso la hacía parecer nada más ni nada menos que un zorro astuto.
«¡Que divertido!» pensó al mismo tiempo que Selene se alejaba de él nuevamente.
Al desaparecer del campo de visión de Selene, una sonrisa se hizo más que evidente en el rostro de Gunter.

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