En una noche lluviosa de invierno, la Princesa Loreine de Asturias; esposa del príncipe Arthur Abenathiel se encuentra dando a luz al nuevo Heredero al trono.
El príncipe había recién fallecido meses antes no sin antes proveerse de dejar un futuro heredero al trono.
La princesa siempre había sido un poco vulnerable de salud, con la piel muy blanca y ojos tan hazel como la miel pura. Su cabello rojo contrastaba a la perfección, una belleza única y encima heredera al trono de la costa este. La perfecta esposa para el dueño de la otra mitad. *
El rey con marcas de la edad muy notables en su rostro y barba blanca como la nieve; camina de un lado a otro afuera de la habitación donde su nuera gime y grita de dolores de parto.
En esa habitación Loreine amarrada de ambas piernas a una cama lujosa y de gran tamaño, se agarra de las sabanas con fuerza incontenible. Aprieta los dientes intentando no gritar y su blanca y lisa frente brilla con el sudor a la luz de las velas.
Una partera hincada a sus pies la atiende.
Al escucharse el llanto de un bebé el rey entra exasperado a la habitación, la joven y hermosa madre pide verlo de inmediato pero el cansancio la ha puesto exhausta dejándola inconsciente, la expresión alegre de la partera cambia de semblante y la poca sonrisa que se había figurado se denota en preocupación.
El rey exige ver a su nieto con aires de autoridad.
-¿DONDE ESTA? El futuro rey *... Arthur Alfonse Benafonte de Asturia...El legendario y noble de corazón...valeroso...El mejor rey de todos los tiempos venideros y...- las palabras del rey se pararon en seco al ver a la partera levantar a una hermosa y rozagante niña.
-¿PERO QUE DEMONIOS ES ESTO?¡¡¡-a este punto el rey esta rojo de cólera.
-Es su nieta mi señor...sangre de su sangre...sin duda será una excelente reina, la mejor de Asturias...- dice la partera y arropa a la rosada bebe.
-¿Pero que demonios dices?!-grita el rey encolerizado.
-¿Una mujer?..Producto de la concepción legítima entre mi idiota hijo y la princesa del este....además embarazar a una sirvienta del palacio casi al mismo tiempo que a su esposa! Oh Dioses...maldigo su alma en donde quiera se encuentre!! - la partera baja la mirada entristecida.
-Mi señor... El ya descansa en los brazos de la eternidad, Le ruego no desquite su furia con la pequeña...-abraza a la pequeña criatura mientras su madre se encuentra inconsciente.
La puerta del cuarto se escucha levemente, Un hombre delgaducho y de sombrías facciones aparece de la nada.
-Mi señor entonces...es cierto...ha nacido mujer...-El rey se acerca a él.
-¿Qué debo hacer ??-el rey maldijo una y otra vez su suerte.- Le he prometido al rey del sur que mi nieto se desposaría con alguna de sus herederas para mantener la paz entre ambos lados. además tu sabes que nuestra economía está en colapso. Todo se nos has ido en guerras...una que perdimos al morir mi hijo. El reino del sur es el único con suficiente riqueza natural para proveernos de comida durante los prox 22 años. ¿Ahora entiendes porque este nacimiento es una sentencia de muerte para todos?!!- el rey se estruja las manos y se despeina el cabello blanco con desesperación.
-Mi señor, si me lo permite, aún queda una opción para salvar este reino...- el rey le mira como un sediento frente a una fuente.
-La sirvienta también ha dado a luz...y ese hermoso varón es todo el semblante del príncipe Arthur- el sombrío personaje se toca las largas barbas mirando a la niña.
-¿Y se supone que eso debería darme alegría? al grano... ¿cuál es tu idea?- El delgado hombre mira por la ventana la recia lluvia que cae.
-Señor...no me lo tome a mal, pero propongo deshacernos de la criatura, me acaban de informar que la sirvienta a muerto de una grave infección, el niño está a su merced;hereda el reino o muere...-observa a la joven madre inconciente.
-¿la ha visto?- le pregunta el hombre a la partera quien le regresa la mirada con coraje.
-No..-
-La princesa ni siquiera ha visto a la niña bien podría hacerse pasar por hijo suyo-
El rey abre los ojos, medita un momento y toma su decisión.
-Desaparece a la niña- dice a partera quien a su vez agacha la mirada.
-Te recompensare muy bien tu fidelidad y silencio, dale 20 bolsitas de oro y que se largue de aquí, también que preparen al niño- el hombre flacucho hace una reverencia y sale con la partera detrás.
Poco tiempo después de esto, la acongojada y joven madre reacciona lentamente preguntando por el fruto de su vientre.
-¿Que fue?...-dice apenas con aliento.
-Un varón. .
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