Please note that Tapas no longer supports Internet Explorer.
We recommend upgrading to the latest Microsoft Edge, Google Chrome, or Firefox.
Home
Comics
Novels
Community
Mature
More
Help Discord Forums Newsfeed Contact Merch Shop
Publish
Home
Comics
Novels
Community
Mature
More
Help Discord Forums Newsfeed Contact Merch Shop
__anonymous__
__anonymous__
0
  • Publish
  • Ink shop
  • Redeem code
  • Settings
  • Log out

balas y diamantes

Capitulo5: Entre Ruinas y Determinación

Capitulo5: Entre Ruinas y Determinación

Jul 23, 2025

James descendió del carruaje con la agilidad contenida de un hombre que, aunque entrenado en la compostura, sentía hervir la sangre ante la visión de su patrimonio reducido a escombros. El aire se volvió denso, inmóvil. La puerta del establecimiento colgaba como un párpado a medio cerrar, rota, inútil. Los cristales,  centelleantes bajo la luz del sol, yacían diseminados como lágrimas rotas sobre el suelo polvoriento.

Tom Vargas, aún montado, descendió en silencio. Observó con ojos entrecerrados la escena y luego posó su mirada en James. No hubo necesidad de palabras; el desastre hablaba por sí mismo.

—Esto no fue obra del azar —musitó Tom con gravedad—. Aquí hubo odio… y planificación.

James asintió mientras sus pasos lo llevaban hacia el interior del taller, ahora en ruinas. Restos de vitrinas astilladas, herramientas desaparecidas, las joyas —fruto de años de esfuerzo— robadas sin piedad. Clara, aún dentro del carruaje, bajó lentamente. Observaba todo con ojos de niña vieja. Aquella imagen de destrucción caló en su alma como un recuerdo anticipado.

Desde la colina, oculto tras la maleza, un hombre de abrigo largo y mirada pérfida contemplaba la escena con delectación. Henry Blackwell no necesitaba estar cerca para saborear la derrota de su enemigo. Apretó entre sus labios una rama de menta seca mientras soltaba una carcajada contenida y descompuesta, como el graznido de un cuervo envenenado.

—Jajajajaja... —susurró para sí mismo—. A ver si sonríes después de esto, señor positivo.

Pero en el rostro de James no había desesperación, sino una fuerza templada: la misma que el fuego no consume. Se volvió hacia Tom Vargas, cuyos ojos ahora lo evaluaban con un respeto renovado.

—No me arrodillaré ante esto —dijo James con voz firme—. Que hayan destruido mi taller no significa que hayan vencido mi causa.

Tom se cruzó de brazos y le ofreció una mirada aprobatoria.

—Bien dicho. El mundo pertenece a quienes, incluso pisoteados, saben reconstruirse con más elegancia que antes. Ahora más que nunca, te necesitamos en el grupo.

James respiró hondo, y al hacerlo sintió que algo profundo en su interior se reactivaba: la voluntad de permanecer, la furia silenciosa de un alma noble que se niega a ceder.

Y Clara, de pie entre ruinas, comprendió que su destino ya estaba entretejido con el de aquel hombre. Tal vez no con el romanticismo de los libros, sino con la cruda realidad de quien ha aprendido que el amor, a veces, se forja en medio del caos y se sostiene con promesas de reconstrucción.

Así cayó la tarde, como un telón suave sobre una escena trágica, pero no final. Porque todo final es también un comienzo, y la historia apenas empezaba a perfilar a sus verdaderos protagonistas.


Durante el día, estuvieron reparando la casa, al menos lo suficiente para poder dormir esa noche.

—Yo no te dejaré solo —dijo Tom Vargas, con voz sonriente—. Mañana traeremos personal para reconstruir tu tienda. Además, te daré nuevas joyas y materiales. Agradece que no dejaron esas piedras aquí… si no, también se las habrían llevado.

Nadie sabía con certeza quién había robado el local. Sólo se sospechaba de bandas con modus operandi conocidos por su eficiencia al asaltar trenes y bancos sin causar muertes, usando explosivos para abrir cajas fuertes. Se desplazaban por el sur y el medio oeste de EE. UU.

Clara tenía un presentimiento. Quería hablar, pero algo la impulsaba a guardar silencio. James, atento a su expresión, le preguntó:

—Clara, ¿deseas opinar o hablar de otro tema?

—Soy una mujer de casa, casi no conozco nada —respondió—, pero… si estos ladrones roban todo lo que encuentran, ¿le habrán robado también a ese pervertido que vino a obligarme a ser su mujer? Tú me dijiste que también era joyero, y que te tenía envidia.

Tom Vargas frunció el ceño:

—¿Quién es ese sujeto?

—Es aquel que entró al bar cuando nos conocimos —explicó James—. Me amenazó, pero lo enfrenté. Luego fue a la tienda al ver a Clara, con intenciones claras. No lo dejé pasar de la raya. No creo que haya hecho esto… deduzco que fueron ladrones comunes.

—¿Anteriormente han robado otro negocio?

James se detuvo a pensar.

—Hace cuatro meses asaltaron el banco, de madrugada. Tal vez sean los mismos. He notado gente merodeando mi negocio. Es lo único que me queda. Más que aceptar que me robaron, quiero entender por qué.

—Bueno, anímate —dijo Tom, sonriendo—. Como dicen, todo tiene solución menos la muerte. Afortunadamente eres parte del grupo, y te apoyaré para restaurar tu tienda.



—Hablando de dinero… —James corrió hacia una sección entre los escombros, movió una palanca secreta que no parecía una chapa y abrió una pequeña puerta en el suelo. Bajó unas escaleras ocultas y encontró su caja fuerte intacta.

Tom Vargas se acercó, curioso.

—¡Ah, vaya vaya! Bien hecho. Veo que no guardas tu dinero en el banco.

—Claro que no —respondió James—, especialmente en este lugar donde los robos son frecuentes. A veces dudo que el mismo banco no se robe su propio dinero para fingir asaltos.

Tom soltó una breve carcajada, visiblemente impresionado.


Una semana después, la tienda había sido completamente restaurada por el personal contratado por Tom Vargas. James le estrechó la mano.

—¿Cómo puedo pagarte este favor?

Tom le sostuvo la mano con firmeza:

—Somos un grupo cerrado y unido. Cuando alguien necesite ayuda, no se le niega, ya sea a mí o a cualquier otro miembro. Aquí no competimos por ver quién ayuda más. La riqueza es inestable. Ser ricos no garantiza permanecer siéndolo. Siempre hay tiempos buenos… y tiempos malos.

James le ofreció llevarlo a casa. Tom aceptó, y James pidió a Clara que los acompañara. Pero antes de partir, Tom le propuso contratarle un guardaespaldas para cuando tuviera reuniones de negocios. Uno experto en el tiro perfecto. Decidió quedarse un tiempo más con James y, de paso, enviar un telegrama solicitando que lo recogieran… y que trajeran al francotirador.

Tras enviar el telegrama, y llegada la respuesta, Tom presentó a su nuevo guardaespaldas:

—Su nombre es Robert James.


Mientras tanto, Henry Blackwell trabajaba en su negocio, convencido de que todo estaba deshecho. Decidió ir a ver si James lloraba o se había resignado. Montó su caballo, silbando de alegría, pero esa felicidad se desvaneció al ver que la tienda había sido restaurada… incluso mejor que antes.

Creyendo que habría un nuevo dueño, entró como si nada. Pero encontró allí a Robert James, Tom Vargas y a Clara, quien fue la primera en verlo… y decidió retirarse de inmediato. James, al verla, le indicó:

—Ve a la parte posterior.

Tom notó algo extraño en el visitante, y Robert James se puso en guardia: si James había pedido que Clara se fuera, este hombre no era de fiar.

—Sé que me comporté mal la vez pasada —dijo Henry, hipócritamente—. Pero vine a disculparme.

James lo miró con frialdad.

—Está bien. Pero aléjate de la chica.

Tom y Robert se miraron, incrédulos. Nadie creía en esas disculpas.

Henry intentó darle la mano a James, pero Robert se la apartó de un golpe seco.

—La amistad no es fácil. Se gana. Te estaré observando. Y, a todo esto… ¿a qué viniste? Dicen que tú también eres joyero. ¿Cómo va tu negocio?

Henry intentó mantener la compostura, pero algo en su voz comenzaba a desmoronarse…

Henry Blackwell extendió la mano hacia James, pero Robert James la apartó bruscamente con un golpe seco.
—La amistad no es fácil —le dijo con tono firme—. Se gana. Te estaré observando.
Hizo una pausa, como si el aire se hubiera vuelto más denso.
—Y bien... ¿a qué has venido? Dicen que eres joyero, igual que James. ¿Cómo va tu negocio?

Henry contuvo su incomodidad, manteniendo una sonrisa templada.
—Bueno... mi negocio fue destruido —respondió con voz serena, casi resignada—. Aunque, por lo visto, el de James sigue intacto. Supongo que Dios lo cuida...

Luego, con un gesto más afable, añadió:
—Vine a proponerle que trabaje conmigo.

—Lo tendremos en cuenta —respondió Tom Vergas, sin mucho entusiasmo.

Henry asintió lentamente y se giró hacia la salida. Mientras atravesaba la puerta, una sombra de perversidad cruzó por su rostro.
“Enviaré a mis hombres... secuestrarán a tu chica. Clara será mía. Lo juro.”

custom banner
fenixmarket777
golden phoenix

Creator

El negocio de James fue completamente destruido. ¿Qué ocurrió? ¿Quién querría arruinarlo? ¿Fue un asalto, o qué crees tú?

Comments (2)

See all
oams comics
oams comics

Top comment

james es un joven muy valiente...la verdad, el tal henry es un ben antagonista, lleno de envidia, codicia.

3

Add a comment

Recommendation for you

  • Silence | book 2

    Recommendation

    Silence | book 2

    LGBTQ+ 32.2k likes

  • Secunda

    Recommendation

    Secunda

    Romance Fantasy 43.1k likes

  • The Sum of our Parts

    Recommendation

    The Sum of our Parts

    BL 8.6k likes

  • Find Me

    Recommendation

    Find Me

    Romance 4.8k likes

  • What Makes a Monster

    Recommendation

    What Makes a Monster

    BL 75.1k likes

  • Siena (Forestfolk, Book 1)

    Recommendation

    Siena (Forestfolk, Book 1)

    Fantasy 8.3k likes

  • feeling lucky

    Feeling lucky

    Random series you may like

balas y diamantes
balas y diamantes

511 views8 subscribers

Texas, 1875. James Walker es un joven joyero autodidacta con un talento inusual para las piedras preciosas. Su vida da un giro inesperado tras recibir una carta de un exclusivo círculo de millonarios. Lo que parecía ser una simple oportunidad de negocios lo arrastrará hacia una red de envidias, secretos y traiciones, donde nada es lo que parece. En este primer episodio, la calma es solo el preludio de una tormenta.

Subscribe

14 episodes

Capitulo5: Entre Ruinas y Determinación

Capitulo5: Entre Ruinas y Determinación

39 views 5 likes 2 comments


Style
More
Like
List
Comment

Prev
Next

Full
Exit
5
2
Prev
Next