El Guardián había emergido desde el núcleo de la grieta, para eliminar a los intrusos que amenazaban la existencia del mismo. Era más grande que los otros espectros, con una forma humanoide pero grotesca, con brazos enormes terminado en garras de color obsidiana. Sus ojos ardían como brasas y su presencia era sofocante, como si la misma oscuridad los aplastara.

Gareth entrecerró los ojos y mostró una sonrisa desafiante, mientras se preparaba para la batalla.

"Que suerte la nuestra, acércate maldito, es hora de acabar con esto"

El Guardián se lanzó contra los caballeros a una velocidad inhumana, estos no tuvieron tiempo para reaccionar, y los de la primera línea fueron fácilmente doblegados, con sus enormes garras, destrozaba a los caballeros, los cuales intentaban todo lo posible para hacerle frente, pero era inutil, no tenían la fuerza suficiente, por lo que sus espadas apenas lograban arañar su cuerpo, solo unos pocos de los caballeros veteranos lograban hacerle algunas heridas.

"¡Retrocedan! ¡Mantengan la defensa y acaben con los demás espectros!"

Gareth ordenó a los caballeros que se concentraran en los demás espectros que se vieron atraídos por la presencia del Guardián.

"Yo me haré cargo del Guardián"

Sin dudar se lanzó, tratando de sorprenderlo y darle un primer golpe, deslizó su espada desde la derecha, en un movimiento diagonal, pero justo antes de tocarlo, el Guardián se volteo a una gran velocidad, y lo atacó con sus enormes garras.

Apenas tuvo tiempo de detener su ataque, y lograr bloquear con su espada. El impacto fue brutal, haciéndolo retroceder. Si hubiera tardado en reaccionar, hubiera sido herido sin duda. Era fuerte, no podía subestimarlo, pero lo mismo era en su caso, y antes que empeorara la situación, debía acabar con esto.

Inhalo lentamente. Sintió el poder recorrer su cuerpo, y fortaleciendo sus músculos. No podía fallar. Si el Guardián no era eliminado, el sacerdote no podría purificar el núcleo, y la grieta seguirá creciendo, volviéndose una amenaza aún mayor. Exhalo lentamente, su aliento era visible, como si su temperatura se hubiera elevado de golpe.

En un instante se lanzó nuevamente sobre el Guardián, y el feroz combate continuó. El duque y la criatura intercambiaron muchos golpes, cada tajo de su espada desprendía chispas que iluminaban el campo de batalla. Pero el Guardián era implacable. Sus garras rozaban su armadura, dejando cortes en su cuerpo.

Pero no se dejaría amedrentar fácilmente. Empuñando su espada con fuerza, cerró los ojos por unos instantes, aumentando su concentración, al abrirlos, su presencia aumentó de golpe, con un fuerte grito, comenzó a canalizar su poder. Se pudo ver un fuego que surgía de la nada, comenzaba a envolver su cuerpo, y envolviendo su espada en esas llamas se abalanzó nuevamente sobre el Guardián, y con un poderoso ataque, a pesar que la criatura se defendió, esta vez logró hacerle un profundo corte en el brazo. Ahora el rumbo de la batalla había cambiado.

En este mundo hay tres tipos de habilidades, La magia, el aura y el poder divino.

El aura es un poder que cualquier caballero puede aprender a acumular y utilizar si sus habilidades son las suficientes, permite aumentar significativamente las habilidades físicas, y en casos avanzados, incluso pueden fortalecer sus armas.

Por el contrario, el poder divino únicamente puede ser utilizado por los sacerdotes del Templo del cielo. Ya que han sido bendecidos por Caleus, para poder canalizar su poder a través de ellos, el cual es necesario para purificar el núcleo de cada una de las grietas, y también puede repeler y eliminar espectros de bajo nivel, y dependiendo del nivel del sacerdote, incluso puede enfrentarse a los espectros de alto nivel, por lo cual en cada expedición es necesario contar por lo menos con un sacerdote.

Por último, La magia. Esta solo puede ser utilizada por las casas ducales, sus descendientes y sus vasallos directos. Gracias a la bendición de Caleus durante la fundación del imperio, Cada casa ducal esta bendecida con un elemento, y la casa Ignaris fue bendecida con el fuego, lo cual esta impreso en sus llamativos ojos y cabello de color rojo intenso. Hay dos métodos para utilizar este poder, uno es fortalecer el cuerpo al igual que se hace con el aura, solo que en este caso el cuerpo del usuario puede manipular su elemento, y el fortalecimiento físico es mayor. El otro método es exteriorizando su poder para crear manifestaciones físicas de su elemento. Pero el Espadachín Mágico, es un nivel que pocos pueden alcanzar, ya que es cuando tienen tal dominio sobre su propio poder que pueden utilizar ambos métodos al mismo tiempo y sin problemas, y el duque era uno de esos legendarios caballeros.

Con su espada envuelta con aquellas hermosas llamas, Gareth dejó caer un fuerte tajo descendente con una velocidad cegadora. La espada desgarro la oscuridad que componía el cuerpo del Guardián, mientras que este trataba de resistir, levantando sus enormes garras se dispuso a atacar a Gareth en un acto desesperado, pero nuevamente Gareth empuño su espada, y con un rápido tajo horizontal, la cabeza del Guardián fue separada del cuello del mismo, esta cayó a lo lejos y rodó por el suelo, mientras su oscuro cuerpo se deshizo en cenizas, Gareth dio un suspiro, envainando su espada.

Los caballeros al haber presenciado semejante batalla gritaron de júbilo, celebrando la victoria del duque.

"¡Viva el capitán!" 

"¡Como se esperaba de un Espadachín Mágico!" 

El sacerdote al ver que el Guardián fue derrotado, no perdió el tiempo. Mientras los demás caballeros, que ahora tenían la moral por los cielos, y continuaban derrotando a los demás espectros, corrió hacia el núcleo.

Una vez frente a este, sin vacilar cayó de rodillas y juntó sus manos como si fuera a rezar. Comenzó a recitar un largo cántico en un lenguaje desconocido y mientras canalizaba su poder divino, una luz emergió de sus manos, la cual poco a poco se hacía más fuerte, a medida que el cántico continuaba. Una vez terminó, una poderosa luz sagrada comenzó a envolver la gema corrupta, purificándola hasta que finalmente, el brillo de esta se apagó, y empezó a evaporarse hasta que no quedó más que polvo.

Al desaparecer el núcleo, el árbol corrupto en el que estaba comenzó a derrumbarse lentamente sobre sí mismo y a desvanecerse. Los espectros que aún luchaba contra los caballeros, de un momento a otro se detuvieron de golpe, y se fueron cayendo uno a uno, como un títere cuando le cortan los hilos, el brillo en sus ojos se apagó, y sus cuerpos comenzaban a desvanecerse en cenizas.

Todas estas cenizas flotaban en el aire y poco a poco eran absorbidas por la grieta, y mientras lo hacía, esta comenzó a cerrarse en medio de un poderoso estruendo, y al final, la grieta finalmente se cerró.

 Gareth alzó su espada al aire, y con un grito, anunció el final de la batalla.

"¡La grieta fue cerrada!"

Los caballeros gritaron emocionados, celebrando que la batalla finalmente hubiera terminado.

...

Ahora que la batalla había finalizado, los caballeros procedieron con lo que seguía. Atender a los heridos, hacer conteo de las bajas, e inspeccionar el pueblo. Este había sido liberado de la grieta, pero ya era demasiado tarde para todos lo que alguna vez lo habían habitado. Los caballeros comenzaron a inspeccionar las ruinas. ¿Habría sobrevivientes? ¿Valdría la pena reconstruir el pueblo? Eran preguntas que debían responder.

Una caballera con multiples cicatrices en sus brazos y el cabello de color negro hasta el cuello, se acercó a un viejo pozo, el cual estaba detrás de una cabaña, lo extraño es que esta se encontraba a las afueras del pueblo. Pero de igual manera continuó buscando algún suministro de agua, para poder abastecer el campamento. 

Al llegar al pozo, se dio cuenta que este estaba cubierto con muchas tablas y sacos, por lo que tenía la esperanza que el pozo estuviera intacto y pudieran conseguir un buen suministro. Pero en el momento que levantó algunos sacos y quitó la primera tabla, un poderoso hedor la golpeó de frente. Las náuseas fueron tales que la hizo retroceder inmediatamente. Se sorprendió que tuviese un hedor tan fuerte, por lo que sospechaba que podrían haber envenenado el pozo a propósito, por lo que aguantando la respiración se acercó poco a poco.

Quito otra de las tablas, retrocedió un momento, tomó una bocanada de aire nuevamente, y se asomo de lleno al interior del pozo para poder dar un vistazo más de cerca al estado del mismo. 

Por un momento no pudo ver nada más que oscuridad, pero mientras su vista se adaptada lentamente, la mueca en su rostro se fue deformando. Una expresión de impacto e incredulidad se hizo presente, el aire que había guardado se escapó es un tembloroso suspiro, mientras su mirada estaba completamente enfocada en aquella macabra escena que yacía en el fondo.

Allí, en esa profunda oscuridad, las paredes estaban manchadas de sangre seca, posiblemente debido a las lluvias, toda la sangre que se había derramado hasta ese momento en el pueblo, se filtró desde el exterior a través de los ladrillos del pozo, era claro porque tenía aquel poderoso hedor, se había convertido en un pozo de sangre, pero además de eso, había rastros de desechos humanos. Pero lo que hizo que su voz temblara, lo que hizo que sintiera como un poderoso escalofrío recorriera todo su cuerpo, lo que hizo se hubiera congelado ahí, sin respirar... Era que al final de aquella oscuridad, sumergida en toda aquella inmundicia, yacía el cuerpo de una pequeña niña.

Sus pupilas temblaban, un pitido ensordecedor resonaba en su cabeza, sentía como sus piernas estaban a punto de ceder, terribles memorias venían a su mente, memorias que no quería recordar. Su vista se nublo. De pronto, comenzó a escuchar murmullos.

"...tan.."

Poco a poco los murmullos se hacían más fuertes.

"...pitan..."

Hasta que finalmente, una mano le dio un tirón hacia atrás, regresandola a la realidad. 

"¡Subcapitan!"

Un caballero bastante joven, mostraba en su rostro una clara preocupación por ella.

"¿...Que...? Yo..."

"¿Que sucedió subcapitana? Llevo tiempo intentando llamarla, ¿Se encuentra bien?"

Tratando de despejar su mente, se recompuso como pudo, y agradeció al caballero.

"...Estoy bien, no te preocupes, necesito avisar al capitán"

El caballero, aunque aún se mostraba preocupado, mostró una leve sonrisa y dio un paso atrás.

El rostro de la caballera se mostraba pálido, esta se asomó nuevamente al pozo, lo cual le llamó la atención al otro caballero. Al momento de asomarse, nuevamente le tomó un poco de tiempo adaptar su vista y ver de nuevo a la pequeña, al verla mejor, pudo notar como se encontraba sumergida hasta el pecho en aquella amalgama de agua contaminada, sangre y desechos humanos, pero lo que hizo que sus ojos se iluminaran, fue ver que el pecho de la pequeña se movía. Estaba viva.

"¡Mi señor…!", Su voz era temblorosa. "¡...Creo que tenemos algo aquí!"

Gareth se giró de inmediato, sorprendido, y se acercó junto a otros caballeros para ver qué sucedía.

"Hay una sobreviviente en el pozo", dijo mientras sostenía la compostura.

Sin perder tiempo, Gareth dio órdenes a los caballeros.

"Despejen el pozo, y preparen todo para atender al sobreviviente"

Los demás caballeros se dirigieron a retirar los tablones y sacos restantes que aún cubrían la abertura del pozo. Al momento de hacerlo, el poderoso hedor que hasta ese momento estuvo encerrado en el pozo, se liberó de golpe, el cual golpeó de frente a todos los caballeros que estaban alrededor, incluyendo al duque. Todos los caballeros sintieron náuseas y malestar ante tal peste, algunos no lo soportaron y vomitaron. El duque, sorprendido, se dirigió a la caballera.

"¿Estás segura que hay un sobreviviente ahí abajo?"

La caballera titubeo por un momento, pero luego, viéndolo a los ojos y con una voz temblorosa, confirmó.

"Si, es... es una niña..."

Al escucharla, el duque se mostró claramente sorprendido, y rápidamente se asomó al pozo. Luego de que su vista se adaptara, pudo ver claramente el cuerpo de una niña al fondo del pozo. Pequeña, desnutrida e Inmóvil. El corazón de Gareth se agitó al ver aquella escena, y ordenó rápidamente a los caballeros que la sacaran inmediatamente.

Uno de los caballeros bajó rápidamente con una cuerda. Al bajar, el hedor era mucho más intenso, se sentía mareado, en el momento que tocó el fondo, sintió como su pies se atascaban en lo que parecía ser lodo al fondo. Sin pensarlo mucho, tomó a la niña, que también estaba atascada, la aseguró en su espalda, y subió de nuevo a la superficie.

Al salir, cuando la luz del sol cayó sobre el rostro de la niña, está reaccionó levemente, tratando de cubrir sus ojos, su piel estaba completamente pálida, como si fuera una hoja de papel, bajo sus ojos, unas enormes manchas oscuras, sus ropas, sucias y desgastadas, su pecho se movía levemente y su respiración era apenas perceptible.

"Está viva... pero a duras penas…" 

La caballera que la había encontrado, la examinaba, claramente preocupada, ante el estado de la pequeña.

Gareth ordenó que inmediatamente la llevaran al campamento, y se le aplicará tratamiento de emergencia, ya que su testimonio sería muy importante para saber exactamente qué había pasado en el pueblo.

...

Una vez la niña recibió tratamiento y estuvo fuera de peligro inmediato, la caballera que se encargó de ello se presentó frente al duque para dar su reporte.

"El tratamiento de la niña fue finalizado, y por el momento se encuentra fuera de peligro"

"¿Cuál es su estado?"

Gareth tenía la mirada baja, revisando algunos documentos correspondientes a la misión.

La caballera no respondió y guardó silencio por un momento, mientras apretaba los puños y fruncía los labios. Luego de una pausa, respondió.

"Severo estado de desnutrición y deshidratación... posible intoxicación por ingerir el agua contaminada... y también..."

La caballera nuevamente guardó silencio, y bajó su mirada.

"¿Qué sucede?" 

Gareth levantó la mirada, al sentir que algo iba mal.

"...Creo que es mejor que lo vea por usted mismo"

La voz de la caballera era apagada, mientras continuaba con la mirada baja.

Gareth al darse cuenta que podría ser un tema delicado, dejó los documentos que tenía en su mano, se levantó de su escritorio y se dirigió junto a la caballera hacia la tienda donde se encontraba la niña. Al entrar se acercaron a ella, entonces la caballera se asomó lentamente y le mostró de manera discreta, retiró la venda del brazo izquierdo de la niña.

El duque al darse cuenta de lo que quería mostrarle, no podía creer lo que veía. Sorprendido, este dio un paso atrás. Allí, en su muñeca, apenas visible por la suciedad y la sangre seca, había una marca maldita.

Aquella pequeña, era portadora de la maldición del Vacío.

Un escalofrío recorrió su cuerpo. Su voluntad como caballero chocó contra el conocimiento de lo que significaba esa marca.

¿Era esta niña una víctima… o una amenaza disfrazada? Por el ducado y el imperio, era su deber averiguarlo.