~Arthur Gold~

Cumpleaños: Hace unos momentos.
Gustos: Talento desarrollado.
Desagrados: Pertenencias no ganadas.
Descripción: Robot Inglés, 2 metros.

~Gi Cheong~ (Cheong Gi/정 기)

Cumpleaños: ?, 29 años.
Gustos: La ética, el progreso social, la magia, los inventos (incluso los innecesarios o tontos).
Disgustos: El azúcar, los incendios.
Descripción: Hombre coreano, 1.7 Metros de altura.

~Inventor de Arthur (Nombre real desconocido)~

Cumpleaños: ?, 50-70 años.
Gustos: El poder, la realeza, los secuaces.
Disgustos: La gente débil.
Descripción: Nadie sabe qué hay detrás de ese atuendo. 2 Metros de altura.

~Zorrillo Mascota de Arthur~

Cumpleaños: Hace unos meses.
Gustos: Arthur, las caricias, no hacer nada, los insectos deliciosos y jugosos.
Disgustos: La agresividad, el ruido.
Descripción: Zorrillo rayado. Es una cosita pequeña... 45 centímetros.

Sobre el Autor:

Ésta historia ha sido escrita en Venezuela por Zahid Armando “Residays” Diaz Pino.
El arte ha sido realizado por el artista brasileño que utiliza el nombre de usuario "Chazster"

Un agradecimiento especial a José "Squair" Sanchez, quien me ayudó a corregir esta historia.

Copyright © 2025 Zahid Armando Diaz Pino

Todos los derechos reservados.

-Light Realm: Mundo Alterno-

Parte de lo que hace que una persona tenga alma es la capacidad de pensar, ya sea emocional o lógicamente, o un equilibrio de ambas. Hay tantas personas emocionales como lógicas y, sin embargo, cada una de ellas está abocada a cometer un error en algún momento... Las emociones te dirán "¡debería haberlo hecho de otra manera!", mientras que la lógica dirá "debería arreglarlo así".

La gente y las historias dicen lo mismo una y otra vez, como un viejo disco rayado. "Piensa con lógica, no dejes que tus emociones te dominen". Pero las emociones forman parte de lo que nos hace ser lo que somos. Las emociones son abrumadoramente poderosas y pueden sacar lo mejor de nosotros, no son tan fáciles de controlar como la gente piensa. Ni hablar.

Hoy podrás ver la perspectiva de un lado emocional. Un "Mundo Alterno" en el que el amor de una persona es lo suficientemente fuerte como para que su alma se mueva y luche contra algo que, en principio, no tenía remedio... En efecto... El amor es algo muy fuerte… Hace un billón de años, en el planeta ‘Mix’, un planeta con el objetivo de obtener datos y recursos de otros planetas, un científico loco estereotípico acababa de terminar su último invento.

Mientras que Mix en este tiempo apenas era casas antiguas y campos masivos, el inventor obtuvo la mejor tecnología que la Tierra podía ofrecer, la combinó con su poderosa magia e inteligencia. Un robot extremadamente poderoso y astuto, aunque amable y diplomático, que sería el nuevo gobernante de un reino aislado lleno de campesinos mediocres. El científico exclamó alegremente "¡Sí! ¡Jaja! Sí!" cuando el robot ya estaba terminado. Los materiales más resistentes mezclados con una poderosa alma artificial fabricada a través de una magia duramente entrenada por la que el científico había esperado toda su vida. Este fue el invento de su vida, una gran creación, y tal vez uno de los mejores inventos que este reino o incluso todo el planeta había visto en toda su historia.

Al encender el robot. El robot se levantó, se examinó y declaró: "Supongo que me acaban de construir, ¿no?". Parecía confuso por tener barba a pesar de ser un robot. Normalmente, los robots no tienen este aspecto humano.

El científico rió entre dientes, respondiendo a la pregunta del pobre robot. "Desde luego, señor Arthur Gold. Eres mi nuevo y más preciado invento. Tu propósito en este mundo es bastante simple, como robot, espero que sigas órdenes sin quejarte, ¿mmm?". Juntó sus manos y conectó cada dedo uno por uno repetidamente. Este tipo tenía un aura terrible incluso para las personas menos inteligentes. Y, sin embargo: El robot había sido programado con la incapacidad de desobedecer a su inventor, pues ése era el mayor defecto de un robot: Estaban programados para seguir las órdenes de su programación y de su creador. El robot Arthur Gold no tenía más remedio que obedecer al hombre, aunque no le gustara. El científico le ordenó que se convirtiera en un gobernante, ya que el anterior rey había fallecido y les encargaron hacer uno nuevo.

Tras ser mostrada su nueva habitación, el rey oyó los gritos de un animal. Miró a su alrededor y enseguida vio que un pequeño zorrillo se había metido en la habitación por la ventana. El pobre animal se había hecho daño con la caída y pedía ayuda llorando. El nuevo rey corrió rápidamente hacia el animal y lo acarició con la mano, lanzando magia curativa en el proceso. Al hacerlo, la pobre cría dejó de llorar, gorjeo y lamió al rey para mostrarle su afecto.

Este pequeño acto de bondad y heroísmo llenó la CPU del robot de un sentimiento de felicidad. Felicidad por primera vez, y nada menos que en el proceso de salvar una vida. Se sintió bien y orgulloso de sí mismo, a la vez que feliz por salvar a una criaturita tan tan adorable y preciosa.

El científico gritó con todas sus fuerzas, pronunciando el nombre del robot barbudo. Le habían citado en el balcón para presentarse a los aldeanos. Se inclinaron, para la angustia de el robot, sólo para ser aceptados por el rey.

El rey dejaba una mirada en el inventor y el otro en el zorrillo para cuidarlo. Lleno de curiosidad por el esponjoso animal blanco y negro, examinando su comportamiento, acariciándolo, disfrutando de su felicidad y descubriendo lo relajante que resultaba acariciar a un animal...

A partir de ese día, pasaría la mayor parte del tiempo obsesionado con el zorrillo. Lo criaba como mascota, lo que sólo provocaba comentarios extraños de la gente. Algunos incluso lo acusaron de apestar el lugar. Pero aun así, al rey Arthur no le importaba, lo único que quería era amar a su recién conocido amiguito animal.

El primer mes, el científico no dejó de hacer preguntas y dar "consejos" no solicitados al Rey. Haz esto, haz lo otro. ordenó el científico, lo que molestó mucho al Rey, pero no tuvo más remedio que obedecer. Rápidamente se dio cuenta de que su programación le estaba limitando... estaba influido a escuchar sus órdenes, aunque no necesariamente tenía que obedecerlas todas. Eso estaba claro.

Al segundo mes, le ocurrió un hecho que le haría darse cuenta de algo impactante, que más tarde borraría de su memoria de lo traumatizante que fue.

Encontró a su inventor saqueando el cadáver del rey anterior; había ido al cementerio de la ciudad local a presentar sus respetos mensuales a los caídos. Confundido, se acercó al inventor, haciéndole una pregunta quizá demasiado informal para él. "¡Dios santo! ¿Qué demonios está haciendo ahí? Puede que sea incapaz de objetar en la muerte, ¡pero me opongo a esto! Usted... ¡explíquese, por favor! Seguro que tienes una excusa razonable y comprensible".

El inventor le miró, se rió y contestó: "Este rey... su corona tenía una gema muy bonita... ¡una gema que encierra una inmensa cantidad de poder! Tengo que ponerla en uso... ¿Cómo podemos permitir que se desperdicie un artefacto tan grande como este? ¡Al diablo con los malditos muertos! No pueden quejarse cuando están atrapados en un ataúd a dos metros bajo tierra".

No respetar a los muertos... ¿podría ser esta la clase de persona con la que estoy tratando? Y hacerlo por poder... No puedo... ¡No puedo vivir con este recuerdo! ¡De ninguna manera, por el amor de Dios!

Sin aguantar la tensión en el CPU, camine a mi habitación del castillo asegurándome de no causar una escena para que la gente del pueblo no se preocupara. Cuando llegué allí, miré en mi propio SO, y escaneé mi propio recuerdo de la escena de hace un momento.

Sí, no había duda. Desde el poco tiempo que observé el cadáver de ese rey, noté rastros de veneno... eso no mejoró las cosas. En absoluto... ¿podría haber sido hecho a propósito? ¿Y ahora me dan esta enorme responsabilidad?

Me sentí tan culpable... no pude evitarlo... desde mi SO, tenía acceso sudo. No tengo otra opción aquí. Borré mi memoria de este suceso pero me dejé una nota para el futuro.."Ten cuidado con ese Inventor, no confíes completamente en él sin pensarlo dos veces".

...Ah. ¿Qué ha pasado? Debía de estar ensimismado… El rey Arthur pasó semanas cavilando sobre lo sucedido, lo que debía hacer y cómo prepararse para el combate. Se pasaba toda la noche entrenándose mágicamente; aun sabiendo que debía ser perfecto, no podía arriesgarse a un solo fallo. Mejor prevenir que curar, como suele decirse.

Al final, un día, recibió la visita de una extraña fuente. "¡Hola, Sr. Gold! Soy Gi Cheong, el Super Investigador. ¿Podría quizás tener una charla rápida con usted?"

"Ah, por supuesto. No estoy muy ocupado en este momento. ¿De qué se trata?" El Rey Arthur respondió al joven, tenía la piel clara, el pelo largo y rizado de color negro, gafas redondas y un traje elegante a pesar de la época en la que se desarrollaba esta historia....

"Me he enterado de todo lo que usted y su inventor han estado pasando. Me hace mucha ilusión que tal vez pueda dar alguna ayuda con la investigación que he acumulado a lo largo de los años. Creo que eso ayudaría, ¿verdad?".

"Estoy seguro de que seré capaz de llegar a una respuesta una vez que eche un vistazo a lo que quiera presentarme, señor Cheong". Dicho esto, Gi mostró al Rey Arthur varios documentos que Arthur escaneó con la misma rapidez.

Gi dijo entusiasmado: "He investigado mucho sobre las almas. De lo que más me he dado cuenta es de que las almas están ligadas a tus emociones y a tu salud mental y física. Cuanto más feliz te sientes contigo mismo y más sano estás, más fuerte es tu alma. En cierto modo, el amor por alguien es lo más fuerte que se puede imaginar. Jeje".

"Amor, eh..." Arthur miró a su lado, echando un vistazo a su zorrillo mascota que dormía relajadamente en el suelo. Su amor por los animales era algo muy fuerte, tenía un fuerte deseo no sólo de protegerlos, sino también de alimentarlos y acariciarlos.

"No estoy muy seguro de lo que haría si perdiera algo que amo, espero que ese momento nunca llegue".

"¡Jaja! ¡No tienes de qué preocuparte! ¡Oh, también! Eso me recuerda... que iba a enseñarte otra cosa. ¿Te interesa, amigo?"

"...Lo que tu digas, amigo.". "¡Contempla, Rey Arthur Gold! ¡La investigación de mi vida! O, bueno... ¡los últimos años! Bajaha..." Su excéntrico entusiasmo fue extrañamente bien acogido, ayudando al rey a calmarse dada la situación en la que se encontraba. El estrafalario investigador ilustró varias imágenes en la sala a través de su alma. Después de reírse de la emoción, siguió: "¡He descubierto algo que nadie sabía antes! Resulta que después de que alguien muere, su alma permanece durante varios años, descomponiéndose lentamente... Esta alma puede tener muchos usos...

Puede ser un espectador, o tal vez su poder puede ser absorbido o reutilizado en otra cosa... ¡¡¡Aahhh!!! ¡¡Sólo de pensarlo me vuelvo loco!! Las posibilidades son infinitas... ¡De hecho, abriría todo un dilema moral! ¿Deberíamos dejar descansar las almas de los muertos, o podríamos utilizarlas para avanzar como sociedad? Tú decides".

"Ahh... erm..." El Rey Arthur, incómodo por la situación, se levantó y se acercó a él. "Eso es... todo un chisme de información lo que tienes ahí, amigo. Pero, ¿por qué la compartes conmigo?".

"¡Porque quiero que alguien escuche mis avances, y entonces podrá decidir qué hacer con ellos! Por favor... ¡Déjeme trabajar a sus órdenes, señor Gold!".

Gi se puso de rodillas y se inclinó ante Arthur. Éste se estremeció y extendió las palmas de las manos. "Basta ya. Podemos hablar de esto sin payasadas innecesarias. Pero aún no puedo dejarte entrar en mi castillo, así que esto tendrá que hacerse aquí o en tu casa".

"¡Vale! Por mí, perfecto". El extraño dúo entró entonces en el laboratorio del investigador vestido de steampunk, allí dentro, los ojos del robot brillaban de curiosidad al descubrir varios artilugios que nunca antes había visto. Eran, presumiblemente, fabricados por el propio Gi. Gi aplaudió emocionado. "¡Excelente! Parece que tenemos un amigo curioso".

"¿Qué piensas hacer exactamente con todo esto?". Dijo el robot intrigado. "No veo ninguna razón para que tengas todo esto para ti solo. Sin socios, sin empleados, ¿quizás estás planeando algo a mayor escala?"

"Ja... Supongo que sí, señor Gold. La verdad es que quiero reunir la mayor cantidad posible de investigaciones sobre estos temas, y luego hacerlas accesibles a todo el mundo, quizá para que algún día se puedan poner en práctica. Eso sí; me gustaría quedarme con los derechos de autor y que todo se utilice de forma ética".

Gi sonrió y mostró alrededor de la complejidad de su propio laboratorio para el rey robot, diciéndole chismes de información y explicando varias cosas acerca de su trabajo junto con la información que no importaba mucho de todos modos ... A pesar de todo, el rey Arthur escuchó todo lo que tenía que decir, por primera vez en su vida, estaba realmente interesado en algo.

Gi entonces extendió los brazos, apuntando al cielo. "¡Ahora dejad que os explique más cosas chulas que he descubierto!".

El rey y el científico hablarían de sus objetivos y motivos, junto con otros muchos aspectos de sus propias vidas, incluso de lo mundano. Habían llegado a caerse bien mutuamente, y así seguirían durante este segundo mes y el siguiente tercero. Un día cualquiera, se reencontraron después de una semana sin verse en absoluto.

Gi estaba emocionada de ver a Arthur. "¡Ah, Sr. Gold! ¿O debería decir... Arthur? Me alegro mucho de verte". Le ofreció un abrazo, al que el Rey Arthur no siguió. Luego pareció decepcionado y un poco triste.

Arthur se cruzó de brazos. "Lo siento, todavía no estoy acostumbrado a la atención física. ¿Cómo va todo?"

"¡Va bien! Estaba pensando en lo que pasó hace un par de semanas... cómo... tropezaste accidentalmente con tu zorrillo mascota, jaja..."

"Ah... ¿qué? ¿De qué estás hablando?"... "¿Eh?" Confundidos, los dos hablaron un poco sobre la situación. Parecía que el rey estaba borrando tontamente sus propios malos recuerdos. "¡Arthur! No deberías hacer eso. Los errores son la forma de aprender a hacer las cosas, ¡y tú eres de la realeza! La historia nos permite aprender lo que no hay que hacer".

"Ah... Quiero decir, seguro que un científico como usted no comete tantos errores como podría cometer yo (suponiendo que cometiera tantos)...". "No exactamente".

Cheong Gi, el Super Investigador, utilizó su brazo artificial para deslizar una pared mediante telequinesis. Allí, mostró al Rey Arthur un montón de artefactos rotos y todo tipo de chatarra. "Aquí es donde almaceno mis errores por si quiero reutilizarlos en otro proyecto en el futuro. La vida no es fácil... ¡¡¡además, colega!!! ¡¡¡Mira mi brazo y mi pierna!!!"

"Ah, claro, erm..." El Rey Arthur echó un rápido vistazo a su prótesis steampunk, luego miró a un lado avergonzado. "Tal vez mi forma de pensar y actuar fue increíblemente tonta... Pido disculpas".