—De haber sabido que querías que te acompañara a este lugar, no habría venido.
—No seas aguafiestas, seguro encontrarás algo que te guste. Además, Elijah ya casi está terminando de elegir los productos, así que no tardaremos mucho.
—Para qué intento hacerte entender lo incómoda de esta situación —decía viendo como Cirrus sonreía de forma descarada.
—Lo siento, pero el látigo favorito de Elijah se rompió, así que está parada era necesaria.
—Ugh, no me interesa, los estaré esperando afuera. —declaraba Víctor saliendo del área cerrada.
Entrecerró los ojos, al notar algo que llamó su atención.
—Debo de estar soñando —decía yendo hacia donde creyó haber visto el cabello liláceo. Una pequeña silueta, iba de un lado a otro, parecía que buscaba algo. Seguía avanzando, debía saber si sus ojos lo estaban engañando o en verdad los dioses se encontraban sonriéndole.
Los luceros rubíes, seguían analizando las opciones disponibles que ofrecían.
—Woau —exclamó al ver toda la variedad de consoladores. Los tamaños y formas humanas, aquellos que simulaban tentáculos y demás cosas. — Sofía no mentía, lo tienen todo... Eso debe de doler —decía abriendo los ojos como platos al ver algunos vibradores peculiares en acción.
A pesar de la variedad, no lograba encontrar algo que fuera parecido a lo que estaba buscando.
—Nunca imaginé que serias partidario de usar, eso. —proclamaba inclinándose para poder susurrarle a aquella delgada figura. La mandíbula del beta cayó, intentaba articular palabra, pero le era imposible. El intenso deseo por borrar de la cara de Víctor con un puñetazo aquella sonrisa burlona se intensificaba.
—Ian, creo que lo encontré, recorrí toda esa área —la alfa avanzaba hacia Ian con la cabeza abajo. —y este es lo que más se acercaría al miembro de tu socio, ¡grande y grueso! —exclamó con entusiasmo, el beta sintió como si toda la sangre se fuera a sus pies. No podía moverse y, sentía como sus mejillas hervían. —o ¿tú qué opinas? —Sofía estiraba la mano hacia el beta, pero no obtenía respuesta. —vamos tómalo, mira su tamaño y dime si te sirve, sino creo haber visto por allá uno de tamaño descomunal que puede servirte jajajaja —añadía soltando una carcajada.
—Umm creo que le faltan algunos centímetros. —la voz grave hizo que la alfa alzara su mirada. Ver a Víctor parado detrás del beta, causó que Sofía soltara un pequeño grito. Sus ojos brincaban del alfa al beta.
—Estoy jugando, ja ja esto es para mí, totalmente para mí.
— Sofía, —el semblante de Ian le dejaba saber que debía parar de hablar. —vámonos.
Comenzaron a avanzar hacia la salida, hubiera deseado salir corriendo de ahí, pero no le daría la satisfacción a Víctor.
—¿A dónde vas?
—Necesito pagar esto.
—¡Sofía!
—No tardo, puedes ir encendiendo el carro. —declaraba aventándole las llaves. Lo menos que podía hacer era comprar aquel vibrador, de esta manera la vergüenza que habían pasado no sería en vano.
Tan pronto atrapó las llaves, sus pies parecían moverse aún más rápido que antes, la luz del exterior en esos momentos resultaba sentirse como su salvación. Se hallaba maldiciendo al aire después de ingresar al vehículo, necesitaba sacar la vergüenza y la frustración que sentía en su pecho.
—Ian —Sofía arribó después de unos minutos. —creo que en verdad necesitas hacerte una limpia. —añadía entregando la bolsa con mercancía que acababa de comprar.
—¿Será posible que el bastardo me haya puesto un rastreador? —dijo casi en forma de susurro, apretando la bolsa. La alfa notó que el beta comenzaba a sonar como alguien conspiranoico.
—No... creo que eso sea posible, quizás el destino intenta decirte algo. —Ian guardó silencio por unos segundos.
—Si el universo está intentando decirme algo, es que me encuentro pagando el karma de mis vidas pasadas.
—Oh... que deberías acostarte nuevamente con él.
—¿¡Qué demonios estas diciendo!?
—Tan solo escúchame, tuviste uno de los mejores sexos de tu vida ¿cierto? —asintió. —Quizás, solo necesitas probarlo nuevamente, es como esos postres que son deliciosos y, no puedes dejar de pensar en ellos, hasta que vuelves a probarlos y, luego el antojo por comerlo simplemente se aplaca. —las palabras que en un inicio le parecieron una locura total, comenzaban a sonar como la única opción para acabar con su "mala racha".
—... Solo una vez más. —declaraba inmerso en su mente.
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Pensó que nunca volvería a estar así de avergonzado como el día que descubrió que el alfa con el que se acostó era su socio de negocios. Sin embargo, estaba muy equivocado.
—Ugh maldita sea —replicó al recordar los sucesos de hace unos días, sabía que Víctor encontraría la ocasión para recordárselo.
—Buenos días, Joven Vaughan, ¿Cómo le fue en su fin de semana?
—...Bien —respondió al ver la cara de entusiasmo de la omega.
—Me alegro, el mío también estuvo maravilloso, me divertí mucho. —el beta se limitó a sonreír, definitivamente su fin de semana había estado muy lejos de ser maravilloso.
—Por cierto, Hana, ven a mi oficina, necesito tu ayuda para revisar los últimos reportes y planificar las actividades restantes del mes.
—Por supuesto, ya voy.
Planeaba esconder su cabeza en el trabajo tal avestruz, evadir era la palabra clave para el beta. Conforme el tiempo pasaba y completaba su agenda del día, la tranquilidad comenzaba a hacerse presente.
Toquidos en la puerta tomaron por sorpresa a ambos. La omega se levantó de inmediato con el fin de verificar la razón de aquel llamado.
—Secretario Brown, ¿lo puedo ayudar en algo?
—Joven Vaughan, el presidente requiere de su presencia en estos momentos en la sala oeste —el beta asintió —Hana tendremos una reunión en 20 minutos, se requerirá de la presencia de los jefes de proyectos y sus asistentes en la misma sala.
—Claro, muchas gracias.
Se preparaba mentalmente para lo que el alfa le diría, sabía que sería algo relacionado con la tienda de adultos.
Toc toc
—Adelante.
—¿Solicitaste verme? —cuestionaba sin verle a los ojos. Víctor guardó silencio por unos instantes.
—Solo quería hablar un poco sobre el tema que se tocará en la reunión, lo creo conveniente. Últimamente debido a ciertas circunstancias, me he visto en la necesidad de revisar las cámaras. —Ian pasó saliva seca al escuchar esas palabras. Intentaba mantener la compostura a pesar de que su corazón estaba latiendo con rapidez. "No sobre pienses, no sobre pienses", repetía en su mente una y otra vez. —¿Aún no sabes por qué estás aquí?...
—Presidente Knox, no logro entender lo que intenta decir, pero agradezco que la empresa cuide de sus trabajadores. —No lo admitiría, no importaba que, negaría, negaría como si su vida dependiera de ello.
—Pff —bufó —quizás necesite mostrarte algo realmente interesante que captaron las cámaras la semana pasada. El jueves para ser específicos, —era como si cada palabra que salía de aquella boca fuera en cámara lenta —noté algo particularmente... fascinante, ¿deseas verlo? —al oír el día del que Víctor hablaba Ian alzó la vista. El alfa giraba su laptop para que este pudiera ver lo que mostraba su pantalla. Los ojos de Ian se abrieron al verse en las grabaciones.
"¡Me debes de estar jodiendo!", era lo único que podía pensar al ver como Víctor le veía, de haber estado solo hubiera azotado su frente sobre la mesa. ¿Por qué diablos se había masturbado? ¿Por qué demonios tenía que ser esas grabaciones justo las que el alfa había visto?
—... —intentaba articular sin éxito.
—Debo admitir que disfruté el espectáculo, pero si alguien más hubiera llegado a ver esto, afectaría tu reputación. Tener un representante de una compañía tan importante masturbándose en el estacionamiento de la empresa, puede hacer que los socios quieran romper lazos, en definitiva, no es algo que las personas apreciarían.
—... —su corazón seguía latiendo con rapidez, ¿qué se supone que debía decir? Víctor cerró la pantalla y comenzó a avanzar hacia él.
—¿Es por eso por lo que fuiste a comprar un vibrador? —el beta le dedicó una mirada desafiante. Podía notar como Ian apretaba la mandíbula —Te aconsejo que —la voz grave de Víctor susurraba en el oído de Ian. —la próxima vez, esperes a llegar a casa, para masturbarte.
El sonido de las puertas abriéndose hicieron que el beta se alejara del alfa. Las personas comenzaron a arribar para la reunión que se celebraría.
—Joven Vaughan —Hana vino justo a su lado —veo que ya aparto lugar. —decía al ver al beta de pie enseguida de dos asientos vacíos. Intentó responder con una sonrisa, pues las sillas se encontraban al lado de Víctor. No había de otra tendría que ignorar el hecho de que estaría enseguida del alfa.
—Ahora que estamos todos... —notó como los ojos azabaches le vieron con rapidez de reojo. —me gustaría abordar una cuestión importante. Hemos recibido algunos reportes sobre actividades algo sospechosas en el estacionamiento.
—¿Qué tipo de actividades? —cuestionaba uno de los presentes.
—Por el momento solo les diremos —declaraba Víctor. —que la prioridad de esta empresa es que se sientan seguros dentro de las instalaciones. Así que un equipo estará monitoreando con detenimiento esa área... —sentía como sus manos sudaban frio. —Yo mismo estuve inspeccionando las cámaras de seguridad estos días. —ahí estaba de nuevo esa sonrisa burlona en la cara del alfa. —Así que les aconsejo, que se comporten —podía sentir el peso de aquellos luceros negros sobre él. — y no hagan nada inapropiado.
El secretario Brown añadió un poco más sobre las medidas que se estarían tomando, podían poner mil medidas, Ian se había prometido no volver a hacer algo como lo que había hecho nunca más.
—Muchas gracias por su tiempo, espero que tengan una linda semana.
—Joven Vaughan, la reunión terminó. —expresaba Hana dirigiéndose a la salida al ver que el beta seguía sentado.
—Claro, gracias.
—Vamos Joven Vaughan, no es necesario que se quede más tiempo. Tengo el presentimiento de que esta semana será, una semana muy interesante. —exclamaba Víctor vistiendo aún esa sonrisa. —Brown, será mejor que nos retiremos.
—...Ya tuve suficiente de ese bastardo. —proclamaba viéndole alejarse. — ¿Crees que solo tú puedes ser el cazador? Veamos quien cae primero en este juego... its on bitch.

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