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Necrófagos: El Despertar De Los Caídos

Trgedia

Trgedia

Jun 26, 2025

This content is intended for mature audiences for the following reasons.

  • •  Blood/Gore
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Permanecimos en la oscuridad, esperando los primeros rayos de sol. Ese sería el momento en que los engendros abandonarían los alrededores, pero por ahora, estábamos atrapados en un infierno de gruñidos y crujidos. El sonido de sus pisadas arrastrándose por la tierra húmeda era cada vez más fuerte, el aire se llenaba de un hedor pútrido que hacía imposible respirar. Agarré con fuerza la mano de Adell, mis dedos temblorosos apretaron los suyos hasta que los nudillos palidecieron. No dijo ni una palabra, pero su respiración entrecortada delataba el miedo que intentaba ocultar.

¡Crujido!

El sonido de algo rompiéndose bajo el peso de una pisada me hizo estremecer. Adell se aferró más a mi cuerpo, clavándome las uñas en el brazo. El ruido se repitió, una y otra vez, cada vez más cerca, cada vez más fuerte.

¡Crunch! ¡Crujido! ¡Crujido!

El aterrador sonido era como si el propio suelo se resquebrajara bajo la presión de aquellas hambrientas criaturas. No podía soportarlo más. Tenía que saber qué estaba pasando, así que, con cuidado, me acerqué a las bisagras de la puerta y eché un vistazo.

Lo que vi me dejó sin aliento.

Un grupo de necrófagos, con sus cuerpos grises y deformes cubiertos de llagas supurantes, arañaban la puerta de la cabaña que teníamos delante. Sus dedos, largos y retorcidos, se clavaban en la madera podrida, desgarrando las astillas con cada movimiento, trozos de carne putrefacta cayendo de sus dedos. En ese momento, la puerta cedió ligeramente y un chillido agudo escapó de las bisagras oxidadas. Uno de ellos, con la mandíbula colgando hacia un lado, gruñó con avidez mientras hundía las garras en la rendija abierta.

¡Grieta!

Con un fuerte golpe, la puerta se partió en dos. Un hombre salió de la choza, empuñando un bate de béisbol oxidado, con los ojos inyectados en sangre y la respiración entrecortada, reflejando un rostro desfigurado por el miedo y la rabia.

-¡Ahhh! ¡Cabrones! -gritó, y se abalanzó sobre los necrófagos con una furia desenfrenada.

El bate se estrelló contra el cráneo de uno de ellos y un sonido húmedo y crujiente resonó en el aire.

¡Grieta!

Fuerte y clara, la cabeza del necrófago crujió como una calabaza podrida, un chorro de sangre oscura salpicó su cara y a su alrededor, trozos de cerebro grisáceo cayeron al suelo, mezclándose con el barro. Pero la criatura no cayó. En lugar de eso, se tambaleó hacia atrás, con la cabeza colgando hacia un lado mientras un gruñido gutural escapaba de su boca. El hombre no tuvo tiempo de reaccionar antes de que otro necrófago avanzara hacia él, clavándole los dientes en el hombro y arrancándole un trozo de carne con un rápido movimiento. La sangre brotó a borbotones, empapando su camisa y salpicando los rostros de las criaturas que lo rodeaban.

-¡Arggg! -El grito del hombre resonó en la noche, un sonido desgarrador que me heló la sangre en las venas.

Sin perder tiempo, otro de ellos, con los ojos vidriosos y la boca llena de dientes afilados y rotos, se abalanzó sobre su cuello, abriendo sus fauces como las de una serpiente antes de cerrarse con un ominoso chasquido. Los dientes se hundieron en la carne, desgarrando la yugular con facilidad. Un chorro de sangre caliente salpicó el suelo y el cuerpo del hombre se desplomó como un saco de huesos. Los necrófagos se lanzaron sobre él, sus manos y sus bocas desgarraron lo que quedaba de su cuerpo. Los sonidos de la carne desgarrada y los huesos rotos llenaron el aire, acompañados por los gruñidos guturales de las bestias.

-¡Ahh... papá! -De repente, un grito ahogado salió de la vieja choza de donde había salido el hombre.

Mi mirada se dirigió hacia aquel lugar, y vi a una mujer joven, de rostro pálido y desencajado, tapando la boca de una niña que lloraba desesperadamente. La luz de la luna iluminaba tenuemente su silueta, revelando el terror en sus ojos. Los necrófagos, atraídos por el sonido, levantaron la cabeza de su festín. Sus rostros, cubiertos de sangre y trozos de carne, se volvieron hacia la cabaña con una expresión de hambre insaciable.

-¡Ahhh! ¡Mamá! -La voz de la niña era un gemido desesperado, pero su madre no pudo hacer otra cosa que abrazarla e intentar silenciarla, esperando no ser notada por las bestias que devoraban a su padre.

Los engendros abandonaron el cadáver del hombre, ya irreconocible, y se dirigieron a la cabaña. Uno de ellos, con la boca llena de sangre y trozos de carne, gruñó mientras avanzaba. La puerta de la cabaña se abrió de par en par, sin oposición, y los engendros se arremolinaron como un enjambre, corriendo a saciar sus estómagos.

-¡No! ¡Por favor! La voz de la mujer gritó en agonía, en un último y desesperado intento por sobrevivir.

El primer necrofago la agarró por el brazo y sus garras se hundieron en su piel. Gritó, pero el crujido de los huesos ahogó el sonido cuando otro ghoul le mordió el cuello. La sangre brotó como un manantial, empapando el suelo de tierra. La niña, paralizada por el miedo, sólo pudo contemplar cómo devoraban a su madre con inmensidad, el peluche que llevaba en las manos cayó al suelo atrayendo la atención de las bestias. Una de ellas se abalanzó sobre ella, sus fauces se abrieron para cerrarse alrededor de su cabecita.

¡Grieta!

Lo último que oí fue el crujido de su cráneo. No podía seguir mirando. Me aparté de la puerta, con las manos temblorosas mientras intentaba con todas mis fuerzas contener las náuseas. Adell estaba a mi lado, con la cara hundida en mi hombro para sofocar los sollozos. Hacía tiempo que habían dejado de oírse los gritos de la mujer y la niña, sustituidos por el sonido de la carne devorada y los huesos aplastados.

El aire olía a muerte y desesperación. Y sólo podía esperar que el sol llegara pronto, antes de que aquellas criaturas encontraran nuestra puerta. Agarré a Adell y lo abracé con fuerza, queriendo borrar la escena que acababa de presenciar. Con la respiración entrecortada, sentí que el tiempo se había detenido en esta choza destartalada.
cristian3145544823
christian M

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