—H-hermano Rio, ¿qué haces?

La voz de una Ren mucho más joven temblaba en la penumbra de su antigua casa. Frente a ella, la silueta de su hermano, Rio, se recortaba contra la escasa luz.

—¡Ren!... ¿Qué haces aquí? ¿Por qué no estás durmiendo?

La mirada de la pequeña Ren bajó a los pies de su hermano. Allí, inmóviles en el suelo, yacían sus padres.

—¿Qué hacen papá y mamá?

Una sonrisa espeluznante se dibujó en el rostro de Rio. —Estaban jugando a algo conmigo.

—¿Y qué era ese jue...? —la frase de Ren murió en su garganta cuando vio un hilo de sangre corriendo entre sus pies.

—¿Quieres jugar conmigo?

—H-hermano, ¿por qué hay sangre? —tartamudeó, el miedo helando sus huesos.

Cuando la pequeña Ren levantó la cara, la figura de su hermano se había transformado en una silueta negra y distorsionada, con una cara maniática y una intención asesina en sus ojos. Corrió hacia ella.

—¡AHHHHHH!

Ren se despertó de golpe en su nueva habitación en Norimoa, con el corazón desbocado y el sudor frío recorriéndole la frente. —Eh... solo fue un sueño.

Abrió un pequeño gabinete junto a su cama. Dentro, había una única carta. El remite decía: "De Rio, para su querida hermana Ren".

Ren la miró con una cara fría y sin emociones. —Solo un peón en su gran tablero de ajedrez... —susurró, sus ojos endureciéndose—. Solo un peón... ¿eh?

—¡Aaaaa... ESO DUELO, IDIOTA! —digo.

—¡CALLA, PERVERTIDO! —gritó Ren, seguida del sonido de una puerta cerrándose con un portazo.

Ren se agachó frente a la puerta de su propia habitación. —Ash, ese idiota. Ya no sé si son coincidencias o lo hace a propósito para verme desnuda.

Agachó la cabeza entre sus brazos y un ligero sonrojo tiñó sus mejillas.

—Aunque... me alegro de no ser un peón sin sentimientos románticos —murmuró—. Me alegra que me vea así, a pesar de que me dé vergüenza.

En un susurro casi inaudible, confesó al aire: —Te... amo... Natsu.

Inmediatamente, explotó de la vergüenza, su cara ardiendo. —¡AHhh... qué calor! Bueno, no importa —se paró bruscamente—. Debo cambiarme para ir al lugar de las inscripciones.

Esa noche, después de inscribirse del torneo y pasar un rato en el gremio, el grupo se despidió de Chizuru y Diana.

—Bueno, nos vemos mañana para hacer una misión —dijo Chizuru.

—Sí, nos vemos.

Mientras caminaban por las bulliciosas calles de Norimoa, Me estiró.

—Ya quiero darme un baño.

—Lo que digas —respondió Nagi.

—¿De qué será la misión de mañana? -dije

—No lo sé.

Ren caminaba un poco detrás, perdida en sus pensamientos. El ruido de la ciudad se desvaneció, y de repente, sintió que a su lado pasaba una figura familiar. Un escalofrío recorrió su espalda.

—¡Rio! —se giró rápidamente, pero la persona que había visto ya se perdía entre la multitud.

—¿Qué pasa, Ren? —preguntó Natsu.

—No, no es nada... Vámonos para la casa.

Más tarde esa noche, en la soledad de su cuarto, Ren sostenía la carta de su hermano en la mano. El recuerdo del día en que la recibió volvió a su mente.

(Flashback)

—Ren, cariño, te llegó una carta —dijo la abuela Riomi.

—¿En serio?

¿La leerás ahora? -dijo la abuela Riomi

—No lo sé -exclamo Ren

Bueno, ve a dormir, es tarde ya.

En su antigua habitación en Nalia, Ren miró el sobre. "Ri... o...". Lanzó la carta al suelo y se acurrucó en una esquina de su cama.

—U-una carta de mi hermano... —sus ojos se llenaron de lágrimas.

Poco a poco, se deslizó de la cama y recogió la carta. Pero al tocarla, la imagen de su hermano a punto de matarla volvió a su mente. —No puedo... leer esta carta.

Una ráfaga de viento entró por la ventana, arrancándole la carta de las manos. El papel se deslizó fuera del sobre y callo en el suelo. Lo primero que alcanzo a leer fue la frase: "Solo eres un peón en mi gran tabla de ajedrez….". Al leerlo, sus fuerzas la abandonaron y cayó desmayada al suelo.

(Fin del Flashback)

Al día siguiente, en el gremio, estaban a punto de elegir una misión.

—A ver, ¿cuál elegimos? —dijo Chizuru, mirando el tablón.

—Qué tal esa de la esquina de arriba —sugeri.

                          Matar bestia de la cueva Giori - Recompensa: 5000 lyranai

—¡5000 lyranai! —exclamó Nagi—.

¿Por qué te impresiona tanto eso? -dijo Natsu

—Porque eso es mucho dinero.

—Por lo mismo, deberá ser una misión difícil —advirtió Chizuru.

—¡Chicos! ¿Ya eligieron la misión? —dijo Naori, llegando con Ren y Diana.

—Sí, es matar una bestia.

—Esa misión... ¿no es? —murmuró Diana, su rostro pensativo y de duda.

—¿Qué pasa, Diana?

—No, no es nada.

Ren se quedó detrás, pensativa y distraída.

—Ren, ¿qué te pasa? —le preguntó Natsu. Ella no respondió—. ¿Ren?

—Ah, lo siento.

Natsu se le quedó mirando, preocupado.

Frente a la cueva de Giori, la entrada era una boca gigante y oscura.

—Guao, es gigante —dijo Naori.

—Bueno, vamos.

Usé un poco de magia para crear una pequeña bola de fuego que flotaba a nuestro lado, iluminando el camino. Mientras más nos adentrábamos, las paredes empezaron a cubrirse de picos de cristal.

—Hay muchos cristales aquí —dijo Nagi.

—Parecen de hidra —dijo Chizuru.

—¿Hidra?

—Sí —explicó Diana —Son bestias acuáticas horribles que atacan a criaturas de su propia especie. Son del tamaño de la estructura central de la ciudad y se considera una de las bestias más peligrosas y raras de este mundo. Dicen que hace poco unos aventureros entraron aquí y no salieron. Solo encontraron sus cadáveres con partes medio quemadas.

Ren y Naori se estremecieron.

Llegamos a un lugar sin salida.

—Y ahora, no podemos seguir —dijo Chizuru.

—Miren, la pared. Parece una puerta —señalé.

Todos empezamos a buscar un mecanismo.

—¡Encontré algo! —gritó Naori.

Haber- dijo Chizuru

¿Un libro?- dijo Nagi

Habrelo Naori- ordeno Chizuru

SI- dice Naori

Al abrirlo, solo había una página desgastada con figuras de un fuego, una gota de agua, una roca y una hoja, rodeando unos círculos en un dibujo de la puerta.

Sabía que los círculos de la puerta tenían que ver algo- excloamo Diana

Y porque tiene signos -dijo Ren

Miren en el signo de la parte de abajo hay un signo de roca y los otros estan vacios -exclamo Diana

—Entonces, las demás debemos buscarlas —dijo Ren.

—Ya las encontré —dije—. Estaban por ahí tiradas.

Coloqué los signos de piedra en los agujeros correspondientes.

—Muy bien, pero ahora qué. El libro tiene unas letras muy raras —dijo Diana.

—Yo entiendo ese idioma —dijo Chizuru—. Mi abuelo me lo enseñó. Dice: "Las piedras necesitan un gran poder mágico del elemento correspondiente".

—El problema ahora es de dónde sacamos un mago —dijo Chizuru.

—Yo sé usar de roca y hoja, pero no los otros dos —admitió Diana.

—Natsu sabe usar magia de agua y fuego —dijo Ren.

Chizuru y Diana me miraron, sorprendidas. —¿En serio? Yo pensé que él usaba ataques cuerpo a cuerpo. -dijo Chizuru

—Es cierto, pero no es técnicamente agua. Es hielo. -exclame

—¿Y si usas tu magia de fuego para derretirlo? —sugirió Diana.

—No... puedo intentar usar magia de agua.

—Espera, ¿no puedes usar solo de fuego y hielo? —preguntó Chizuru.

—No. Puedo usar todo tipo de magia.

—Ahhh... se me olvidó —dijo Ren.

—No te creo... ¿tienes un White Soul o algo así? —dijo Diana, asombrada.

—No lo creo, pero puedo hacerlo.

Puse mis manos sobre las piedras de fuego y agua. Diana hizo lo mismo con las de tierra y naturaleza. Las piedras se iluminaron y la gran puerta se abrió, revelando un lago subterráneo de agua azul súper clara, rodeado de más cristales... y algunos cadáveres.

—¡WOW!... pero hay cadáveres aquí —dijo Ren.

—Las marcas de los huesos son raras...

De repente, una criatura monstruosa, una hidra, salió del agua a toda velocidad y golpeó a Diana, lanzándola contra una pared.

—¡DIANAAAA! —gritó Chizuru.

Grrrraaaahhhsssss -sono la bestia

—¡Nagi! —gritó Ren, desenvainando sus dagas.

—¡SÍ! —respondió Nagi, sacando su katana.

Sssshhh-GRRRRR -hace antes de atacar

Ambos corrieron hacia la bestia perro esta se habalanzo sobre ellos primero, esquivando por poco su primer ataque.

Oye…. Oye.. ¡Espera porque vienen hacia acá! -exclame huyendo

Me deslicé hacia un lado justo a tiempo, y la criatura chocó contra la puerta, rompiéndola.

¡GGGRRRRAAAAAAAKKHHH! ¡TSSSSK! ¡RRRAAAAGHH! -la idra se extremes cada ves mas de ira y dolor

Nagi le hace un rose en su cabeza pero profundo soltando mucha sangre)

¡¡AIIIEEE-GRAAAAAKKHHH!! -se extremesio de dolor la idra

Ren hace lo mismo del otro lado pero al tener dos dagas hace una herida mas profundo y se desliza esta llegar hasta uno de sus ojos y se lo corta

—¡NATSU, USA PICOS DE HIELO! —ordenó Ren.

—¡OK!

Lancé una ráfaga de estacas de hielo que se clavaron en el cuerpo de la hidra.

¡HNNNNGG-GRRRAAAAGK...! ... ¡GRR-GRRAA-KHHH! -el dolor de la bestia era notable

La bestia, enfurecida, fijó su mirada en Diana, que yacía herida en una esquina. Se lanzó hacia ella, pero yo fui más rápido. Corrí, aparté a Chizuru y a Diana del camino justo a tiempo. pero….

Diana resvalo de mis manos

Cuando Diana despertó, vio a la bestia a punto de matarla. Y entonces... una figura apareció de la nada. Un joven de pelo azul, vestido con ropas elegantes, que destrozó la cabeza de la hidra en trozos inexistentes con un solo movimiento. Del ojo de la bestia salió un cristal, que el chico tomó.

—¡SÍ!... Por fin te tengo.

Ren lo miró, su rostro una máscara de terror y sorpresa. —Esa voz... ¡HERMANO RIO!

—¿Eh?... ¡REN! Oye, ¿qué haces aquí, hermanita? —dijo él, intentando acercarse.

—¡ALÉJATE!

—¿Qué? ¿Por qué?

—Tú sabes perfectamente el porqué.

—Espera, ¿no leíste mi carta?

—¡Claro, por culpa de es...!

Antes de que Ren pudiera terminar, corrí hacia Rio, mi rostro una máscara de pura furia.

—¡RIO, MALDITO!

—Ash... Natsu.

Esquivó mi ataque con facilidad. —Ahora no estoy para tus estupideces. -exclamo

—¡Cállate la boca! —volví a lanzarme, pero me esquivó de nuevo.

—Ren, por favor, lee mi carta. Cuando lo hagas, te estaré esperando. Y a ti también, Natsu.

Lanzó su capa, creando una nube de humo que nos cegó. Cuando se disipó, ya no estaba.

—¡Maldita sea!

De vuelta en la ciudad, en un centro médico, Chizuru salió de una de las habitaciones.

Como esta Diana -dijo Ren preocupada

—Tranquilos, Diana está bien. Es una chica fuerte. Hoy fue un día muy agitado, será mejor que vayan a su casa -nos dijo Chizuru

Esa noche, en su habitación, Ren finalmente leyó la carta de su hermano, con lágrimas silenciosas corriendo por sus mejillas.

Toc... Toc... Toc...

—Ya la cena está lista —dijo la voz de Naori desde fuera.

Ren abrió la puerta. Sus ojos estaban hinchados, pero no derramaba ni una lágrima.

—Vamos.

En la sala, Nagi estaba emocionado.

—¡Oye, Ren, mira, mira! ¡Conseguí un libro de recetas del norte! -dijo Natsu

—¿En serio? ¿De Gremoria? Hay recetas lindas y ricas. -exclamo Ren emocionada

Ren pasó junto a la chimenea y, sin que nadie se diera cuenta, arrojó la carta de su hermano al fuego.

—Me costó la mitad de todo lo que ganamos con la misión —se quejó Nagi.

—No llores por eso.

—Es dinero.

Mientras las risas y los murmullos del grupo llenaban la sala, las llamas consumían la carta. Las palabras se desvanecían en el fuego

"Solo un peón en su gran tablero de ajedrez...

                              Mata a tus padres pero no a tu... y gobierna el reino del sur...

                                                                                                                             Necesito tu..."

Ya no tengo por qué reprimir el pasado, pensó Ren, sonriendo. Tengo un nuevo objetivo por el cual debo amar, reír y disfrutar hasta lograrlo. Lo prometo... yo te ayudaré, hermano.