En ese momento los 4 misterios y un ángel humano se encuentran tirados en la plancha del zócalo de la Ciudad de México y preparados para ser asesinados en frente de mucha gente, pero el “terrorista” se detiene y toma una actitud algo extraña.
—Señor- dice en vos alta maleantes tenía un arma apuntando en la cabeza de Eduardo —lo se señor pero…- después toma un gran silencio y cambia su expresión de sorpresas a molesto y resignando y le quita el arma a Eduardo, pero antes de retirarse voltea a ver a la Ángela que es-taba por romperle el cuello a Ángel el cual estaba inconsciente.
—Lastima querido que esto no funcionará- lo dice con una expresión de locura -pero no te preocupes por que no estarás solo por mucho tiempo- y cuando estaba a punto de girarle la cabeza de forma salvaje, es detenida por el terrorista el cual agarran un brazo.
—Déjalo niña- lo dice con una expresión serie y firme —ya que tú vienes conmigo- y en eso Ángela hace que lo suelte y suelta a Ángel dejando tendido, e inconsciente, sobre el suelo y toma postura de pelea para defenderse contra el sujeto.
—No quiero lastimarte amigo- lo dice muestra toma distancia para atacar —pero si lo que quieres es morir, ¡pues que así sea!- y se lanza contra el sujeto, pero antes de que el golpe conecte, él hace un ademan con la mano y crea una especie de cortada en el espacio de color negro en el cual solo entra la mano, pero no la pasa al otro lado, y después toma todo el brazo y después ella.
Una vez que ella se desvanece en esa silueta oscura el sujeto, de la misma forma como él lo crea lo desaparece.
—Tú y tus amigos tiene una gran suerte.- lo dice en tono serio y firme viendo a Eduardo tendido en el suelo de reojo. –Pero esto, solo es un respiro para ti y tus amigos.- y esto lo dice mientras él se desvanece, mientras es rodeado y cubierto por nubes negras.
Y una vez que el sujeto desaparece la comandante da permiso a sus soldados para ingresar a la zona y solicita médicos para atender a los heridos, los cuales son los Misterios y el ángel eléctrico.
Tiempo después, en uno de los hospitales de la ciudad, Eduardo lentamente y se sorprende en donde está, además de que ve que sus amigos Dante, Janet, y Raquel están en la misma situación. Y también se percata de la presencia de Ángel, el cual se encuentra a su lado y está acompañado por Luis y Edith.
— ¿Quién será él?- lo decía mentalmente mientras se incorporaba. Pero es detenido al sentir que algo, o mejor dicho alguien, dormía recostada sobre su cama, a lado de sus piernas.
Era Elisa, que se encontraba dormida sobre la cama de él.
—Pobre Eli.- decía mentalmente mientras acariciaba su cabeza y movía su cabello azabache para ver su hermoso rostro, y al mismo tiempo, se dibujaba una sonrisa en su rostro.
— ¡ah! Que tierno.- decía Raquel, en tono de sarcasmo, mientras ella se levanta de su cama, y tomando con la mano derecha su suero intravenoso, y camina hacia él.
—y que linda se ve dormida.- y le pone su mano izquierda sobre su cabeza. Al ver es esto Eduardo se extraña de la actitud de Raquel. Pero de repente, y como por arte de magia, Ángel se despierta pero se percata de lago extraño.
— ¿pero qué…?- decía mentalmente mientras veía a su hermano Luis a Edith hablando, o eso parecía ya que sus labios se movían lentamente, como una película a muy baja velocidad. Y al ver que se encontrada recostado en una cama de hospital, y ver que tiene puesto, comienza a mo-verse de manera normal pero todo su entorno se mueve de forma súper-lenta, y se quita las vendas que tenía y ve que las heridas que él tenía, tanto las extremas como las internas, ya no estaban.
Al verse como si nada le hubiera pasado, Ángel se levanta y comienza a caminar, y se dirige hacia su hermano, y lo intenta tocar pero antes de tócalo, ve de reojo a Raquel acariciando a Elisa, pero también, ve que la mano que le puso en su cabeza está cerrando, y a su vez se percata que la cara de Raquel cambia, de una chica feliz a una mujer enojada, molesta y con intención de lastimar a Elisa.
— ¡Oye espera!- grita Ángel mientras corre hacia ella para detenerla. Pero, al momento de que le toma la mano a Raquel, su entorno comienza a normalizarse.
— ¿Pero qué demonios está pasando?- Decía Raquel mientras ella y Eduardo se percataban de Ángel, el cual estaba tomando forma física normal y estaba al lado de Raquel tomándole la mano.
— ¡Chico!- Decía Eduardo en tono de sorpresa. -¿pero qué paso aquí? ¿Quién eres?- le preguntaba Eduardo a Ángel mientras él suelta la mano de Raquel. Al mismo tempo Luis y Edith entran a la habitación y ven lo que paso.
—Toma,- dice Luis a Ángel mientras regresaba de la habitación en donde ellos estaban y le lanza la bata que tenía. –póntela por favor, ten a algo de pudor- y lo decía mientras le tapa los ojos a Edith, la cual muestra sonrojada e impresionada, al ver a ángel desnudo. Pero antes de que Ángel tome la bata es golpeado y cae al suelo, siendo cubierto por la bata.
— ¡Pervertido!- gritaba Elisa la cual se había despertado y ve a Eduardo que ve algo o alguien sorprendido y al ver lo que veía ve a Ángel desnudo, espantándola y haciendo que golpe a Ángel en la ingle haciéndolo que caiga al suelo quejándose de dolor.
— ¡¿Pero qué demonios pasa aquí?!- pregunta Elisa gritando a todo pulmón, despertando a Dan-te y Janet.
Mientras se levanta choca con Raquel, que estaba a tras de ella, que la sorprende de que este ahí.
—Lo siento- Decía mientras se aleja de ella y al voltearse ve que estaba Luis Y Edith en la entrada de la habitación.
—Pero, ¿Quiénes son ustedes?- le preguntaba Elisa a los jóvenes.
—Tranquilo, todos- decía Luis, mientras caminaba a una silla que estaba en la habitación.
—Todo tiene una explicación.- lo decía mientras se sentaba en la silla. -Y lo primero que diré es acerca de él.- y li decía mientras señalaba asu hermano.
Mientras tanto, y paralelamente al mismo tiempo que el abrupto encuentro de nuestros amigos, en alguna parte desconocida se ve a Ángela recostada en una cama rodeada de varios sujetos vestidos con batas y usando equipo médico. Mientras, el sujeto del zócalo estaba en una habitación contraria, viendo a través de un vidrio, junto a una mujer de apariencia exuberante y un hombre algo grande que usaba un bastón de hierro.
—Y eso fue lo que paso señor.- decía el sujeto en tono de desánimo y cabizbajo mientras se tocaba el hombro izquierdo. El cual lo tenía lastimado tras recibir un golpe doble de Dante y Janet.
—Que estúpido eres- decía la chica que se encontraba a su lado. –además esta chica no nos sirve de nada. Decía mientras “jugaba” con una navaja mariposa.
—Al menos yo si traje algo.- decía el sujeto, con una gran sonrisa, burlándose de ella.
— ¡Te atreves hijo de…!- decía en tono desafiante, y al mismo tiempo, agarro su navaja, lista para clavársela.
— ¡Basta!- grito el anciano, y golpeando el suelo con su bastón. –Ya lo hecho, hecho esta y no es necesario pelear. Después de eso los dos se disculparon por su conducta con el anciano y luego entre ellos.
—Además- decía con una sonrisa en su rostro deteriorado. –Es momento de mejorar al grupo. Después de esto la pareja se quedó extrañada por la actitud del viejo y voltearon a ver el vidrio y ambos terminan sorprendidos al ver la escena.
El vidrio se encontraba derramando sangre la cual venia de un cuerpo que estaba pegado a la pared mientras el resto se encontraba con el cuello roto o el pecho perforado por una especie de espina negra o partido a la mitad, tanto de arriba hacia abajo como de lado a lado, entre otras cosas y en la oscuridad de la habitación una lámpara que se mecía en la habitación iluminaba a la chica la cual se encontraba de pie, cubierta parcialmente de sangre y sonriendo de forma siniestra.
—Bienvenida niña- decía el anciano por un comunicador que estaba conectado a unas bocinas de la habitación. –A la Shadow Society.
—Gracias- decía la chica, mientras mostraba una reverencia al vidrio. Mientras mentalmente decía Padre.
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Después de una gran explicación de que es Ángel, y lo que paso después de que to-dos los enfermos cayeran inconscientes.
Lo cual fue que después de que el extraño hombre se fuera del zócalo, entraron los paramédicos para atender a los oficiales que aún estaban heridos y/o vivos, a los cuatro Mistery y al mal herido Ángel, el cual fue el más delicado por la gravedad de sus heridas. Por otro lado, y casi al mismo tiempo que llevaron al hospital los cuatro Mistery mostraron seña-les e heridas, internas y ex-ternas de ese y otros momentos. Por lo que tuvieron que ser inter-venidos de forma rápida y los mantuvieron bajo observación por más de 24 horas, que en total seria de cuatro a cinco días.
La mayoría de los presentes muestran una cara de incertidumbre y pregunta. A excepción de Ángel y Eduardo, los cuales mostraban en sus rostros una expresión de tristeza y de arrepentimiento, el cual les estaba carcomiendo desde el fondo de su alma.
— ¿Ocurre algo chicos?- preguntaba Edith, mientras estaba sentada en una de las coderas de la silla en donde estaba sentado Luis.
—No nada.- decía Luis en tono melancólico –si me disculpan voy a salir.- Después de eso Ángel sale de la habitación. La cual tras su salida se queda totalmente callada y con una gran y densa tención.
—Que muchacho.- decía Eduardo mentalmente.
—Espera.- Decía Janet mientras ella y los demás veían a Eduardo levantándose. – ¿A dónde vas?- le preguntaba.
—Voy a salir un rato.- decía Eduardo mientras agarraba el suero que estaba conectado a él. –Tengo que ir al baño.- decía mientras caminaba hacia la puerta.
—Te acompaño.- decía Janet.
—No.- dijo Eduardo. –Gracias, pero no.- decía mientras cerraba la puerta.
—Pero,- dijo Eduardo entre abriendo la puerta. –Mejor arregla tus problemas con Elisa será mejor para todos.- y después de eso cerro otra vez la puerta. Mientras ambas chi-cas se veían la una a la otra cara a cara.
Tiempo después Eduardo camino hacia el baño pero antes de entrar ve al joven Ángel el cual se encontraba sentado en unas sillas que estaban por el pasillo pero en una pose algo extraña y que se veía cabizbajo y triste.
—Pero si es el chico Ángel.- decía Eduardo mentalmente, mientras lo veía después entro al baño.
Mientras tanto Ángel, que parecía estaba pensando, se encontraba dormido. Pero algo extraño le estaba pasando, ya que parecía que tenía una pesadilla o algo parecido.
—No, no por favor.- decía Ángel, entre dientes, mientras seguía dormido. Y justo en ese momento salía Eduardo del baño y lo ve mientras tiene el sueño.
—Ángel.- decía Eduardo, mientras lo trataba de despertar. –Ángel Despierta.- Mientras Eduardo intentaba despertarlo Ángel empezó a resplandecer, siendo iluminada su espalda por un gran haz de luz el cual empezó como un tono leve pero levemente empezó a tomar más luminiscencia al punto de hacer brillar todo el pasillo.
—Ángel despierta.- decía Eduardo, mientras lo mueve para poder despertarlo. –chico despierta.- Y continuaba pero él no despertaba.
—Basta por favor.- Decía Ángel aun estando dormido. Pero había algo extraño con él, ya que abrió los ojos y emanaba luz de ellos.
—Maldición.- Decía Eduardo mentalmente mientras agarraba a Ángel, el cual empezó a levitar en el pasillo y al estar brillando parecía una especie de estrella humana. Aunque Eduardo agarraba a Ángel de los brazos fuertemente para no dejarlo subir más, ve algo que lo hace actuar diferente hacia el joven.
Y fue que Ángel estaba llorando, lo cual hiso que Eduardo tuviera una visión, ya que al ver a Ángel llorando ve a alguien más en la misma situación o parecida a la de él, y sin pensarlo dos veces, jala a Ángel y lo abraza. Temiendo que esto pueda causarle heridas mayores o reabra las anteriores, se arriesga.
—Tranquilo chico.- Decía Eduardo, en tono amable y gentil. –Tranquilo chico no estás solo.- Y mientras lo abrazaba con más fuerza, pero en vez de ser un abrazo como de con-tención era más un abrazo lleno de compasión, emoción y amor, como si entre Ángel y Eduardo hubiera algo más que una amistad fuera una relación más cercana, como de padre e hijo.
Tiempo después. Ángel comenzó a regresar a la normalidad, haciendo que dejara de irradiar luz propia y estando más tranquilo al estar en los brazos de Eduardo.
—Gracias,- Decía Ángel estando aun dormido. –Gracias papá.- Después de eso Eduardo se quedó sorprendido al ir esas palabras y, al mismo tiempo, era abrasado por Ángel.
Pero algo extraño le pasaría a Eduardo al momento de recibir ese abraso, ya que al momento de ser tocado por Ángel tubo una visión en donde se veía a la distancia a Él y a Ángel en varias situaciones. Que eran varias; desde que él lo tenía en brazos como un bebe recién nacido pasando por una momento tipo padre e hijo siendo Ángel un niño de no as de ocho o diez años también veía un momento en donde Ángel era un joven de entre dieciséis y diecinueve años y a él vestido con una especie de armadura ligera son pinta casual y usan-do una máscara simple y a lado a una mujer vestida casi de la misma forma que él y a Ángel recostado en un sillón y varios momentos más pero una forma algo rápida y fugas, aunque esto duraría poco ya que las manos de Ángel soltaron a Eduardo y el chico volvió a dormir-se, y mostrando en su rostro una expresión de felicidad y paz.
Después de todo ese momento extraño Eduardo intenta carga a Ángel, como a un niño pequeño, pero es interrumpido por Luis, Edith, Elisa y Janet los cuales vieron todo desde unos momentos antes pero no intervinieron. Ya que Janet y Elisa fueron detenidos por Luis y Edith respectiva-mente y cunado todo término se acercó a ver qué había pasado.
— ¿Qué paso aquí?- pregunto Luis mientras se hincaba para poder tomar a su hermano y cargar-lo.
—No lo sé.- respondía Eduardo mientras se intentaba levantar.
—Estas mintiendo.- decía Janet mientras se acercaba a Eduardo para poder ayudarlo a levantarse y ella junto a Elisa.
—Vamos a empezar otra vez.- Decía Elisa enojada después de que ayudo a Eduardo a estar de pie. – ¿Algún día dejaras de mentir?- preguntaba mientras evitaba llorar delante de ellos.
—No lo culpo.- decía Ángel en forma seria mientras se intentaba mantener de pie. –Si yo fuera él aria lo mismo y más con lo que ambos vimos.
Después de esto todos se quedaron intrigados con respecto a lo que dijo Ángel en ese momento.
—No sé de lo que estás hablando chico.- decía Eduardo con nerviosismo en su voz. El cual des-concertó a Luis y Edith pero Janet y Elisa no les extraño, ya que al oír esas palabras de esa forma ellas sabían que intentaba mentir.
—Explícate muchacho.- decía Janet con un tono serio y de autoridad.
—Si explícate.- decía Elisa mientras sentaba a Eduardo en las sillas del pasillo.
—A que algo viene.- decía Ángel mientras se sentaba el también en las sillas. –Algo grande.- y al decirlo con una vos firme y concisa, y un rostro de convencimiento y firmeza hace que los demás comiencen a tener miedo.
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