Desde el humo que aún flotaba en el cielo, Nagi cayó en picado. Aterrizó de pie, pero tropezó un poco, con las piernas temblándole por el esfuerzo. Yo descendí más lentamente, aterrizando suavemente en el suelo.

"Tranquilo, puedo seguir", dijo Nagi, con la voz entrecortada.

"¿Estás seguro?"

"Seguro."

"Vale... atácame tú primero."

"Unos pocos arañazos no me detendrán", respondió Nagi. "No te preocupes."

Medio aturdido, se lanzó hacia mí.

Desde detrás de la barrera de seguridad, las chicas miraban asombradas.

"V-vaya... Nagi es increíble. Fue capaz de resistir las explosiones de Natsu", dijo Naori.

"Sí, pero no salió completamente ileso", analizó Ren. "Se nota por cómo se mueve que está aturdido."

"Ahora creo que mis esperanzas están puestas en Natsu", admitió Diana.

"¡Natsu está completamente chetado!", exclamó Chizuru.

"¿Qué significa eso?", preguntó Diana, confundida.

Nagi y yo nos enfrascamos en un choque de espada y puños. Su velocidad había disminuido, pero la mía también. Atacar con mis puños desnudos contra el filo de su katana me estaba pasando factura; mis nudillos estaban cubiertos de pequeños cortes. Al darme cuenta, lo aparté con los pies, saltando hacia atrás para crear distancia. Ambos estábamos agotados, respirando con dificultad.

"¡Natsu!", gritó Nagi.

"Sí, ¿qué pasa?", respondí, jadeando.

"Prepárate. Aquí viene mi ataque final."

"Ven con todo lo que tengas. Estoy listo", dije, secándome el sudor y cruzando los brazos frente a mí para protegerme.

Si uso este ataque, puede que no pueda continuar..., pensó Nagi. Esta será una lucha de resistencia. Quien caiga primero, perderá, pero...

"No es momento de dudar", susurró Nagi.

"¿Eh?", le pregunté, confundido.

Nagi inhaló profundamente... y luego exhaló. Alrededor de su cuerpo, muchos más rayos que antes empezaron a crepitar, esparciéndose por todo el campo de entrenamiento.

"Hola, he vuelto", dijo Mei, apareciendo de la nada. "Y les recomiendo que se pongan todas detrás de esta roca."

"¿Cuándo te fuiste?", preguntó Chizuru, mientras todas se escondían tras la roca.

Nagi se lanzó hacia mí a una velocidad que ni yo esperaba. Logré detener su espada en una lucha desesperada, mis brazos tensos contra el acero.

"¡AHHHHHHHHHHHHHHHHHH!", gritamos ambos, empujando con todas nuestras fuerzas.

¡Biri-biri-biri... BZZZANNN!

¡BOOMMMM!

Un estallido de energía nos envolvió. Las chicas, detrás de la roca, sintieron cómo el viento les levantaba el pelo mientras intentaban ver quién había ganado.

Cuando la niebla se disipó, Nagi y yo estábamos inmóviles, uno frente al otro. El silencio era absoluto, hasta que... las rodillas de Nagi cedieron y cayó al suelo. Yo apenas podía mantenerme en pie, pero lo conseguí.

"¡Natsu es el ganador!", anunció Mei.

"Lo esperaba", dijo Ren con una sonrisa de suficiencia.

"¡SÍ! ¡ESO ES!", gritó Chizuru, eufórica.

"¿Pero está bien Nagi?", preguntó Naori, preocupada.

"Buena pelea, hermano", le dije.

Nagi tosió. "Gracias... pero no me puedo mover. Ayúdame a levantarme, las piernas no me responden."

"Claro."

Le ayudé a levantarse y puse su brazo sobre mis hombros para apoyarlo.

"Oye, Chizuru, ¿me ayudas a sacarlo del campo?", pregunté.

"Vale... ¿pero tú estás bien?"

"Tranquila, ya verás."

Entre los dos llevamos a Nagi a un rincón y lo tumbamos suavemente. Puse mis manos sobre su pecho, y una cálida luz de color verde amarillento empezó a emanar de ellas.

"¿Cómo puedes usar ese nivel de magia? Es increíble", dijo Diana, asombrada.

"Me gusta la magia curativa, así que aprendí mucho de los libros. Incluso aprendí a usar magia curativa de nivel real."

"¡La misma que usan los médicos de la familia real de Renai!"

"Sí, pero no puedo curar enfermedades como ellos. Me gustaría llegar al nivel divino algún día."

"Eso es imposible. Nadie, ni siquiera los mejores magos, ha logrado tal hazaña."

"Ya, pero para mí, vale más la pena intentar algo que dejarlo pasar."

Nagi se levantó de un salto, completamente curado. "Ya estoy bien. Podría echar otro combate."

Crackkk...

El sonido de su espalda crujiendo resonó en el aire.

"Ay, mi espalda."

"Sí, claro, como para aguantar otro combate", me burlé.

"Cállate."

"De acuerdo", anunció Mei. "¡Ahora es el turno de la señorita Ren y la señorita Naori!"

Ambas tomaron sus respectivos lados del campo.

"Empiecen—"

"Espera un momento", dijo Naori. "Aún no puedo empezar."

Ren la miró con una sonrisa tranquilizadora. "Naori, mírame. Vamos a divertirnos, ¿vale?"

"Vale."

Naori exhaló, y su cuerpo se transformó. "Adelante, Ren."

Ren corrió, desenvainó su daga y saltó sobre Naori, lanzando un tajo hacia abajo. El impacto levantó una nube de arena. Naori, a su vez, apartó a Ren de un empujón y se abalanzó, pero Ren la esquivó agachándose rápidamente.

"¡AHHHHh!", gritó Naori, cayendo de cara a la arena.

"Eso tiene que doler", comentó Chizuru.

Naori se levantó, y las dos se lanzaron al centro del campo. Las garras de Naori y la daga de Ren chocaron en un torbellino de acero y furia, provocándose pequeños cortes. Naori intentó usar su cola para desarmar a Ren, pero Ren giró sobre sí misma, saltó hacia atrás y empezó a correr en círculos a su alrededor.

"Eh... eh... eh... ¡Me estoy mareando, deja de dar vueltas!", se quejó Naori.

Ren la atacó, pero Naori, todavía mareada, se cayó al suelo, esquivando el golpe accidentalmente.

"Esquiva todos los ataques de forma muy creativa", dijo Diana.

"No, yo creo que nunca ha peleado contra una persona, y por eso se mueve así", analizó Nagi.

"Para mí, pelear contra personas y monstruos es lo mismo", dije yo.

"Sí, para tu cerebro del tamaño de una nuez."

"¡Ponte más seria, Naori!", le gritó Ren.

"¡Vale!", dijo Naori, y luego respiró hondo. "Concéntrate... imagina que estás luchando contra un goblin, pero uno muy guapo", pensó. "Y que le gusta un chico que es un prodigio de la magia. ¡Vale, concéntrate!", se dijo a sí misma, y luego en voz alta: "Vale, estoy lista."

"Bien."

La transformación de Naori cambió. Su aura rojo-anaranjada se volvió cian. Su agilidad se multiplicó, pero Ren paró su primer ataque con su daga. En un forcejeo, Ren apartó a Naori. Las dos empezaron a correr por el campo, saltando y chocando en el aire.

"¡Ah, mi ropa!", exclamó Ren. Su top y su falda se habían rasgado en algunas partes.

"¡Perdón, Ren!"

"¡No importa, sigamos!"

Se lanzaron la una contra la otra de nuevo, intercambiando golpes en el aire. Tras un torbellino de tajos y ataques a alta velocidad, se empujaron para crear distancia.

"¡Terminemos con esto, Ren!", gritó Naori.

"¡Tú lo has dicho!", respondió Ren, corriendo a toda velocidad hacia ella.

Sus ataques chocaron por todo el campo en una maraña de saltos y golpes.

"Esto me está mareando", dije.

"¡QUÉ RÁPIDAS SON!", exclamó Chizuru.

Ambas se detuvieron brevemente, visiblemente agotadas.

"¡Allá voy!", gritó Ren.

Se lanzaron en un impresionante ataque final, pero en el último momento, ambas se dieron un puñetazo en la cara al mismo tiempo. Cayeron al suelo, incapaces de levantarse.

"Se acabó... no tengo fuerzas ni para levantarme. No estoy hecha para esto", dijo Naori.

"Yo tampoco. Pero buena pelea... amiga", respondió Ren.

"¿Amiga? ¿De verdad?", pensó Naori, antes de sonreír. "Sí, amiga."

Las dos se echaron a reír.

"¡El combate ha terminado en empate!", anunció Mei.

"¿En serio? Entonces no tendremos que hacer una pelea de tres", dijo Chizuru, aliviada. "¡Diana, peleamos ahora mismo!"

"Espera, ¿qué? Al menos saca a Naori y a Ren del campo primero."

Nagi se acercó a Naori. "Naori, ¿puedes levantarte? Apóyate en mí."

"Claro, gracias por ayudarme."

"Tú haz lo mismo, Ren", le dije.

"Claro."

"Y que sepas que has peleado muy bien. De verdad pensaba que ibas a ganar."

Ren se sonrojó un poco. "G-gracias."

Nagi y Naori nos miraron y sonrieron con complicidad. Después de que las sacáramos del campo y yo empezara a curarlas, Diana y Chizuru se pusieron en posición para pelear.

"Es la hora, mi querida amiga. Te derrotaré rápidamente para poder pelear contra Natsu."

"Lo que tú digas. Pero ven."

"Tú lo has dicho."

Las dos empezaron a correr hacia el centro del campo, listas para ver quién golpearía primero.