—Al fin te levantaste dormilón, ¿podrías despertar a Renee? Ustedes dos sí que se tomaron muy en serio lo de beber hasta que olvidemos nuestros problemas. —declaraba Sofía colocando un pancake más a la pila que se hallaba ya en la mesa.
—¿Y Penélope?
—Le llamaron de su trabajo, al parecer hubo una situación algo urgente, así que tuvo que irse. —el beta se dirigió a la recámara para despertar a su amigo, además de lavar sus dientes y cara. Sentía como su cabeza punzaba, pero era soportable.
—Vamos Renee, estaremos esperando por ti en el comedor. Arriba —expresaba moviendo el pie del omega, quien soltaba un quejido y volvía a envolverse en la sábana.
—Déjame adivinar, ¿no se levantará?
—Creo que aún no, ya sabes cómo es, le encanta dormir y más tras una noche de alcohol. —notaba esa expresión en el rostro de la alfa, esa gesto que le dejaba saber que iba a preguntarle algo.
—... Estabas bromeando ¿cierto? —los ojos del beta le veían confundido. —respecto a lo que dijiste de tener ese tipo de relación con Víctor.
—... ¿Quieres que sea honesto?
—Ian, no puedes estar hablando en serio.
—Sofía, incluso tú me dijiste que debía acostarme de nuevo con él para quitarme las ganas.
—Volver a tener sexo con alguien y mantener ese tipo de relación son cosas muy diferentes.
—Lo sé, pero no importa, solo es sexo.
—¿Estás seguro?
—Por supuesto. —mordía sus labios por inercia, era como si su cuerpo estuviera negando aquella afirmación.
—Ian, me cuesta creer eso, comparaste a Víctor con Luka. ¡Con Luka!, tú y yo sabemos que nunca habías hecho eso con todos los pretendientes que has tenido.
—Tan solo comparé la calidez de su abrazo, no es gran cosa —la alfa podía notar el tono de molestia en la respuesta de su amigo, sabía que seguir hablando de eso no era algo que lo pondría de buen humor.
—Has tenido pretendientes que te han tratado tan bien y, ni una sola vez los comparaste, ni en la forma en la que te trataban, ni en la manera en la que sonreían al verte... ni una sola vez llegaste a compararlos con Luka, porque sabes que eso no es algo normal, no es algo que puedas decir a la ligera. Ian... no creo que solamente sientas atracción física hacia Víctor.
—Tch —chistó —en verdad no necesito sermones a estas horas de la mañana. —entendía la preocupación de Sofía, pero no se encontraba de humor para tener que aclarar lo que estaba o no sintiendo en esos momentos. —perdón no quise sonar grosero, pero no quiero pensar demasiado en esto. Si llego a tener o no una relación basada en solo sexo con Víctor, será solo eso, sexo. Sé que fue demasiado haber mencionado a Luka, no sé por qué lo hice ni siquiera lo sentí así —mentía; sin embargo, confiaba en que su amiga no lo notara. —seguro es porque no he tenido relaciones con más gente aparte de ellos dos. No obstante Víctor y Luka no son para nada parecidos... nada en absoluto.
—Tan solo me preocupa que entres en esta relación con tus sentimientos expuestos y él, solo vea esto como algo carnal.
—¡No hay ningún sentimiento, Sofía! Estaba borracho y ese maldito alfa es la única persona con la que tenido sexo además de Luka, así que no tienes de que preocuparte.
—Te gusta engañarte.
—¡Basta Sofía! ¿Tan solo puedes parar? Entiendo tu preocupación, en verdad; sin embargo, soy un adulto así que puedo decidir que quiero o no hacer. —la alfa no dijo nada más al respecto, pero su mirada dejaba ver lo que esta pensaba.
—Ahh ¿Qué hay para desayunar? —cuestionaba somnoliento rompiendo el silencio incómodo Renee.
—Puedes preguntarle a Ian, yo me largo de aquí. —la alfa salió con rapidez del apartamento, dejando tras de sí el sonido del portazo.
—No le prestes atención y siéntate a comer, Sofía está algo dramática.
—Sé que Sofía debe estar preocupada por ti, pero te entiendo... la soledad pesa demasiado y a veces uno solo necesita sentirse bien, aunque sea por la dopamina que liberamos al copular.
—Gracias, Renee.
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Nunca pensó que regresar a la oficina, le haría sentir nervioso. Algunas imágenes del incidente llegaron a su mente.
—Basta, contrólate —decía en voz baja para luego inhalar profundo.
El sonido de voces a su alrededor era muy diferente al silencio que reinaba en su apartamento.
—¡Joven Vaughan es un placer verlo de nuevo! —la voz animada de James lo recibía al entrar a su oficina.
—Buenos días, James. —podía ver como la cara del alfa se iluminaba.
—Seré su asistente por un tiempo, mientras Hanna está ausente.
—Si me comentaron, muchas gracias, ojalá que podamos llevarnos bien. —James asintió con un notorio rubor en sus mejillas.
—Ian, espere —el alfa entregó una orquídea miniatura en una maceta blanca. —le compré este pequeño, ojalá le guste.
—Es hermoso, muchas gracias.
—De... De nada —oír las palabras del beta hacían que su corazón se acelerara, para el alfa Ian era una persona hermosa, deseaba pasar más tiempo a su lado. —¿le gustaría ir a com
—Es bueno tenerte de vuelta —interrumpía Víctor haciendo que James parara en seco. Los ojos azabaches se fijaron en la maceta que se hallaba en las manos del beta. —... Veo que tu nuevo asistente, está más que contento por estar bajo tu mando... —había algo en la manera en la que el alfa pronunciaba esas palabras. —me retiro, tan solo pasaba a saludar.
El alfa salió de aquella oficina apretando la mandíbula, había decidido retirarse pues no le causaba gracia haber visto aquella imagen
—Presidente, tenemos que irnos si no queremos llegar tarde a la reunión. —Víctor siguió caminando sin responder. —me pregunto que lo habrá puesto de mal humor —susurraba girando su cabeza hacia la dirección de donde venía el alfa. —mm ya veo —declaraba posando su mirada sobre el beta.
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Bzzz bzzz
—Víctor, ¿Por qué no me avisaste que vendrías? Hubiéramos podido ir a almorzar, como agradecimiento por acompañarme a buscar el regalo de Elijah. —la voz de Cyrus tenía ese tono animado de siempre.
—Tss... Hoy no estoy de buen humor para soportar ver como no se quitan las manos de encima, quizás para la próxima.
—Jajajaja que puedo decir, cuando uno está —El alfa desconectó la llamada, sin siquiera despedirse, aunque apreciaba demasiado a su amigo, en esos momentos no tenía la paciencia de soportarlo.
—¿Hay algo que le esté molestando presidente? —los ojos del alfa seguían fijos en la ventana de la limusina.
—No, en lo absoluto, ¿Por qué lo preguntas?
—Arg no me trates como un idiota Víctor, no solo he sido tu secretario ya por varios años, pero antes de eso soy tu amigo, así que es más que evidente que algo te está molestando. Los términos de las negociaciones terminaron cediendo a nuestro favor, así que dudo que tenga que ver con algo de la junta...
—No es nada.
—Eres un maldito terco, harás que envejezca antes de tiempo, bien si dices que nada te está molestando, entonces has algo respecto a esa cara odiosa que tienes el día de hoy, me pones de mal humor.
—Jajaja si no fueras mi amigo, ya te hubiera despedido por hablarme así.
—Y si no fueras mi amigo, ya habría renunciado desde hace mucho tiempo, tienes una actitud de mierda muchas de las veces. —Víctor no pudo evitar reír a carcajadas al escuchar las palabras de Laurent. A pesar de que era un beta, este nunca se limitó en decirle a Víctor lo que pensaba de él, quizás por eso tenían tantos años de amistad.
En la empresa Ian por su parte, había decidido no prestarle más atención a la forma en la que se había comportado el alfa. Tenía que ponerse al corriente después de haber estado fuera de la oficina por dos semanas pues, aunque su prima le ayudó durante ese tiempo había mucho por hacer. Perdió nuevamente la noción del tiempo, ya casi era la hora del almuerzo.
—Debería invitarlo a almorzar para agradecerle, por tan lindo detalle. —proclamaba con una sonrisa contemplando la orquídea. —James, ¿ya fuiste a comer?
—Estaba a punto de ir, ¿necesita algo?
—Perfecto, ¿me harías el honor de ir a almorzar conmigo?
—¡¿Qué?! —el alfa alzó su voz debido a los nervios y emoción que aquellas palabras le hacían sentir.
—Si no deseas está bien, no te preocupes. —decía algo avergonzado el beta.
—No, claro que me encantaría, por supuesto, si quiero. —ver al alfa responder con tanto entusiasmo, hacía que la boca carmesí sonriera.
—Entonces vayamos de una vez. —declaraba ladeando su cabeza en forma de invitación para que James le siguiera.
Ian caminó determinado en dirección al elevador.
—El comedor está en la otra dirección.
—Lo sé; sin embargo, no vamos al comedor. —llamar al ascensor, esperar a que le llevara al estacionamiento había resultado fácil, pero sintió como su cuerpo se tensó al momento de poner un pie fuera de este. La respiración del beta comenzaba a acelerarse.
—¿Ian? ¿Se encuentra bien? —la voz a sus espaldas hacía que su mente dejara de centrarse en lo que había sucedido en aquel lugar.
—Si, no te preocupes, ahora sube. —declaraba mientras desactivaba la alarma del Ferrari 12Cilindri Bianco Ártico. —Será mejor que quite esto. —decía abriendo el techo corredizo al ver como el alfa se encorvaba con el fin de caber en el automóvil. —Disculpa, olvidé lo alto que eres. —añadía sonriendo.
James le respondió con una sonrisa cálida, sentía como su corazón latía con rapidez al ver el rostro sonriente del beta. Había admirado a Ian desde el primer día que este pisó la empresa, no podría evitar quedar cautivo de su belleza y elegancia que irradiaba aun estando lejos de él.
Así que cuando le dejaron saber que sería su asistente temporalmente, su corazón saltó de alegría. No quería sentirse, así ya que la única razón por la que estaba en ese puesto era por lo que le había sucedido a Hanna, pero Ian era el primer amor platónico que el alfa había tenido así que era simplemente difícil no sonreír al tener al beta cerca.
—James ¿te gusta la comida italiana? —asintió. —Muy bien. —proclamaba pisando el acelerador.
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