Ahora sí que se nota que has discutido con Ginrou. Creo que ya tardabas en recibir.- dijo Alice observando a Zess tumbado a la sombra de un árbol con el sombrero tapando la cara. – Has sido imprudente e impulsivo, y este ha sido tu castigo.
- Gracias por remarcar lo obvio. Me di cuenta… Algo tarde, pero… - sus manos se clavaban en la tierra arrancado algunas hiervas. – Creo que debería aclarar mis ideas…
Se lo que estás pensando, recuérdalo… Te puedo ayudar a ordenar tus pensamientos, pero no significa que vaya a colaborar en todos tus planes.
Darklore se acercó a Zess para ver si se enteraba de lo que pasaba. El dragón posó su morro contra la mano del mago para poder hablarle.
- Vaya, cuanta pregunta seguida. Eres un dragón muy curioso. – Sonrió mientras se recostaba en el tronco del árbol posando su sombrero sobre Alice.- Esta mañana llegó un mensajero de los rebeldes, por lo visto, Lakde, uno de los pueblos que los ocultaba, fue atacado y destruido por varios caballeros de la élite del Rey. Mataron a diestro y siniestro, les daba igual si eran rebeldes o niños. Hicieron una masacre.- explicó con una mirada sombría- Ante esta noticia los rebeldes han comenzado a agruparse y organizarse bajo las ordenes de Liberia y Killrain. A este nuevo conjunto de Rebeldes se les ha proclamado entre las gentes como los Gravekeepers. Ahora están reagrupándose y preparándose para la guerra contra el Rey. Me han pedido que me una a la causa.
-Así que era eso- dijo Karla llegando juntó a Livius y Chisa.
Los tres avanzaron hasta Zess mientras él se levantaba.
-¿Estás bien? Acabas de recuperarte y ya estás dando guerra… -Comentó Zess mientras limpiaba sus manos de tierra.
- Estoy fenomenal, ahora me preocupa que tiene que ver eso con que mi padre te haya dado una tunda.
- No fue tanto como parece, le comenté cuatro cosas y me dio un golpe poco más grabe. Los más sabios han de saber retirarse a tiempo – y soltó una risa algo pesada.
- Aquí vengo con la pregunta de oro… ¿Vas a marcharte? ¿Lucharas con los rebeldes?
- Aún lo medito, pero mi respuesta será clara cuando Livius tenga su espada. Hasta entonces estaré por aquí.
- ¿Entonces en cuatro días te marchas?- preguntó, pero no esperaba recibir una respuesta- Pero respóndeme al menos a esto: ¿Qué le dijiste a mi padre?
- El clan del guerrero solo se mueve por tres razones: Que tengan dinero, que le guste los ideales del que le contrate, o bien, sienta el impulso de querer luchar junto a esa persona. Y yo precisamente no dispongo de ninguna de esas tres frente a tu padre. Y muy a mi pesar, tal vez, lo que le dije sonó a amenaza… - Zess pasó la silla de Darklore a Livius para que colocara la montura sobre el dragón y así empezar las practicas.- Le propuse unir fuerzas a los Gravekeepers o que al menos no se una a las fueras del Rey. Que os mantengáis neutrales sería lo ideal.
- Normal que te dieran un puñetazo, yo te hubiera dado tres. A quién en su sano juicio se le ocurre decir a un guerrero como son los de mi clan que se mantengan lejos de una guerra…- Karla tuvo que dar un fuerte suspiro para no levantar la voz- Llevas con nosotros tres años y aún nos quieres proteger, sabiendo que incluso un niño de nuestro clan es capaz de entablar combate con adultos. Zess, por favor, ya somos parte de tu familia y sabemos protegernos, no te preocupes por nosotros.
Zess sacó un cigarrillo y con un chasquido de dedos lo encendió. La semana que Chisa permaneció junto al mago, descubrió que Zess fumaba por diferentes razones, o bien podría ser frustración o algo emocional, o bien para amplificar algunos conjuros mágicos y repeler otros. Zess llamaba a lo que fumaba Shitoba pero no le explicó de donde lo extraía.
- Bueno, vamos a empezar las practicas Darklore y Livius, antes de que oscurezca.- dijo mientras indicaba un sendero.
- Ya estamos listos- Se apresuró a montar sobre Darklore.
Livius, el tiempo que esperaba que se forjara la espada, aprovechó para dominar el arte de la espada por las mañanas, las tardes las dedicaba a entrenar junto a Darklore y se culturizaba por la noche.
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