—¿Pasa algo? —preguntó el chico, extrañado.
—Dan, ¿sabes dónde está Luciano? —dijo Julia.
—Mmm... pues, creo que con su familia. ¿Por qué?
—Porque lleva desde anoche sin contestarla y no sabemos nada de él. —explicó Tatiana.
—Ah, pero eso es normal en Luciano —respondió Dan, mientras se apartaba del marco de la puerta, dejando la puerta completamente abierta—. lo que pasa es que lleváis muy poco tiempo juntos y supongo que no sabías.
—¿Saber qué? —indagó Julia, mientras investigaba el interior de la residencia, con miradas desde el recibidor.
—Pues que cada dos meses o así, se marcha al pueblo de sus padres y se desconecta de todos. Ni mensajes, ni llamada, ni nada.
—¿y por qué no me ha dicho nada? —replicó Julia, levantando un poco más el tono.
—Y yo que sé. A mi tampoco me ha dicho nada, y encima le tocaba hacer la compra a él. —bufó Dan.
—¿Y no hay forma de contactar con él? —preguntó Tatiana, alternando su vista entre los ojos de dan y sus músculos.
—Que va. Pero no os ralléis, en una semana vuelve. Como os he dicho, no es la primera vez que lo hace.
—¿Y sabes donde está su pueblo de sus padres? —insistió Julia
—Pues... era por un pueblo, "Al"... —frunció el ceño—. "Al..." algo. No lo recuerdo. —terminó rindiéndose.
—¿Puede ser Alahurín?—. Se le ocurrió decir a Tatiana.
—No, Alahurín no era... —murmuró Dan, para sí mismo.
—¿Alcalá?—interrumpió Julia.
—Si, creo que era Alcalá de algo, ¿Pero vas a ir hasta allí, no?
—No lo sé, es que no me contesta ni me dice nada y llevo así desde ayer por la noche. —respondió Julia, mientras dejaba salir un suspiro—. Y encima ahora me entero de que se ha ido y no me ha dicho nada, así que me lo estoy planteando.
—A ver, creo que te estás precipitando un poco, Juli —intervino Tatiana, tratando de conciliarla—. Si el chaval dice que es lo normal, es por que es lo normal, dale unos días y cuando te responda le pides explicaciones. Que a lo mejor la situación con su familia es complicada.
Dan miró a Tatiana y luego a Julia mientras asentía.
—Si quieres dame tu número. Si me entero de que pueblo es, te envío la ubicación. —comentó Dan.
—Vale, toma mi número también, por si ella se queda sin batería. —añadió Tatiana, mientras abría la lista de contactos de su móvil.
Las dos chicas salieron de las residencias, despidiéndose con educación del conserje, Julia seguía pensativa: Fue buscando respuestas, pero salió con más dudas.
—Tía, como eres. ¿Córtate un poco no? Yo aquí, preocupada con mi novio, y tu ligando con el chaval. —dijo, medio en broma y medio indignada.
Tatiana no pudo contener su carcajada, que salía de la vergüenza de haber sido pillada en el acto.
—Puajajajajaja. Tía, lo siento... ¿Tanto se me ha notado? —siguió riéndose.
—Que va —continuó Julia, con ironía—. Si lo de "toma mi número por si se queda sin batería"—dijo Julia, imitando a su amiga—. ha sido super sutil.
—Jajajajaja, joder. Tíaaa... Es que está muy bueno. ¿Por qué no me habías dicho que tu novio tenía un amigo cañón?
—Por que lo veo muy buen chaval, y seguro que te lo cargas y le rompes el corazón.
—Pfff, que mal piensas de mi Juli, si yo solo quiero que se lo pase bien. —continuó entre risas — aquí la única que quieren que le partan algo es a mí.
—Que guarra eres tía —respondió Julia entre risas cansadas—. ¿U que pasa con los otros dos de Insta?
—Pues ahí están. —comentó, algo cortante
—¿Cómo que "Ahí están"?
—Sssip... — Tatiana miró su teléfono, el cual había vibrado varias veces con nuevas notificaciones.
—¿Les has ghosteado?—insistió Julia
—¡Mira quién me acaba de hablar!—interrumpió Tatiana, enseñándole la pantalla.
Tatiana, emocionada, le enseñó su teléfono a su amiga. Entre la lista de mensajes recibidos y sin leer, el nombre de Dan aparecía el primero, y bajo su nombre, dos textos.
"Este es mi número."
Bajo este, un segundo mensaje:
"Vamos hablando."
Julia sonrió por compromiso, pero algo le dejó un mal sabor de boca. No supo por qué, pero quiso irse cuando antes de allí.

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